Opinión: OPIN-02 La "química" del amor
 La ciencia le busca una explicación al amor. En la ilustración: "Kiss II", de Roy Lichtenstein.

En el marco del Noveno Congreso Colombiano de Endocrinología (mayo de 2007), el Dr. Juan F. Uribe disertó acerca de la "Bioquímica y Función Hormonal del Amor", afirmando que el amor tiene una explicación científica. Dijo que la ciencia actual permite conocer más a fondo el comportamiento del cerebro para explicar qué ocurre en nosotros cuando llega el amor, y relató el paso por el cerebro de las sustancias a las que se les atribuye el amor. Que se explicaría por reacciones químicas, hormonas y otras sustancias orgánicas.

Aludió al PET (Tomografía de Emisión de Positrones), técnica de escaneo mediante la cual se puede medir el funcionamiento de las distintas áreas del cerebro y que permite estudiar los procesos químicos que se dan en él. Y sus resultados ÄafirmóÄ permitirían conocer la química del amor. Señalando que numerosos estudios habrían demostrado que el amor tiene varias fases progresivas, cada una más compleja que la anterior, que cambian según se alojan diferentes sustancias en el cerebro.

La primera fase del amor Äque duraría los primeros días o meses de una relaciónÄ la explicaría la testosterona, una hormona que llevaría a la atracción pero que no mantendría el vínculo entre las parejas. A la segunda etapa Äque denominó "Amor romántico", que se daría en el cerebro medio y duraría entre 12 y 18 mesesÄ, aunque la sustancia dopamina tendría mucho que ver con ésta, también ÄreconocióÄ la cultura determina los detalles de la relación amorosa. "En esta fase, los sentidos están adormecidos por la dopamina, en una especie de borrachera que produce euforia y no permite ver los defectos de la pareja". En su tercera etapa ("Apego"), dos sustancias llegarían al cerebro para permitir que los sentimientos establecidos en la fase anterior se mantengan. Se trataría de la oxitocina en las mujeres y la vasoprecina en los varones, sustancias que se mueven en el neocortex del cerebro y harían que el amor se tornase más racional: "Se lo vive desde sistemas más complejos de pensamientos en los que la relación no depende del sexo, sino de otras cualidades". En esta etapa, dos cosas mantendrían vivo el amor: el instinto y la cultura. En tanto que en la cuarta fase ("Amor verdadero") no se conoce aún la sustancia química que la gobernaría. Pero además Ädijo UribeÄ, "el amor hay que cultivarlo para que no muera".

Siendo el ser humano una unidad psicosomática y sociocultural, no vamos a discutir que el amor genere fenómenos endocrinológicos. Pero nos gustaría saber cuáles son las sustancias químicas que rigen a los amores fingidos (v.g., por intereses económicos), nocivos (v.g., violencia conyugal) o raquíticos (v.g., adulterio "permanente"), y en particular, a ciertas perversiones: sadismo, masoquismo, sadomasoquismo, fetichismo, frotteurismo, paidofilia, necrofilia y zoofilia.

Y también sería interesante saber cuáles otras de esas sustancias priman en los trastornos del deseo sexual hipoactivo (satiriasis y ninfomanía), y, entre otras disfunciones psicosexuales, en los trastornos por aversión al sexo; de la excitación sexual en la mujer o de la erección en el varón; orgásmicos (incluye la eyaculación precoz) y por dolor (dispareunia y vaginismo, no debidos a una enfermedad orgánica). Sin olvidar a la histeria, que puede llevar hasta la impotencia psíquica en el varón y la frigidez en la mujer

Por nuestra parte, preferimos creer que el amor es el sentimiento de aprobación y afirmación del Otro (afectivamente significante) y acto de entrega que busca el bien de ese Otro en sintonía con el bien propio, siendo un determinante esencial de la existencia humana (Josef Rattner). Y que la intimidad y el deseo de satisfacer al Otro al que se ama no es una debilidad, sino un signo de madurez, autoestima y sabiduría.

O sea que "el amor humano es un sentimiento de aprobación y afirmación del otro". "Amar a otra persona es querer su libertad, que se acerque lo más posible a ella, es decir, al bien", pues "el amor es siempre un acto de entrega que busca el bien del prójimo en su mejor desarrollo" (Enrique Rojas). Y cada forma de amor se puede reducir al acto de dar acogida al Otro, exigiendo principalmente aceptación, conocimiento, responsabilidad, respeto y cuidado por ese Otro.

¿Y la endocrinología? ¿Y la química? Que se sigan dedicando al estudio de las secreciones internas y de la estructura, propiedades y transformaciones de la materia a partir de su composición atómica, respectivamente. "No intentes comprender al amor. Instálate en el amor" (Osho). Porque al amor Äsegún Antoine de Saint-ExupŽryÄ no se lo piensa ni discute: "Es" (El Litoral, 18/12/05). Por lo menos, si su "química" lo permite y sea bien "cultivado", mientras dure. Teniendo presente que "una persona que está profundamente enamorada no permitirá que la manipulen" (Osho). Pues el amor "sano" también es una cuestión de amor propio.

Luis Guillermo Blanco