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CULTURA
Pioneros del séptimo arte
Empresarios del cine en Santa Fe. En esta ciudad, desde finales del siglo XIX y durante las primeras tres décadas del XX, las salas cinematográficas se constituyeron gracias a la vehemencia y el trabajo incansable de los primeros empresarios cinematográficos, empresas filmadoras y distribuidoras de películas. textos de Manuel Canale.

El primer empresario que llega a nuestra ciudad con el nuevo sistema tecnológico en materia de entretenimiento es el profesor Vermesch, arribado de Paris en octubre de 1896. En el local denominado Skating Rink, en calle Comercio (actual San Martín) entre Tucumán y 1º Junta, un público asombrado concurre a ver el aparato que reproduce de un modo perfecto toda clase de vistas, tomándolas del natural (1).

Según crónicas de la época, el cinefotógrafo (cinematógrafo) traído por el francés consistía en un lienzo blanco, igual al que se utiliza para cuadros disolventes, mientras que un foco de luz eléctrica proyectaba las imágenes fotográficas de tamaño natural, movidas en progresión imperceptible, de modo que no resulta la más leve solución de continuidad en las actitudes de las figuras, ni en el movimiento de los cuerpos inanimados (2).

En los primeros años del siglo XX, los dueños de bares y cafés invitaban a disfrutar de un vermouth o paladear una moca acompañados por cintas del sello italiano "Cineaes" y francesas del sello "Pathé", películas de dos, tres y hasta cinco actos, reducidas a varios cientos de metros. Es el caso de la Confitería y Pastelería "París" de Samitier y Cia., el bar "La Argentina", en calle San Martín 534 - 536, cuyos dueños eran los hermanos Girala.

Otros locales que ofrecían estos servicios eran la confitería, cafés y billares "La Perla" , en calle San Martín 699 (esquina Lisandro de la Torre). En aquellos tiempos la confitería "Polo Norte", en calle San Martín y Córdoba (actual Juan de Garay), se transformaba en café cinematográfico de la mano de Don José Torti.

Otros ámbitos ajenos a este servicio lo constituyeron los hoteles; así, el Hotel de France, en calle Belgrano 306 (frente a la actual estación de ómnibus) entretenía a sus visitantes, con la atención de su dueño, Juan de Mara Garros. Otro hotel con similar servicio era el Italiano, de Ferrato Hnos., en calle San Jerónimo y 1º Junta (hoy playa de estacionamientos).

Dos nombres: Martín y Graells

En el año 1908 se exhibían películas "morales", y las compañías de teatro de drama y comedia desarrollaban sus actividades en un solar al aire libre denominado "Jardín de Italia", ubicado en calle Junín 280 (2457 en la actualidad). Su empresario, Leandro Martín, hizo de éste un espacio recurrente para las grandes compañías que llegaban a nuestra ciudad, que actuaban hasta dos temporadas consecutivas en su escenario. Cuando en la década del "20 se construyó el edificio que actualmente se conoce (cine Teatro Moderno, hoy Centro Cultural Provincial), fue su primer empresario el señor Martín. Al año siguiente (1909) inauguraba el cine al aire libre "Recreo Esperancino", en San Luis y Boulevard Gálvez, trasladando en 1918 el cine ubicado en Boulevard Gálvez casi Marcial Candioti.

Don Ricardo Graells instalará varias salas, iniciando sus actividades con el cine "Radium", en calle San Jerónimo entre 1º Junta y Mendoza en el año 1914, donde funcionaba la cantina "La Piamontesa"; un año después esta sala cambia de nombre por "Doré", trasladándose en el año 1921 a la esquina de 1º Junta y San Jerónimo. Permaneció abierta hasta la década del 70 con el mismo nombre.

Más nombres, nuevas salas

En 1914 se desarrolla un acontecimiento importante relacionado con las salas cinematográficas: se construye el cine Charmant (la primera sala destinada para tal fin), bajo la dirección del ingeniero Monis. Este lujoso edificio se hizo en poco tiempo el sitio obligado de lo más distinguido de Santa Fe, generando un estupendo negocio. En 1916 el cine fue transferido a Roberto Natalini, un importante empresario relacionado con la industria; en 1920 se hizo cargo de la sala José Maria Coco, quien la explotó hasta 1923. Luego, esta sala permanecerá cerrada muchos años, hasta que en 1927 toma el control de la misma Leopoldo Samper, quien le cambia el nombre por Empire Theatre.

En la década del treinta, el empresario Max Glucksmann tomó el control de los cines Belgrano (San Jerónimo 2106) y Apolo (Obispo Gelabert 3362), además de contar con una distribución exclusiva de varias industrias americanas, reflejando su calidad en el slogan que lo acompañará durante varios años: "exhibir lo mejor que se produzca".

Enrique Carbonell, en la misma época, administraba las salas del cine Mayo, el cine Colón por varias temporadas y el cine Doré, el más popular de la ciudad.

Los estudios en Santa Fe

En los años "30, otro aporte importante a la industria y a la calidad de su producción lo establecen los estudios americanos, instalando sus distribuidoras en la ciudad. Así, por ejemplo, la Warner Bross se ubicaba en calle Catamarca 2367, y su representante era Silvio Gorla; las oficinas de Columbia Picture estaban localizada en Suipacha 2781 y su representante era Antonio Fauces; la Universal Film se encontraba en calle La Rioja 921 y su representante era Pedro Martini; y la Paramount Films estaba representada por su gerente, Américo Rosemberg, en calle Catamarca 2646.

Este desfile de personajes se extenderá a través de las siguientes décadas. Otros importantes empresarios continuaron aportando al cine local con capitales propios. Los nombres que se detallan marcan el comienzo, el puntapié inicial de una industria floreciente, inscribiendo un hito trascendente dentro del entretenimiento y, por qué no, también de la cultura de los santafesinos.

El impulso de Leopoldo Samper

Leopoldo Samper se constituye como figura emblemática en este desfile de nombres que impulsaron la industria. Abrió la primera distribuidora cinematográfica en el interior del país, en la esquina de Humberto Primo y Rivadavia.

Además, su empresa llegó a contar con el arrendamiento de ocho salas en la ciudad y cinco en el interior de la provincia; los filmes de su distribuidora se exhibían el litoral argentino y en la República del Paraguay.

Se convirtió en un importante precursor del incipiente cine argentino de los años 30 y 40, y en productor de las películas "Los tres berretines", "La muchacha de a bordo" y la "Guerra Gaucha", entre otras.

Samper contaba con servicios que abarcaban no sólo al cine sino también a discos, radio y fonógrafos, en las ciudades de Santa Fe, Rosario y Buenos Aires, una distribuidora con los sellos de Artistas Unidos Corporación, Ufa Film de la Argentina, Cinematografía Terra, New Cork Film Exchange, entre otros, agencias de publicidad y talleres gráficos.

(*) Manuel Canale es licenciado en Artes Visuales de la Universidad Nacional del Litoral. Este trabajo es el resultado de una investigación de su tesina presentada y aprobada en 2006/2007, con dirección del Arq. Luis Müller.

(1) y (2) diario Nueva Época - 1896