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En la Argentina, la enfermedad afecta a unas 300 mil personas, pero impacta sobre un millón y medio de familiares.
La creación de centros de día para la estimulación cognitiva de personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer -una demencia que afecta la memoria, el lenguaje y el razonamiento- es un objetivo de la II Conferencia Alzheimer Iberoamérica que deliberó en Buenos Aires.
"No hay en la ciudad un solo lugar para que las personas con Alzheimer pasen el día, buscando una correcta estimulación intelectual del enfermo y evitar el "estrés del cuidador' de la persona con demencia", dijo a Télam Victoria Rivas, presidenta de la Conferencia y de la Asociación de Lucha contra el mal de Alzheimer (Alma).
La reunión en el Hotel Panamericano abarcó la II Conferencia de Alzheimer Iberoamérica, la XI Reunión Regional Latinoamericana y del Caribe y la VI Reunión Iberoamericana de Asociaciones y Fundaciones de Alzheimer. La demencia define un conjunto de síntomas que afectan diferentes aspectos de las funciones intelectuales -como memoria, lenguaje, cálculo, razonamiento-, de carácter progresivo y de una severidad tal que afecta el normal funcionamiento de una persona.
Los cuidadores de personas con Alzheimer, familiares o contratados, se encuentran con una enfermedad que no saben manejar y una persona, el enfermo, que se ha transformado en "otra". "A mi esposo le diagnosticaron Alzheimer hace más de diez años y mi desconocimiento de la enfermedad me hizo acercar a la asociación, porque no entendía lo que estaba pasando y no me podía comunicar con él como lo había hecho toda la vida", contó Rivas.
"De ahí la importancia de los grupos de apoyo y de las asociaciones de Alzheimer alrededor del mundo, formadas por familiares y por profesionales, para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familiares.
En Argentina, la enfermedad "afecta a unas 300 mil personas pero impacta sobre un millón y medio de familiares", informó.
Emilio Marmaneu preside la Asociación Española de Alzheimer y la junta directiva de la reunión de representantes de 18 países que comparten experiencias y se actualizan en los progresos científicos y tratamientos de la enfermedad.
"En España está asumido el Alzheimer como problema de la salud pública y por ley se disponen de 3 mil millones de dólares para 8 años a fin de desarrollar estrategias contra el mal discapacitante para quien lo padece y su entorno", dijo Marmaneu a Télam.
Prestar servicio
Unas 260 asociaciones existen en toda España "para que todo enfermo de Alzheimer tenga cerca un centro de día, convertidos en centros prestadores de servicio en los que se administra la farmacología disponible pero fundamentalmente un tratamiento de estimulación cognitiva que da mucho resultado", contó Marmaneau.
Personal entrenado va recordándole al enfermo "cómo vestirse, comer solo y su ubicación temporal para que conserve el mayor tiempo posible la capacidad como persona, y eso funciona", aseguró. Por el contrario, Alma todavía "no consigue, tras diez años de pedir a los distintos gobiernos, que se establezcan centros de día con grupos de autoayuda", dijo Rivas.
"Alguien que atiende a una persona 24 horas al día es un afectado por el Alzheimer y no puede ser que no tenga sostén" institucional, planteó.
Los 25 centros de día existentes en la Ciudad de Buenos Aires "son para adultos mayores sanos pero no existe ninguno para la problemática de Alzheimer, y ya hace más de diez años que venimos gestionando este tema pero nadie lo resuelve", planteó.
De la enfermedad de Alzheimer se sabe hasta ahora que el enfermo va perdiendo neuronas y conexiones entre ellas, y que se acumula una proteína anormal que se llama amiloide, que hace que ciertas partes del cerebro no funcionen correctamente.
Cuanto mayor es la edad, mayor es el riesgo de una persona de padecer la enfermedad llamada así por Alois Alzheimer, un médico alemán que hizo en 1906 la primera descripción anatómica del cerebro de una mujer de 56 años, muerta por "una enfermedad cerebral", como se diagnosticó entonces.
Este tipo de demencia no es necesariamente hereditaria y hay factores como la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes y el sedentarismo que implican un riesgo, junto con la edad.
Rivas enfatizó que "el familiar directo es la víctima oculta de la enfermedad y, a mayor conocimiento del mal, mayor capacidad vamos a tener para convivir con este ser querido: de ahí la importancia de conocer los síntomas de la enfermedad en un congreso".
De la redacción de El Litoral-Télam