Deportes: DEPO-11
Pasó hace 70 años pero el fútbol argentino aún los recuerda...
1938 fue el año de los récords
Independiente tuvo una eficacia de casi cuatro goles por partido a lo largo del año. Hasta los que descendieron marcaron cifras increíbles. Un año inolvidable.

Todos los récords de eficacia fueron establecidos hace siete décadas en los campeonatos de Primera División de la Asociación del Fútbol Argentino, donde todos los equipos, incluyendo los que perdieron la categoría presentaban una gran ambición y mentalidad ofensiva.

Goles, muchos goles

Independiente, durante los 30 partidos jugados en 1938, convirtió 115 goles, o sea un promedio de casi cuatro goles por partido; a su vez, su clásico rival, Racing Club anotó 24 tantos, en tres cotejos consecutivos.

Rongo, gran goleador

El artillero de River Plate, Luis María Rongo anotó 33 goles en 20 juegos, escoltando al máximo artillero, Erico, "el malabarista del gol". En dos fechas se anotaron 56 tantos con un notable promedio de siete conversiones por juego.

Hasta los equipos de Almagro y Talleres de Remedios de Escalada que descendieron, contabilizaron cifras topes.

Mentalidad ofensiva

La mentalidad ofensiva que imperaba en el fútbol argentino en la década del '30 del siglo pasado se manifestó de la manera más elocuente en el certamen de 1937, cuando ninguno de los 306 juegos disputados terminó cero a cero, lo que se extendió a toda la primera rueda del certamen siguiente.

Empates

Una igualdad sin tantos registrada en el cotejo que Tigre jugó frente a Independiente en la primera fecha de la segunda rueda, cortó esa serie que en la actualidad parece imposible que se haya producido, recordando que en una sola jornada, concretamente en la tercera fecha del torneo Apertura de 1991, cinco encuentros terminaron empatados sin convertir por ambos lados. Aquella vez hubo que esperar toda una rueda para que se produzca un 0 a 0.

Delanteros ambiciosos

En 1938 se establecieron todos los récords en materia de eficacia ofensiva, a lo que contribuyó tanto la mentalidad del juego que por entonces se practicaba, como la constante aparición de brillantes delanteros.

El notable equipo de Independiente convirtió 115 goles, cifra insuperable en el fútbol argentino, debiendo destacarse que en las últimas 10 fechas, en las que el conjunto de Avellaneda logró otros tantos triunfos, marcó la excepcional cifra de 45 goles. Con la formación: José Villariño, Vicente de la Mata, Arsenio Pastor Erico, Antonio Sastre y Juan José Zorrilla, hizo historia.

Erico convirtió sólo 43 goles porque quería ganar el premio instituido por una marca de cigarrillos (43/70). Se había iniciado como amateur en el Colegio Salesiano Vista Alegre de Asunción, luego jugó en Nacional de la capital guaraní y fue vendido en dos mil pesos a Independiente. Convirtió 373 goles en los "diablos rojos" (293 oficiales y 80 en otros certámenes y amistosos).

Las goleadas de Independiente verdaderamente aplastaron sin piedad a sus rivales: 9 a 0 a Almagro; 5 a 0 a Talleres; 6 a 2 a Tigre; 7 a 1 a Vélez Sarsfield (cinco goles de Erico al arquero Rotman, un gran récord para esa época), 9 a 2 a Chacarita Juniors; 3 a 0 y 4 a 0 a Boca Juniors y 8 a 2 a Lanús.

Cuando los tres centrales ("Capote" De la Mata, Erico y Sastre) combinaban, burlaban a quien se opusiera, colocaban la cortada para los punteros, que buscaban después las contorsiones de Erico.

En el imaginario viaje a ese pasado, se hallará un verdadero recital de fútbol a cargo de "los diablos más diablos", el imbatible Independiente de 1938-1939, el bicampeón que anotó 228 veces en los arcos rivales en esas temporadas.

