Pocas horas después de que el presidente de la desafiliada Confederación Sudamericana, Carmelo Cortéz, haya anunciado la suspensión del 45º Campeonato Sudamericano de Clubes, tanto la Federación Ecuatoriana de Baloncesto (FEB) como FIBA Américas, salieron a respaldar su realización en Guayaquil entre los días 28 de octubre y 1º de noviembre.
"El torneo se jugará, que nadie tenga dudas de eso...", dijo el presidente de la Federación Ecuatoriana, Galo Vargas, entidad que ya realizó las inversiones para organizar el CSC.
Estas inversiones ascienden a unos 100 mil dólares, de los cuales sesenta mil aportará el Estado ecuatoriano. Además, Vargas ratificó que cuenta con el aval de FIBA. "FIBA se hizo cargo de todos los torneos y actividades, en este caso el Sudamericano se hará", agregó. Si bien FIBA Américas no emitió ningún comunicado extraoficialmente pudo confirmarse que avalará el certamen en el cual el único club argentino será Libertad de Sunchales.
La decisión de Cortéz tiene estrecha relación con su situación personal una vez decidida la desafiliación. Al presente Cortéz resiste la presión de FIBA para que abandone su cargo y en ese sentido por mayoría entre las diez federaciones sudamericanas afiliadas decidieron reunirse de urgencia en Asunción del Paraguay para el próximo 7 de octubre en la cual es posible que a Cortéz se le pida la renuncia, y en caso de negativa, revocar su mandato.
Esta especulación empezó a ganarse espacio en las últimas horas a partir de que Cortéz difícilmente concurra a esa reunión pero sí el secretario de FIBA Américas, Alberto García, y de que sólo las federaciones de Venezuela y de Colombia serían las únicas aliadas con las cuales contaría el presidente de la CSB. De hecho, el representante venezolano, Duros de Lara, ya anunció que no asistirá al torneo después de que originalmente haya aceptado reemplazar a Centauros, club éste que renunció dentro del plazo primitivo.
El conflicto entre Cortéz y FIBA Américas llega desde apenas asumido su mandato en 2006 y terminó de agravarse a partir de la firma de un contrato con la empresa (colombiana) de balones Golty el cual no se condice con un acuerdo preexistente que la FIBA tiene con Molten, sponsor oficial exclusivo de ésta. Para Cortéz la CSB no posee obligaciones para con Molten -excepto en torneos preolímpicos o en premundiales- y el acuerdo con Golty se suscribió en su política para aumentar los recursos. Una vez decidida la desafiliación de CSB, Cortéz denunció ser objeto de una confabulación de parte de FIBA Américas.