Región: REG-02
Un as bajo la manga

La movilización de San Pedro mostró síntomas de cambio importantes respecto de las últimas marchas masivas del campo. Los escasos 5.000 manifestantes reflejaron la caída en la popularidad de lo que algunos medios nacionales denominaron la "guerra gaucha". El mismo Alfredo De Angeli comenzó su discurso criticando a los propios chacareros que bajaron los brazos y que abandonaron el camino de la lucha. El apoyo urbano, esta vez, no estuvo presente.

El tiempo, en este caso, parece ser aliado de los Kirchner, quienes aplican así una silenciosa venganza contra el único sector que le planteó agudas críticas a los puntos más débiles de su modo de gestión concentradora.

"La gente", como ahora se denomina a ese amorfo aglomerado urbano nacional, parece más preocupada por capitalizar en beneficio propio los efectos del sacudón de los mercados internacionales. Las grandes aglomeraciones dejaron de ser las marchas del campo y las cacerolas para mudarse a la puertas de las agencias de cambio.

El mundo, en tanto, sigue brindando señales intranquilizadoras. En la reunión de los líderes de los países más poderosos, se acordó adoptar un paquete de medidas conjuntas para salvar al sistema financiero del colapso total. Los cinco puntos votados apuntan a usar todos los instrumentos disponibles para apoyar a las instituciones financieras y evitar su quiebra; adoptar los pasos necesarios para descongelar el crédito y los mercados de capitales, asegurando que los bancos tengan acceso a liquidez y financiamiento; asegurarse que los bancos y otros agentes financieros puedan obtener capital de fuentes públicas y privadas en montos suficientes para restablecer la confianza; asegurarse que sus respectivos programas nacionales de depósitos y garantías sean robustos y consistentes; y actuar para reactivar los mercados secundarios de hipotecas y otros títulos de valores. El tiempo dirá si este paquete alcanza o el mundo deberá adaptarse a nuevas reglas de juego.

Para nuestro campo, afortunadamente el impacto parece haber disminuido con un leve repunte en la cotización de los granos, variable directa por donde la crisis parece pegar más duro a nuestro país.

En el plano doméstico, la presidenta de la Nación, con estas nuevas cartas bajo la manga, prefirió reforzar su tradicional discurso, volviendo a descalificar al sector y, lo que es peor, anunciando poco y nada.

Según expresó Cheppi, se destinarán 50 millones de pesos como ayuda especial a los costos de implantación de trigo de zonas afectadas por la sequía, más un plus de ayuda por plantación y subsidios para productores vacunos. Si se toma en cuenta que se está "quemando" el trigo con glifosato para sembrar soja, y que las pérdidas -sólo en Santa Fe -ascienden a unos 2 mil millones de pesos, la propuesta sigue siendo más parecida a una burla que a un paliativo y menos aún, una solución. Sobre todo, teniendo en cuenta que nuestra provincia todavía sigue esperando los 60 millones de ayuda aprobada por el Congreso nacional.