Sastre jugó en todos los puestos de ese equipo, inclusive de portero (contra San Lorenzo de Almagro y en un amistoso frente a Peñarol de Montevideo, en ambos invicto).

24 tantos en tres partidos

Realmente maravilloso fue también lo de Racing Club, que en tres partidos consecutivos convirtió 24 tantos al imponerse a Platense, por 8 a 2; a Estudiantes de La Plata por idéntico marcador y a Lanús, por ocho a uno.

Asimismo, fue importante el promedio de efectividad alcanzado por el artillero Rongo, centrodelantero de River Plate al convertir 33 tantos en sólo 20 partidos, con lo que elevó su porcentaje de eficacia a 1,65, el más alto de todo el profesionalismo en el orden individual para un campeonato.

Asimismo, en lo individual, se destacó el centrodelantero de Talleres de Remedios de Escalada, Manuel Ferreiro (entre 1934 y 1939 anotó 30 goles en 53 partidos) al convertir 22 tantos en 27 juegos, lo que representó un récord para jugador de un equipo que descendió.

La popular entidad de Remedios de Escalada perdió la categoría y nunca más volvió al círculo privilegiado de la AFA. Obtuvo 18 puntos, con seis victorias, seis empates y 20 derrotas, 55 tantos a favor y 104 en contra. Almagro, el otro descendido, en 1938, convirtió 63 goles, también récord para un equipo que perdió la categoría.

En materia de penales fueron sancionados 136, fueron anotados 97, los porteros detuvieron 20 y 19 y fueron desviados por los ejecutores.

El artillero de River Plate, Luis María Rongo anotó 33 goles en 20 juegos; en dos fechas se anotaron 56 tantos con un notable promedio de siete por juego. Linda marca para el bautismo de goles del Monumental, que por aquellos tiempos se parecía a una herradura, sin tribunas en el sector que da al Río de la Plata y que recién fue completado en ocasión de la disputa del Mundial de 1978.

Inauguración

Cabe consignar que el mayor suceso de 1938 lo constituyó la inauguración del estadio Monumental de River Plate, acontecimiento que tuvo lugar el 25 de mayo, conmemorando la entidad originaria del barrio La Boca sus primeros 37 años de existencia.

El primer partido oficial se jugó al día siguiente y en la ocasión al dueño de casa no le podía ir peor. Fue goleado por Independiente, 4 a 2.

Los tantos del vencedor fueron convertidos en dos ocasiones por el canadiense Emilio Moisés Reuben, Erico y De la Mata. José M. Moreno y Adolfo Pedernera, de penal, convirtieron para River Plate.

En Santa Fe

En el año 1938, el fútbol de Santa Fe aún no disfrutaba del "profesionalismo", algo a lo que se llegó dos años más tarde, en 1940, con la participación de Unión en el viejo torneo de Segunda de Ascenso.

El certamen de la Liga Santafesina fue ganado por Unión, que iniciaba así tres años de hegemonía luego de que en 1937 hubiese ganado Colón el máximo torneo liguista, competición por excelencia en esos tiempos.

Unión ya tenía su cancha enclavada en la actual ubicación, en tanto que Colón debía abandonar su predio de Corrientes y Bv. Zavalla.

Eso ocurrió en marzo y así lo reflejó El Litoral: "Fue desalojado de su field el Club Atlético Colón. Ayer venció el plazo que se había acordado para saldar su deuda. Tal cual hicimos saber en la edición del martes de la presente semana, en el día de ayer vencía el término que se le había acordado al Club Atlético Colón para saldar aunque fuera en parte, el monto de la deuda que tiene pendiente con una sucesión local. Al no hacerse efectiva esa deuda, la mencionada institución se halla el día mencionado desalojado del que fuera su campo de deportes. En cuanto a las tribunas, casillas, etc., que existen en la cancha se encuentran embargada por la sucesión aludida". Tiempo después, Colón comenzaba a construir la cancha en su actual emplazamiento.

Tomás Rodríguez(Especial para El Litoral)