Opinión: OPIN-04 Por favor, íque no sea cierto!

Entre la semana pasada y lo que va de ésta, diversos acontecimientos se sucedieron en la pantalla chica, y fueron los culpables de que muchos de nosotros hayamos perdido el apetito y ganado el insomnio.

Ocurre que, al mismo tiempo Nazarena y Garbellano, y Graciela y Alé terminaron con sus respectivas relaciones. Nada más triste y deprimente que ver a la pobre "Naza" peregrinar por todos los espacios que solicitaran sus declaraciones, contar, entre llorosa y mohinosa, cómo habían sido sus maravillosos días junto al productor y de qué manera él la había conducido a tener un sexo alucinante, lejos del otro, "plano" y aburrido, que había compartido con sus otras parejas. Mientras tanto, él usaba cuanto micrófono le acercaban para hacer saber que ambos iban a optar por el bajo perfil y, para nuestro sufrimiento, no iban a dar detalles de los motivos que los llevaron a tan drástica decisión.

Con unas horas de diferencia, otra noticia conmovería al mundo del espectáculo y obviamente a los televidentes: la pareja Alfano-Alé se había terminado. Llegaban a su fin años de romance edulcorado entre la veterana que acusa 54 y el mozalbete de apenas 30.

Por alguna extraña coincidencia, Susana intervino y, desde su programa, quiso reconciliar Äo terminar de enterrarÄ a cada una con cada uno. La diva invitó a ambas mujeres y, usando su cómodo sillón blanco a modo de diván, las animó a contar sus pesares.

Para entonces, la joven ya se había reconciliado con su galán y había recuperado su ingenua sonrisa. Contó intimidades de su dura existencia y afirmó, sin dejar lugar a dudas, que todo lo hacía por sus hijos.

La rubia mayor, en cambio, explicó que, a pesar de que se seguían amando Äcon Matías, obvioÄ habían decidido separarse antes de que terminaran haciéndose daño. Tamaño amor que no escatima sacrificios.

Mientras tanto, gente mala apuesta a una nueva relación del muchacho con una niña de profesión azafata y se muestran fotos de ambos sonriéndose tiernamente. La única esperanza que queda es que lo que Susana no pudo lograr, lo consiga Jorge Rial siempre dispuesto a ayudar para que los integrantes del complejo mundillo televisivo, alcancen la esquiva felicidad.