De la redacción de El Litoral
Motivados por el interés de aprender otro idioma o conocer una cultura diferente, más de 90 estudiantes y recién graduados de distintos países de Latinoamérica y Europa llegaron a Santa Fe para continuar su carrera y realizar pasantías.
Al grupo de 68 universitarios provenientes de España, Inglaterra, Honduras, Francia, Brasil, Chile, Paraguay, México, Uruguay y República Dominicana, se suman siete graduados que realizarán sus prácticas laborales en la ciudad, 20 jóvenes indígenas y afrodescendientes de Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia y cinco estudiantes de comunidades originarias locales que cursarán en Esperanza la Tecnicatura en Administración de Empresas Agropecuarias.
Los alumnos colmaron ayer la sala del Consejo Superior de la Universidad Nacional del Litoral, donde se realizó el acto de bienvenida. "Ingresan como un estudiante más de la universidad, con los mismos derechos y obligaciones. Cursan un semestre completo y rinden las asignaturas, que les son reconocidas en sus carreras de origen", sostuvo Julio César Theiler, secretario de Relaciones Internacionales de la UNL.
La importancia de este programa de intercambio reside en la reciprocidad que se da entre las casas de estudios. "Por cada chico que estamos recibiendo, hay un estudiante nuestro empezando su semestre en una universidad extranjera", afirmó.
El Programa de Movilidad Estudiantil comenzó en 2000 con el objetivo de "internacionalizar" la universidad y proporcionarle a los alumnos la posibilidad de realizar un intercambio en el extranjero.
La selección de los jóvenes se realiza por mérito académico en sus países de origen. "Estos programas involucran un esfuerzo económico grande para nuestra universidad ya que para evitar que la selección se realice por la capacidad económica de la persona y se haga por su nivel académico, lo que hacemos es apoyar con alojamiento y comida a los estudiantes que recibimos. El mismo trato reciben nuestros alumnos en el exterior", afirmó Theiler.
Los jóvenes saben que deberán estudiar y esforzarse en la facultad, pero tienen sus expectativas centradas en la vida social y comunitaria. "Es una experiencia muy enriquecedora y el aprendizaje es grande porque conocés la cultura, el folclore y diferentes formas de pensamientos", afirmó el mexicano Ulises Ramírez.
El español Yeray Cortez está convencido de lo que vino a buscar. En materia académica "no me va a aportar mucho: simplemente voy a convalidar un par de asignaturas, pero lo que valoro mucho es la experiencia cultural", afirmó el estudiante de letras, mientras que el brasileño Cicero Marchins aspira a perfeccionar su castellano.
"Numae", así nos saluda Luz Bety Jordán, una joven de 21 años proveniente de la etnia tikuna que aprendió de chica la lengua con la que se comunican aún hoy sus padres.
Viene con muchas expectativas de "adquirir conocimientos y nutrirme de la cultura local, de los barrios, de las calles, de la gente de aquí". Sabe que tiene una oportunidad a la que no todos acceden en su comunidad por los escasos recursos económicos que poseen. "Hay universidades estatales allá pero a veces los recursos no son suficientes y hay que trabajar y luchar para poder ingresar a una universidad porque todo es muy costoso. Entre mis amigos, ninguno estudió. Soy la única que sigo resistiendo y gracias a Dios estoy acá", dijo Jordán.
Cediel Tenorio Mezú, Jorge Isaac Riuas y Estefanía Veloz Cabrera integran el grupo de indígenas y afrodescendientes que esperan ansiosos comenzar la capacitación para poder transferir los conocimientos a su comunidad. "Colombia es un país con buenas tierras y no están siendo aprovechadas. Uno de las cosas que busca el programa es que lo aprendido aquí se aplique en el campo agrícola", sostuvo Mezú.
El joven afirma que en su país no es fácil alcanzar los estudios superiores. "No sólo porque seas afro o indígena, sino para cualquier persona es difícil porque la económica colombiana está un poco complicada: consigues para vivir pero no para estudiar", dijo Mezú, quien sostiene que a pesar de la diversidad étnica que existe en Colombia, aún "se presentan ciertos márgenes de discriminación".
Ellos junto a otros indígenas y afrondescendientes de escasos recursos económicos estudiarán durante dos años la tecnicatura en Administración de Empresas Agropecuarias en la UNL. La carrera será dictada en conjunto entre las Facultades de Ciencias Agrarias, Ciencias Veterinarias y Ciencias Económicas.