Los corsarios somalíes tienen secuestrado al superpetrolero Sirius Star desde el sábado pasado

Piratas piden rescate de U$S 25 millones

Los secuestradores aseguran que los dueños del barco Sirius Star tienen diez días para satisfacer el pedido y recuperar el buque o enfrentar “acciones que podrían ser desastrosas”.

Piratas piden rescate de U$S 25 millones

AFP-EFE

Los piratas somalíes que mantienen secuestrado el superpetrolero saudí Sirius Star reclamaron hoy un rescate de 25 millones de dólares en un plazo de diez días, desafiando a la comunidad internacional, que está enviando cada vez más buques a la zona.

“Pedimos 25 millones de dólares a los propietarios saudíes del petrolero. No queremos negociaciones que se eternizan para solucionar este asunto”, declaró uno de los piratas a bordo del Sirius Star, Mohamed Said, contactado por teléfono por la AFP desde Nairobi.

“Los saudíes tienen diez días para satisfacer” la exigencia, “si no, actuaremos de una forma que podría ser desastrosa”, agregó el pirata, sin más precisiones.

Los piratas capturaron el sábado el superpetrolero saudí cargado con dos millones de barriles de crudo, por valor de unos 100 millones de dólares. El barco está anclado desde el martes frente a las costas del pequeño puerto de Harardere, una de sus bases, situada a 300 km al norte de Mogadiscio.

Ayer, el ministro saudita de Relaciones Exteriores, el príncipe Saud Al Faysal, confirmó que había negociaciones con los piratas.

“Sé que los propietarios del superpetrolero están negociando. No nos gusta negociar con terroristas ni secuestradores. Pero los propietarios del petrolero son en última instancia los árbitros de lo que ocurre allá”, declaró.

La captura del Sirius Star, de 330 metros de eslora, es la operación de piratería más espectacular jamás llevada a cabo en las costas de Somalia.

Según cifras de la Oficina Marítima Internacional (OMI), 94 barcos han sido atacados por piratas somalíes en el océano Índico y en el Golfo de Adén este año, una cifra en fuerte alza. Diecisiete de ellos siguen en manos de los captores, con 250 tripulantes a bordo.

Varios países han enviado ya buques de guerra a las costas somalíes para combatir el bandidaje, que sin embargo sigue causando estragos.

Más barcos rusos

Ante la persistencia de ataques de piratas que exigen rescates, Rusia, que ya tiene un buque de guerra en la zona, anunció hoy el envío de más buques.

“Después del Intrépido, otros buques de la marina rusa se dirigirán a la región”, indicó el almirante Vladimir Visotski, citado por la agencia Ria Novosti, refiriéndose a un barco ruso enviado a la región en septiembre.

Desmarcándose de Rusia, Estados Unidos, que ya tiene una imponente fuerza naval en el océano Índico, advirtió ayer que un enfoque militar no constituye una respuesta adecuada.

“Pueden tener todas las Marinas del mundo con sus barcos desplegados por la zona y a pesar de ello no resolver jamás el problema”, declaró Geoff Morrell, portavoz del Pentágono.

La multiplicación de los ataques de piratas inquieta también a los países ribereños del mar Rojo, temerosos de que se reduzca el tráfico marítimo.

Reunidos hoy en El Cairo, responsables egipcios, jordanos, saudíes, sudaneses y yemenitas estudiaron “todas las opciones” para luchar contra la piratería, según el portavoz de la Cancillería egipcia, Hosam Zaki.

“El fenómeno amenaza la navegación en el mar Rojo, y obliga a algunos barcos a escoger otras rutas”, se alarmó el portavoz. Egipto, por ejemplo, recibe importantes ingresos gracias al tráfico marítimo en el canal de Suez.

La Unión Africana (UA) recordó que la explosión de la piratería no es más que la consecuencia del caos que reina en Somalia desde el inicio de la guerra civil en 1991.

Ante la eventualidad de un envío de buques a la zona, China dijo hoy que confía en las resoluciones de la ONU para combatir la piratería en las costas somalíes.

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Batalla ganada en el estrecho de Malaca

Los países del sureste asiático están ganando de momento la batalla contra la piratería en el estrecho de Malaca, aunque si bajan la guardia, esa zona clave para el comercio mundial podría verse de nuevo infestada de bandidos, advirtió hoy la Oficina Marítima Internacional.

De enero a septiembre, sólo se han producido dos tentativas de ataque, frente a las 38 agresiones registradas en 2004 y las 75 de 2000, según la Oficina Marítima Internacional (IMB por sus siglas en inglés).

El estrecho de Malaca, por el que transita el 40% del comercio mundial, incluida buena parte de las importaciones energéticas chinas y japonesas, es uno de los principales puntos de paso entre el océano Índico y el Pacífico. “Si los piratas intentaran ataques como los que tienen lugar en Somalia, sería difícil para ellos, porque los gobiernos de la región no dudarían en tomar medidas”, dijo Noel Choong, director del Centro de Observación de la Piratería de la IMB.

Pese a destacar el menor número de abordajes en el estrecho de Malaca, la IMB mantuvo su advertencia sobre esa zona, donde los piratas están adoptando un “perfil bajo” arredrados por la frecuencia y la eficacia de las patrullas, según Choong.

El estrecho, de 800 kilómetros de largo, bordeado por Singapur, Malasia y la isla indonesia de Sumatra, fue teatro de frecuentes ataques piratas en el pasado, y hace apenas tres años fue calificado como el punto más peligroso del mundo por el asegurador marítimo británico Lloyds.

El estrecho de Malaca está sembrado de islas del archipiélago indonesio que sirven de refugio ideal a los piratas.

Pero desde 2004, Indonesia, Malasia y Singapur, con la ayuda de Estados Unidos, empezaron a coordinar patrullas por temor a que algún petrolero fuera secuestrado por terroristas.

Al contrario que en el sureste asiático, “en Somalia no hay un gobierno propiamente dicho, y no hay cooperación entre los Estados del Golfo de Adén. Esos países son incapaces de garantizar la seguridad marítima por falta de recursos”, destacó el analista Ramli Nik, del Instituto Marítimo de Malasia.

El profesor Ralf Emmers, especialista en seguridad marítima en la Escuela S. Rajaratnam de Estudios Internacionales en Singapur, recordó que la piratería “está relacionada con las circunstancias socioeconómicas” de una región, y que “eso explica en parte” el aumento de ataques en Somalia, una de las zonas más pobres del mundo.