Educación: EDUC-01
Becarias de Fulbright hablan de las diferencias con nuestro sistema
La educación de EE.UU. contada por directores de intercambio
Seis directores de la provincia viajaron el año pasado a Estados Unidos por el Programa Fulbright. Conocieron otro modelo de enseñanza. Ahora, docentes de allá vinieron a interiorizarse sobre la educación argentina, a través de las escuelas de Santa Fe.

Mariela Goy[email protected]

Las dos son escuelas estatales para adolescentes, pero el contraste salta a la vista. Las fotos muestran aulas de Estados Unidos equipadas con computadoras, cañón proyector, toda clase de materiales didácticos y sólo 18 alumnos atendiendo una clase. A miles de kilómetros de esa realidad, los salones de la escuela técnica Pedro Funes de Santa Fe, hoy vacíos por vacaciones, apenas cuentan con pizarrones, más de 30 bancos por curso y cero tecnología.

Rosana Colodio, directora del establecimiento de barrio Centenario, describía con tono admirativo cada una de las fotografías que tomó en el Sequoyah Middle School, una escuela de Auburn, estado de Washington. La docente estuvo allí en octubre del año pasado gracias a una beca del Programa de Intercambio de Directores y Supervisores de Escuelas de la Comisión Fulbright.

En total, viajaron a Washington 6 directores y supervisores santafesinos (de Santa Fe, Reconquista, Cañada de Gómez, Rosario y dos de Rafaela), quienes fueron seleccionados a partir de una convocatoria realizada por el Ministerio de Educación de la provincia. Durante tres semanas de 2007, los educadores intercambiaron experiencias y conocimientos con sus contrapartes estadounidenses.

Ahora, por el mismo programa, los becarios norteamericanos se encuentran en distintas ciudades de Santa Fe. Patricia Elmer, vicedirectora de Sequoyah -una middle school que educa a chicos de 11, 12 y 13 años- permanecerá durante tres semanas en nuestra ciudad, conociendo la realidad educativa de Argentina a través de la escuela técnica Funes.

Ése es justamente el objetivo del intercambio: establecer vínculos entre directores de primarias y secundarias de nuestra provincia con establecimientos de perfil semejante en los Estados Unidos.

Un idioma común

La beca requiere que Rosana y Patty (Patricia, en inglés) se alojen mutuamente en sus hogares y vayan a trabajar juntas a sus escuelas. Ninguna habla la lengua de la otra, pero tienen un idioma común: el de la pedagogía. Por eso la sintonía es perfecta cuando intercambian prácticas y saberes escolares.

Rosana, que conduce una secundaria técnica de 400 alumnos de 1º a 5º año, se inscribió en la beca porque le interesaba conocer cómo las escuelas de Estados Unidos integran a los estudiantes ciegos. A pasos de la Funes, está la escuela para ciegos Manzitti, y ambas llevan adelante un programa conjunto de capacitación a chicos no videntes que necesitan apoyo extra en física o matemática.

"Mi interés era conocer los materiales "tiflotecnológicos' que usan allá, es decir, los elementos pedagógicos para enseñar a los chicos ciegos", explicó la directora santafesina. En el país del norte, pudo observar cómo la escuela de Patty está adaptada con carteles en Braille, y ascensores para los alumnos en sillas de rueda.

"En Estados Unidos no tienen escuelas especiales como aquí, sino que todos los chicos discapacitados se integran a las aulas comunes", dijo Rosana, y agregó que al Programa Fulbrignt le interesa que "nosotros intercambiemos experiencias, conocimientos y podamos llevarnos las cosas buenas de cada lugar".

Cultura latina

Con este viaje, Patty pretende comenzar a aprender el idioma español y palpar algo de la cultura latinoamericana. "El 25 % de mis estudiantes son latinos, y me interesa conocer más sobre su cultura e idioma para poder comunicarme mejor con ellos. Prefiero que me vean como una persona que quiere ayudarlos y no como alguien que los controla", señaló, traductor mediante, la vicedirectora estadounidense.

