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Treinta años después del Mundial "78
La otra final por la vida
Ayer, en el estadio de River Plate, se realizó un partido-homenaje a detenidos y desaparecidos durante la dictadura militar. Participaron algunos jugadores que integraron la selección que dirigió César Luis Menotti. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, agradecidas.

A 30 años de la final del Mundial '78 y en un acto de desagravio a los miles de detenidos-desaparecidos de la última dictadura, ex futbolistas de aquella selección jugaron ayer por la tarde la "otra final", organizada por el Instituto Espacio para la Memoria (IEM).

Del partido Por la Vida y los Derechos Humanos, jugado ante unas 5.000 personas en el estadio River Plate -donde hace 30 años el seleccionado nacional obtuvo el campeonato mundial frente a Holanda- participaron los ex jugadores del seleccionado dirigido por César Luis Menotti; Leopoldo Jacinto Luque, René Houseman y Ricardo Villa, además de integrantes de los seleccionados juveniles, y familiares de detenidos-desaparecidos. Previo al partido, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo junto a otros organismos de derechos humanos y ex jugadores del seleccionado campeón, realizaron una vuelta olímpica portando una extensa bandera impresa con las fotos de los 30 mil detenidos-desaparecidos, que fue aplaudida de pie por los asistentes al acto.

Junto a las dirigentes de Madres Línea fundadora, Tati Almeida y Nora Cortiñas, se encontraban el secretario de Deporte de la Nación, Claudio Morresi; el titular de la CTA, Hugo Yasky, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y la titular del Inadi, María José Lubertino, entre otros.

En diálogo con Télam, Morresi señaló que "hoy, a 30 años, los argentinos siguen teniendo pasión por el deporte y a los asesinos se los pone en la cárcel".

Y agregó: "Me niego a pensar que una dictadura pueda adormecer al pueblo. Creer esto es menospreciar la capacidad de lucha de nuestro pueblo", señaló Morresi.

Las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo llegaron al estadio del Club Atlético River Plate marchando desde el predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), donde funcionó uno de los centros clandestinos de detención de la última dictadura, y que hoy está habilitado como Museo de la Memoria.

"Este acto es la reivindicación de la lucha de un pueblo, no sólo de los desaparecidos, sin odios, sin rencores, ni venganza, pero exigiendo verdad y justicia", dijo Nora Cortiñas a Télam.

Por su parte, Tati Almeida, quien destacó los avances en las causas por violaciones a los derechos humanos durante los últimos años, señaló que "ésta es una forma de desagraviar a nuestros hijos quienes eran víctimas del terrorismo de Estado, mientras una dictadura intentaba con un Mundial imponer el silencio frente al genocidio".

En tanto, el ex integrante de la selección, Ricardo Villa, justificó su participación en el encuentro de esta tarde al señalar "quiero separarme definitivamente del proceso militar".

Al ingresar al campo de juego de River Plate, Villa negó haberse sentido utilizado por la Junta Militar: "No me sentí usado por la dictadura, yo jugaba para mí, para el país y para el pueblo".

A su vez, el también ex integrante del seleccionado nacional, Leopoldo Luque aseguró que "de haber estado enterado de las cosas que estaban pasando seguramente no hubiese aceptado estar en el seleccionado".

"Nosotros éramos simplemente jugadores que nos convocaron para jugar un Mundial", completó al tiempo que afirmó no sentir que tenga que pedir perdón: "Yo simplemente era un futbolista que quería cumplir un sueño, salir campeón con la selección", aseguró.

El partido

El encuentro, que se desarrolló por espacio de 40 minutos y que terminó con un empate de 1 a 1, fue seguido por las Madres y Abuelas desde la platea baja de la tribuna San Martín, justo debajo del palco oficial donde los integrantes de la Junta Militar, Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, y Orlando Agosti, gritaron los goles del seleccionado nacional contra Holanda, mientras a pocas cuadras de allí, en el centro clandestino de detención de la Esma, se torturaba a miles de compatriotas.

Los organismos dispusieron que el placo oficial quedara vacío "como muestra de repudio a la dictadura", en tanto una gran bandera con la leyenda "30 mil detenidos-desaparecidos presentes" cubría la tribuna Centenario, para simbolizar "la presencia (de las víctimas) ante tanta ausencia".

Por su parte, Mabel Gutiérrez, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, destacó a Télam que éste "es un gran día en memoria de nuestros desaparecidos y todos los que lucharon por un país mejor".

"Este día apunta a lograr una jornada simbólica para recordar que a través del Mundial '78 se taparon los crímenes de la dictadura", añadió Gutiérrez. Y recordó que "esta otra final fue programada para reivindicar la lucha de los desaparecidos". A su vez, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, dijo a Télam que el Mundial '78 "lo escuché por radio porque estaba detenido por el gobierno militar".

"Esta es una jornada de memoria, de fortalecimiento de las instituciones de la democracia y también para entender la realidad actual", y consideró que "la dictadura tuvo un genocidio económico, además de los 30.000 desparecidos".

Tras el partido, se dio lectura a un documento en el que se rindió homenaje a las víctimas de la dictadura y se repudió el terrorismo de Estado al tiempo que se recordó que la implementación del "genocidio sirvió para imponer un plan económico que devastó al país, y que tuvo su momento de mayor expresión durante los años del menemismo".

"No cesaremos en nuestra lucha hasta conseguir juicio y condena para todos los represores; este es un partido que debemos jugar entre todos", cerró Tati Almeida, tras lo cual dio comienzo a un festival artístico, del que participaron Luis Alberto Spinetta, Lito y Liliana Vitale, Liliana Herrero, Juan Carlos Baglietto, el uruguayo Daniel Viglietti y Horacio Fontova, entre otros.

Agencia Télam