Regionales: REGI-01
Fue el martes y no dejó nada
Quinta arrasada por la pedrada en Aguiar
El martes, pasadas las 13, una impresionante pedrada destruyó 2 hectáreas de una quinta hortícola ubicada 2 km al norte de Arroyo Aguiar. Nada se salvó de la furia climática y los productores perdieron tomates, repollos y cebollas. Ayer desarmaron todo y empezaron de nuevo a preparar la tierra.

César Benítez[email protected]

"Estaba todo tan lindo", fue la expresión esperanzada de don Mariano Eugenio Pavicich, quien junto a su familia alquila un campo de 20 hectáreas al norte de Arroyo Aguiar. Sin embargo, cuando ya estaban a 20 días de cosechar lo que pintaba como una promisoria cosecha de tomates (redondos y peritas), la pedrada del martes hizo añicos esa ilusión.

Ayer comenzaron desarmar todo porque la piedra destruyó el 100 % de tomates, repollo y cebolla de cabeza; literalmente el meteoro "barrió" con las 2 hectáreas de los cultivos implantados y ahora con el paso de los días se comprobó la magnitud del daño.

"El martes, pasadas las 13, comenzó a caer piedra del tamaño de un huevo de gallina acompañado de agua y viento. Luego cesó para posteriormente producirse otra pedrada que incluso dejó marcas en el suelo, lo que refleja su tamaño y el daño que provocó", contó Ceferino Martín Pavicich, quien está al frente de la explotación.

"El resto de las 18 hectáreas estaban listas para sembrar, aunque había algunas parcelas ya implantadas con lechuga y remolacha, aunque no sabemos si nacerá por los golpes que la piedra propinó sobre el suelo", comentó Pavicich padre a El Litoral.

Los Pavicich son una familia muy querida en Arroyo Aguiar y provenientes del norte santafesino se radicaron en la zona donde desde hace más de 40 años, donde se dedican familiarmente a las actividades hortícolas. Con respecto y trabajo se ganaron el cariño de la gente del lugar.

Pese a tamaña adversidad no bajan los brazos y miran con optimismo el futuro, acostumbrados a superar circunstancias difíciles en una actividad que siempre está supeditada a las condiciones climáticas. Por eso cada tanto miran al cielo y ruegan: "Ojalá no haya pedradas por un tiempo, así nos enderezamos".

Volver a empezar.

No hay tiempo para lamentarse y a esto los quinteros lo tienen muy en claro, por eso después de desarmar la estructura del tomate ya comienzan a pensar en verduras de estación que llegan a muchos hogares santafesinos.

Por eso ahora será el turno de las verduras de hoja y los zapallitos, sólo se espera que el clima que fue tan benévolo con las lluvias iniciales ahora no sume el granizo que tanto perjuicio provocó en algunas explotaciones productivas.