Opinión: OPIN-04
Al margen de la crónica
Causas y efectos

La bolsa de plástico salió expulsada por la ventanilla del colectivo y fue a parar a la calle antes de empezar a flamear, llevada por el viento, de un parabrisas a otro; de la cara de un ciclista a otro y de una a otra rama, a la espera de una nueva y definitiva ubicación. Desde un auto fue eyectado el vaso de plástico, una vez consumido el café que se compró al paso, y ahí quedó, rodando por el suelo, aplastado ocasionalmente, pateado al descuido, motivando algún tropiezo, sin destino cierto por algunas horas hasta que se encontró con la bolsa, el papel de caramelo, la botella de agua mineral, el paquete de snack, la cajita sin jugo, la tarjeta de colectivo ya agotada y el último boleto que se había pagado con la tarjeta en la boca de tormenta que, cuando llovió Äporque alguna vez llovió en la ciudadÄ se tapó.

La onda verde se había puesto amarilla desde hacía varias cuadras pero, una vez más, el mandato del conductor temerario se impuso a la norma que sólo permite avanzar con esa luz cuando cambia en plena encrucijada, es decir, en la bocacalle. Y así siguió el hombre, corriendo una carrera imaginaria, sacándole una mísera ventaja al tiempo para llegar primero a ninguna parte hasta que el golpe seco lo detuvo. Desde entonces y hasta que el auto salga del taller, está sujeto a la velocidad de sus piernas o a los horarios que le ordena el transporte público.

Al vecino aquél le pareció que el cartel de su negocio no luciría lo suficiente si el árbol que habían puesto en su vereda lograba desarrollarse y crecer. Entonces lo cortó. Sin perder tiempo y con la errada idea de que se evitaría la competencia lo imitó su vecino, y el otro y el de más allá. Ahora, cuando el calor empieza a apretar Äy cualquiera que conozca estas tierras sabe que es así durante medio año y más con el cambio de huso horarioÄ no es mucha la gente que pasa caminando por su vereda donde el sol pega sin tregua y que, además, se inunda cuando llueve porque la boca de tormenta ya no resiste más bolsas de plástico, ni tarjetas, ni papeles, ni vasitos.