"Tenemos datos que nos indican que el cuerpo aparecido podría ser el de Alberto Burdisso", confirmó Jorge Gómez, jefe principal de la Unidad Regional XVIII con asiento en Sastre. El comisario dialogó anoche con El Litoral, tras la aparición de un cadáver en la profundidad de un aljibe, alejado unos 5 km de la ciudad de El Trébol.
El hallazgo se produjo a media mañana del viernes, cuando los investigadores llegaron hasta una tapera de campo abandonada y comenzaron a hurgar debajo de escombros y chapas, en el fondo de un aljibe en desuso.
Fueron los bomberos quienes encontraron el cadáver de un hombre mayor, en avanzado estado de putrefacción, por lo que se informó de inmediato al juez de Instrucción Eladio García. El magistrado, al tanto de la búsqueda desde un comienzo, ordenó el traslado del cuerpo a la capital provincial, donde se le realizó la autopsia.
En entrevista con un periodista de El Trébol Digital, el jefe de policía precisó detalles, aunque prefirió esperar el resultado de la autopsia, en el que se "determinará la causa de muerte", antes de adelantar una opinión al respecto. Sin embargo, reconoció que "es cierto que el cuerpo tiene una gran cicatriz importante", como la que tenía Burdisso.
Una vez reconocido el cuerpo, resta por investigar quién o quiénes fueron los autores de semejante atrocidad. En ese sentido, el reportero local indagó con el comisario Gómez acerca de las personas que podrían estar vinculadas a la desaparición.
Alberto José Burdisso fue visto por última vez la tarde del 1´ de junio. Tenía 60 años, era empleado del Club Trebolense y vivía solo en su casa de calle Corrientes al 400, a cuatro cuadras del trabajo. No se le conocían familiares cercanos, salvo algún pariente en la zona rural. Hace tres años cobró unos $ 220.000 por su hermana desaparecida en la época de la dictadura militar. Con ese dinero compró casa, auto, moto y muebles para su hogar.
En la memoria de los vecinos, "Burdi" Äasí le decíanÄ quedará como "un personaje simple, popular y amigable con la gente que lo rodeaba". Entre otras muestras de preocupación, los amigos organizaron días atrás una marcha hacia la Plaza San Martín.
No obstante, el hombre no se habría privado de mantener ciertas "compañías temporales" Äse dijoÄ, que podrían conducir al autor del crimen.
Sus compañeros denunciaron la desaparición la tarde del lunes 2 de junio. No había ido a trabajar y los amigos encontraron la bicicleta de Burdisso tirada en el patio, donde también estaba su perro. El martes se supo que la tarjeta de débito del hombre había quedado en el cajero automático del Banco Nación, que, "en realidad, fue tragada por el cajero el sábado al mediodía", indicó el comisario de la ciudad, Odel Bauducco. El viernes había cobrado su último sueldo.
Búsqueda
El jefe del cuerpo de Bomberos Voluntarios de El Trébol, Raúl Dominio, contó que desde el jueves a la noche buscaban pistas en el lugar del hallazgo: "Había rastros y todo hacía indicar que podía haber algo", explicó el hombre que estuvo al frente del agotador rastrillaje. "Es un lugar desagradable, muy peligroso, y de noche no se podía seguir", relató el jefe, que con 18 bomberos "trabajamos a unos 10 metros de profundidad con trípode y aparejos para extraer el cuerpo haciéndolo más liviano".
Red de Medios/El Trébol Digital