Opinión: OPIN-05
LLEGAN CARTAS///
Los 40 años de Medellín

Señores directores: En este mes de agosto se cumplen 40 años de la publicación del documento de Medellín. En ese entonces (1968), los obispos latinoamericanos, reunidos en la ciudad del mismo nombre en Colombia, emitieron una importante propuesta de cristianismo para el Nuevo Continente.

Ya había finalizado el Concilio Vaticano II y cabía una versión más contextualizada y con lenguaje propio. Ese ingreso de aire nuevo que había pretendido el Papa Juan XXIII se había dado en gran medida y, desde "Gozos y Esperanzas" del Concilio y "El progreso de los pueblos" de Pablo VI, se intentó generar una respuesta más ajustada a nuestra realidad y a nuestra propia historia. Según el obispo de Brasil Pedro Casaldáliga, "Medellín fue la versión latinoamericana del Concilio".

Lo valioso de este documento es que aportó una visión evangélica singular. Fue la primera toma de conciencia a nivel latinoamericano de que nuestra fe podía tener una lectura distinta de la de otros continentes. Para los que vivimos ese momento nos significó un gozoso descubrimiento.

Era como ver lo de siempre pero con ojos virginales. Si bien ya el Concilio Vaticano II había significado una renovación de la Iglesia Universal, el documento de Medellín resultaba una propuesta novedosa, enmarcada en el hoy del Continente Mestizo.

Pero, ¿qué fue lo nuclear de este documento? Básicamente fue una denuncia profética de las situaciones de injusticia y opresión en que vivían y viven los pobres en Latinoamérica. Denuncia que no fue sólo verbal, sino también acompañada del testimonio de vida y, a veces, del martirio.

Ante un continente colonizado desde sus inicios y oprimido por el poder político, militar, económico y hasta religioso en algunos casos, los obispos en su conjunto plantearon la teología de la liberación e instaban a los cristianos y a la iglesia toda a optar por los pobres. Y para ayudar en ese cambio, vieron con buenos ojos e incluso alentaron la formación de las comunidades eclesiales de base. En síntesis, Medellín nos descubre que la Iglesia debe reeditar en nuestra América irredenta el ministerio de la Encarnación para poder llegar a la Pascua liberadora.

Quizá este nuevo aniversario sea una buena oportunidad para releerlo y volver a sorprendernos de nuestros olvidos y omisiones.

Alberto Fabián Estrubia

DNI: 6.240.308.