Nosotros: NOS-05
SOCIEDAD
Con espíritu de equipo
Rugby solidario. A partir de la iniciativa de dos jugadores de rugby de CRAI, deportistas de diferentes clubes visitan distintos barrios de nuestra ciudad. Con castillo inflable, facturas, chocolate y juegos, enseñan a los chicos la base de este deporte, como parte de un programa de promoción de los valores deportivos, del espíritu de equipo.

Un castillo inflable y jóvenes desconocidos con pelotas. Una mesa con tazas de chocolate y facturas, y a los chicos de siempre bailando en la hora del desayuno. Esta mañana de domingo, Micaela -7 años- y su hermana Yamila -de 9-, vieron que el descampado de Gral. Paz y Azcuénaga no era el de siempre: esta vez proponía una mañana de música con jóvenes que separaron las nenas de los nenes y, en diferentes grupos, les propusieron jugar.

La consigna fue diferente, casi desconocida: la pelota de este juego no era redonda sino ovalada, y se agarraba con las manos si bien se podía patear. La cita se extendió hasta el mediodía y se repuso un domingo cada quince días en diferentes barrios, con concurrencia similar: chicos, de diferente edades y de ambos sexos que corrieron, bailaron y hasta se generaron algún raspón al caer a los pies de otro por intentar detenerlo.

Esta mañana que propuso juegos en equipo se enmarcó en el programa Rugby Solidario que, impulsado institucionalmente por Fundación Centro, convocó el aporte voluntario de jugadores de primera división de distintos clubes de rugby, quienes sin más recompensa que una mañana al aire libre y los gritos de "profe", enseñaron su deporte a un grupo de chicos que poco sabían de tackles, puntos y tries.

Matías Dalla Fontana, uno de los precursores del programa, explicó a Nosotros que su fin "no pretende que los chicos, beneficiarios del programa, sean deportistas federados de rugby, sino llevarles una instancia de recreación que promueva valores deportivos. La idea es sembrar en ellos la semilla o el deseo del deporte, transmitirles la idea de que existen entidades deportivas que no se cierran en el rugby sino que proponen diferentes deportes como el voley o fútbol a los que también se pueden sumar".

Más allá de los objetivos, la realidad inmediata fue celebrada por los chicos. Cerca del mediodía, cuando los grupos de chicos se comenzaban a disipar, Yamila dijo que "estuvo bueno porque nos enseñaron a jugar al rugby y les ganamos a los varones". Rodeada de amigas, dió un empujoncito a su hermana y la animó a hablar: "fue lindo porque bailamos, jugamos a la mancha, saltamos en el castillo y nos dieron facturas".

Espíritu deportivo

Según contó Dalla Fontana, la iniciativa nació de la experiencia que forjó junto a Emiliano, su hermano, en toda una vida con el deporte. Estos jugadores de primera división del club CRAI, contaron que se inspiraron en Rugby Solidario, una asociación civil sin fines de lucro que, desde Buenos Aires, busca "ayudar y fomentar el desarrollo de familias de muy bajos recursos" a través de "estrategias de inclusión social por medio de la educación y la promoción de niños, niñas y adolescentes y sus comunidades". Estas premisas, delineadas en la página de internet de la entidad (http://www.rugbysolidario.org.ar) se corresponden de algún modo con el proyecto santafesino que encuentra, en la promoción de este deporte, "la posibilidad de transmitir a los chicos los valores del rugby, que más allá de su objetivos deportivos promueve el espíritu de equipo, el compañerismo, la vida familiar que se genera en los clubes, la disciplina individual, entrenamiento y esfuerzo, valores que en este deporte, al no estar teñido del profesionalismo -como en el fútbol, aclaró Matías- se mantienen neutrales".

En nuestra ciudad, el programa se implementa con la participación voluntaria de jugadores de primera división "y hasta sus novias, que agrupan a las nenas más chiquitas y les organizan juegos", contó Emiliano Dalla Fontana. Adrián Mingarini, uno de los jóvenes voluntarios, valoró en cambio que "pasamos una muy linda mañana con los chicos. Hicimos algunos ejercicios básicos del deporte y me perece que lo disfrutaron. Algunos incluso demostraron muchas facilidades para el deporte, si bien lo conocían poco no lo habían jugado nunca. Para nosotros -los jugadores voluntarios- es una buena manera de disfrutar el domingo a la mañana, porque en vez de quedarnos en nuestras casas venimos y les enseñamos este deporte que tanto nos gusta a los chicos".

"Somos jugadores de rugby, conocemos el deporte, la idea de disciplina y de organización grupal como fuente de éxito, no sólo en cuanto al rendimiento deportivo e individual, sino como metodología de construcción -agregó Matías-, de promoción del espíritu de equipo".

Jugadores, entrenadores voluntarios

El programa Rugby Solidario implementado por los hermanos Dalla Fontana comenzó a recorrer diferentes barrios a comienzos de mayo, y de allí a esta parte propuso juegos, rugby y "algo de hockey para las nenas en Villa Oculta, en el Playón polideportivo de los Sin Techo, ubicado en calle Suipacha al fondo".

Allí, "la invitación se hace por las redes institucionales como la parroquia, el club del barrio, la escuela, o el centro de salud, que sirven como convocantes y terminan colaborando -expresó Matías-. No se puede obviar la iniciativa y la voluntad que tienen los chicos del club, quienes trabajan en forma ad honorem. Los invitamos a participar de manera informal, por amistad o afinidad, en función de las disponibilidad de cada uno, porque al ser una actividad voluntaria parte de las ganas y el tiempo".

Juegos y charlas

Con chicos y padres

El programa Rugby Solidario aterriza una vez cada quince días en diferentes barrios. A su vez, se articula con charlas de prevención en adicciones y de orientación vocacional, dictadas también por Dalla Fontana, licenciado en psicología. Desde el inicio, "realizamos las charlas en diferentes escuelas, donde nos contactamos tanto con los chicos como a con los padres para conversar sobre estos temas", contó Matías.

La primera cancha se improvisó en la zona de Colastiné, cuando "todavía no estaba formulado como programa ni tenía el conjunto de recursos y responsabilidades que tenemos hoy -dijo Dalla Fontana-. Queremos proyectarlo en el tiempo, al menos por otros tres meses. A futuro, queremos que sea un proyecto piloto que sirva para plantear otros trabajos de promoción de valores a partir del deporte".

Para proyectarlo en el tiempo, convoca a todo tipo de entidades de la ciudad y la región a "contribuir al fortalecimiento y continuidad de esta experiencia que busca promover la práctica del juego como transmisión de valores a partir de la enseñanza y práctica de destrezas básicas del rugby y el hockey", explicaron los hermanos.

Textos de Revista Nosotros.