En avenida Blas Parera y Estado de Israel, un añejo cartel advierte la proximidad de un peligro. En letras amarillas, sobre un fondo azul, anuncia que es "el zanjón de la muerte" y que, por ende, se lo debe transitar con precaución. En el mismo cartel, se le pide al intendente de turno que "haga algo".

El zanjón de Estado de Israel, como así se lo conoce, está ubicado en la jurisdicción de barrio Cabal. Su extensión abarca más de diez cuadras y, en todo el trayecto, puede observarse gran cantidad de basura y percibir olores nauseabundos. Los vecinos que habitan enfrente de él son los más perjudicados y los más insistentes a la hora de realizar los reclamos.

Sergio vive sobre Estado de Israel, a pocas cuadras de la avenida Blas Parera. Tiene un almacén y está muy preocupado por las condiciones en las que se encuentra el zanjón. Muestra de ello fue que, ante la presencia de El Litoral, no dudó en cerrar el negocio durante unos minutos para narrar las consecuencias de vivir allí y remarcar la ausencia de la Municipalidad cada vez que se le pide el entubado.

"El pedido sobre zanjón es un una historia repetida en este barrio. Hace años que se vienen reclamando soluciones, en concreto que se lo entube, pero nadie parece escucharnos. La gente más joven es la que ahora se hizo cargo del tema, ya que las personas mayores se cansaron", dijo Sergio. Y agregó: "Es importante que se cierre este zanjón a cielo abierto, puesto que hay ratas, mucha basura y olores que descomponen".

Consultado sobre cuál es la respuesta de la Municipalidad ante a tantos reclamos, indicó que "el ingeniero Roberto Porta Äsecretario de Obras Públicas dice que nuestro barrio es tenido en cuenta y que ya tiene planificado qué y cómo se va a hacer todo. Pero el problema es el de siempre: no hay fondos económicos para hacer la obra y, por lo tanto, hay que esperar a que lleguen de la Nación".

Roberto, por su parte, se mostró preocupado por cómo esta gran cuneta le va ganando territorio a la calle. "La intervención sobre este zanjón no se puede postergar más. Quisiéramos que las autoridades vengan y vean con sus propios ojos que se está comiendo el asfalto", refirió el hombre, indicando seguidamente que muchos van al lugar a buscar lombrices y ello agrava la situación.

Irma, otra vecina que espontáneamente se sumó a la conversación, manifestó que vive en Cabal desde 1966 y que "jamás había visto el zanjón en tan malas condiciones". "A mi edad, tengo que andar sacando la mugre de la zanja. Aunque no soluciono nada, busco que el olor por lo menos sea más leve. No entiendo para qué estoy pagando la Tasa General de Inmuebles si soy yo la que realiza una tarea municipal ", contó.