Su escuela brinda educación a 700 chicos de Auburn, una ciudad de 83.000 habitantes, cercana a Seattle. Es una middle school, es decir, un tramo que sirve como puente entre educación primaria y secundaria estadounidense. Según comentó, el 50% de sus alumnos es "pobre", y la escuela les provee el desayuno y almuerzo gratis.

El horario escolar es de 8 a 15 horas. Y tienen un amplio programa de actividades extracurriculares con orquestas de instrumentos, talleres de periodismo, deportes y un impresionante gimnasio que usan a diario. "Es como un club de tiempo libre, por lo que aún cuando no los atrae lo académico, se acercan a la escuela por el arte o los deportes, y están contenidos", destacó la docente.

Marcadas diferencias

Por su parte, Rosana pudo conocer de cerca la metodología de rotación de aulas: son los alumnos los que se mueven de clases y no los profesores. Se entusiasmó con la idea de los docentes full time. "Están 8 horas en una misma escuela, no como acá donde los profesores son "taxi' y tienen horas cátedra en hasta 6 escuelas diferentes", comentó.

Patty añadió que hay 4 profesores fijos por grupo de alumnos y éstos se ocupan incluso de hablar con los chicos cuando hay problemas de indisciplina y de dar clases de apoyo a los que presentan dificultades de aprendizaje.

Rosana, la directora santafesina, dijo que el sistema de licencias docentes es muy parecido al que implementó la provincia desde el 1º de julio, y destacó el elevado nivel de los educadores norteamericanos. La carrera docente es universitaria, aún para los maestros de primaria, y para ser director se necesita estar al menos 15 años frente al aula y tener un máster. El porcentaje de ausentismo docente es bajo en Estado Unidos y solamente tienen tres semanas de vacaciones al año, que son las que está aprovechando Patty para venir a la Argentina.

Comentó otras diferencias con nuestras escuelas: allá no hay más de 20 alumnos por clase, aquí hay más de 30 ó 40; allá las aulas disponen de tecnología, Internet y toda clase de material (papel, biromes) para entregar a los chicos, acá sobra la comparación; allá tienen tutores permanentes y acá un solo preceptor se ocupa de muchos estudiantes.

"Los directores que vinieron de Estados Unidos destacan la creatividad de nuestros docentes porque con muy poco, hacemos mucho", cerró Rosana.

Violencia globalizada

La pregunta ineludible luego de la masacre de Columbine en 1999 es sobre la presencia de armas en los colegios norteamericanos. Al respecto, Patty Elmer sostiene: "Tenemos problemas con las armas, pero el estudiante que lleva una a la escuela no puede volver más, y las otras instituciones se reservan el derecho de admisión; la oportunidad de educación se termina para ese chico; es muy serio".

Al mencionar los tipos de violencia que acucian en las escuelas de su país, hizo referencia a las armas, las drogas "aunque no hay mucha en mi escuela", y las "gangs" (bandas) latinas, rusas y coreanas. "En las secundarias, el problema es peor y allí hay 3 policías por cada 2 mil alumnos", comenta.

Se repite este año

La semana pasada en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, en Santa Fe, tuvo lugar un encuentro con los directores santafesinos y de escuelas estadounidenses que participan del Programa Fulbright.

Este intercambio es coordinado en la provincia por la Subsecretaría de Cooperación y Relaciones Internacionales, dependiente del Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado.

En Santa Fe el programa está en vigencia desde el año pasado, y es diseñado y ejecutado por la Fundación Fulbright Partners of Americas. En la República Argentina cuenta con el cofinanciamiento de la Fundación Bunge y Born. Actualmente participan de la experiencia las provincias de Córdoba, Mendoza y Santa Fe.

Debido al éxito que tuvo la experiencia el año pasado, el Ministerio de Educación ya realizó la convocatoria a todos los directores y supervisores de la provincia. Se presentaron más de 40 postulantes, de los cuales fueron seleccionados siete, quienes viajarán a Estados Unidos en el próximo mes de octubre.