El reclamo del campo

Comienza a cerrarse una página histórica para el campo como factor aglutinante de reclamo institucional. Nuevos desafíos para 2009.

Editor Campolitoral

Los fenómenos sociales, como lo fue el reclamo del campo, ocurren por la superposición de muchos factores que, combinados, movilizan al cuerpo social a expresarse de determina manera no habitual.

El impulso oficial por instalar la Resolución 125 fue la gota que derramó el vaso por una política sistemática de vaciamiento y destrucción de las cadenas productivas. Otro agravante fue el argumento, ya que embanderando causas efectistas como la mejor distribución de la riqueza y la mesa de los argentinos, se desaprovechó un lustro histórico en materia de precios internacionales.,Esta semana se anunciaron dos nuevas marchas. La primera, impulsada esta vez por el dirigente entrerriano Alfredo De Angeli. Será en Paraná, e intentará aglutinar nuevamente el reclamo por una política seria para el sector. La segunda asamblea fue anunciada por la Mesa Nacional de Productores de leche, quienes no suscribieron el último acuerdo con el gobierno nacional. Se sabe que será en Villa María y contará con el apoyo de la Comisión de Enlace de las entidades agropecuarias.

Lo cierto es que la presidenta ya lanzó su paquete para revertir los efectos de la crisis, el que incluye, entre otras cosas, la creación de un Ministerio de la Producción. El mismo dista bastante de ser una cartera agropecuaria, tal como anhelan los ruralistas, pero promete algunas cuestiones interesantes. Lo importante pasa por saber hasta dónde tendrá la voluntad y la firmeza política para poner fin a esta concatenación de medidas que no son “mérito” exclusivo de esta gestión, sino que vienen de arrastre desde hace muchos años en la Argentina. La Ministra Giorgi es una figura con experiencia en la función pública, pero deberá lidiar con el principal soldado de la gestión oficial: Guillermo Moreno, cuya cartera depende de Economía.

Ultimamente, los productores consultados por Campolitoral exhiben una mezcla de impotencia, resignación y agotamiento. El 2008 fue un año único, que forjó una unidad histórica para el campo. El 2009 asoma como un ciclo turbulento, en donde será conveniente aplicar la prudencia para poder mantenerse en la actividad. Difícilmente se repitan esas marchas multitudinarias, aunque el mensaje sigue vivo: más seriedad e institucionalidad para el país. Quienes nos gobiernan no parecen ir por ese camino.