Educación: EDUC-02
Conferencia en el Foro Cultural de la UNL
Sobre el Sarmiento político, el intelectual y el educador
El historiador santafesino, Prof. Darío Macor, desanda los pasos del gran maestro de la República desde una perspectiva que cruza tres dimensiones: la política, el pensamiento y la escolarización, bases centrales sobre las que Sarmiento ideó la construcción de la Argentina moderna.

La figura de Sarmiento es siempre convocante. Su genio y su invalorable aporte a la construcción de la República son temas que no pierden vigencia y motivan congresos y charlas. En el marco de la Cátedra Abierta Domingo F. Sarmiento, un espacio para pensar y discutir hoy la República, se realizó días atrás en el Foro Cultural UNL la conferencia "Sarmiento: el tiempo y la historia", a cargo del reconocido historiador Darío Macor. El encuentro fue organizado por el Archivo Histórico de la Secretaría de Cultura de la UNL y la Asociación Civil Instituto Sarmientino de Santa Fe.

"La Argentina es el único país de América que, a finales del siglo XIX, fue pensado antes que construido. Pensado por un grupo de hombres que sólo tenían como ventaja su inteligencia y clarividencia. Esta concepción histórica jerarquiza a la elite ilustrada o grupo de los intelectuales, a diferencia de lo que ocurrió en otros países del continente", resaltó Macor. Esto les da a los intelectuales argentinos de aquella época y en particular a Sarmiento "un lugar privilegiado y, a la vez, una gran responsabilidad respecto de la construcción de la Nación. Por eso no es habitual encontrar en un país como la Argentina que el rescate de los hombres del pensamiento nacional siga teniendo tanta vigencia en la actualidad", enfatizó.

Sarmiento en la escuela del siglo XX

La Argentina ingresa en un profundo proceso de escolarización hasta la década del "30 del siglo pasado, "y en esto tuvo un peso clave la influencia del pensamiento sarmientino". Este proceso encuentra un referente en José María Ramos Mejía (presidente del Consejo de Educación entre 1910 y 1912), "quien va a ritualizar formas de aproximación a los héroes patrios", explicó Macor. A partir de entonces, "Sarmiento es vaciado de todo contenido simbólico hasta convertirse en la estatua del prócer de la educación. Y como es quien más relacionado está con la escuela, es al que más brutalmente "sacrificaron'. No es nada demoníaco: todo el mundo está convencido de que se lo está enalteciendo, no hay escuela que no le rinda honores, pero cuanto más repetimos esos ritos a Sarmiento, menos sabemos de él. La representación sarmientina se vacía a partir de esa imagen tan "militarizada' de la educación (todos los alumnos vestidos de igual forma, como soldados en filas perfectas, recitando "Aurora' al unísono), que se construye a partir de 1910".

"Si miramos la educación desde la dictadura del '43 y luego durante el peronismo, Sarmiento desaparece de las escuelas. A fines de los años '50, su figura toma dos vertientes: por un lado, Sarmiento es una representación de la escuela laica. Recién en esa época muchos argentinos se empiezan a enterar de sus discursos en el Congreso Pedagógico (de 1882, donde se debatió acerca de las ideas y principios que debían regir la educación pública), los cuales estuvieron silenciados por 100 años. La segunda vertiente es la de izquierda -predominante en los años '70-, que sostenía que Sarmiento se atrevió a pensar una sociedad sin propietarios terratenientes, con menos capital material y más capital simbólico".

La república inconclusa

Ya en los años '80 hay una vuelta discreta hacia la figura del gran maestro. "En el campo académico se comenzó un redescubrimiento de Sarmiento en una clave que se reveló como muy duradera, instalada por (el historiador) Natalio Botana: Sarmiento se va transformando en la tradición republicana argentina. Una tradición republicana que, por inconclusa, siempre está demandándonos como sociedad", afirmó el profesor.

¿Cuál es la permanente novedad de Sarmiento? "Él nunca terminó de encontrar la forma adecuada a nuestro país. Y porque no lo hizo sigue demandando a los argentinos aquello que tampoco se pudo concretar en el siglo XX, que es tener un país ordenado de tal manera que no caiga tan fácilmente en las arbitrariedades del poder. Ese es el principal legado sarmientino (en la clave de Botana): la república inconclusa", dijo en su cierre.

Sobre el disertante

Darío Macor es profesor titular de Historia Argentina en la Facultad de Humanidades y Ciencias (Fhuc) y en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Es director de la revista Estudios Sociales y del Programa de Estudios Interdisciplinarios de Historia Social de la UNL. Actualmente, dirige el Departamento de Historia de la Fhuc. Ha publicado diversas obras, capítulos de libros y artículos en revistas científicas, nacionales y extranjeras, con especial acento en la historia regional santafesina de la primera mitad del siglo XX. También es investigador del Conicet.