Región: REG-14
En el mercado ganadero
La oferta, en volúmenes récord
La falta de pasto en el invierno y la necesidad del productor de vender incrementaron la oferta de hacienda que llegó a desbordar la capacidad de faena. El alto precio minorista que tiene la carne impide la salida fluida de la gran cantidad de carne que se acumuló en los últimos días.

Ignacio Iriarte

Hay una oferta muy alta que, por momentos, desborda la capacidad de faena, originada en el gran volumen de hacienda que no se pudo comercializar en las últimas semanas. Y por la necesidad de los productores que, ante falta de campo y de dinero, están obligados imperiosamente a vender.

Tendremos una oferta abundante en especial de vacas por unas semanas más, pero nadie se anima a pronosticar lo que puede suceder de agosto en adelante.

Hace dos años y medio, en diciembre de 2005, el precio promedio de 14 cortes seleccionados de carne vacuna en las dos cadenas de supermercados que más venden en el país era de 9,24 pesos por kilo, mientras que ahora es de 17,50 pesos; o sea, se registra un incremento de 89 por ciento. Estas cadenas cumplen con la venta de los cortes a precios oficial. En dólares, en 2005, los mismos cortes valían 3,08 dólares por kilo y hoy valen 5,73 dólares: 86 por ciento más.

Dos observaciones: Primero, pese a la batería de amenazas y controles oficiales, la carne ha aumentado mucho más que cualquier índice inflacionario que podamos considerar, lo que marca el fracaso de las políticas de control de precios en vigencia. Segundo, como consecuencia de la fuerte valorización de nuestro peso en el período estudiado, los precios domésticos de la carne en dólares son cada vez más altos y atractivos. En el Uruguay, y en el mismo período, los mismos 14 cortes pasaron de 3,82 dólares por kilo a 7,03 dólares en la actualidad (84 por ciento).

Sigue alto

El precio de la carne al mostrador, después de 100 días de bajas faenas y desabastecimiento, ha quedado muy alto, casi al nivel de los momentos más críticos de abril pasado.

El comercio minorista, tanto carniceros como autoservicios, en una conducta "típicamente capitalista", intenta capturar hoy la diferencia entre un precio mayorista en sensible caída y un precio al público que por ahora no quiere bajar.

Tanto los matarifes abastecedores como los carniceros han perdido mucha plata en los últimos 100 días y hoy intentan recuperar la plata perdida, apropiándose de esta diferencia superior a lo normal.

Hace tres años un carnicero le "sacaba" entre 100 y 150 pesos pesos a cada media res que trabajaba. Hoy ese margen se ha estirado a los 200/250 pesos, incremento necesario para compensar el enorme aumento registrado en los alquileres, la luz, la mano de obra, los envases, el contador, y sobre todo, el costo de vivir del mismo carnicero.

Hasta que la competencia no los obligue, los abastecedores y minoristas no van a bajar sus precios. El problema es que el altísimo precio de la carne al público impide la salida fluida de la enorme cantidad de hacienda y de carne que se ha acumulado en estos últimos días, desde que hace 10 días se reanudó la comercialización. Todo el sistema está atorado, por la altísima faena, por la reducción de las exportaciones, por la incipiente recesión, por el miedo de los consumidores y por lo altos precios de la carne al público, que bajan, pero con cuentagotas".

Se dice que el consumo está muy pesado, y en realidad se trata del esfuerzo de los minoristas por vender volúmenes récord a precios récord