Denuncia por padrón

Los problemas para acceder a una casa propia

Lucía Ignacia Jeanbeau es una vecina de barrio San Martín (en el norte de la ciudad) que reclama su derecho a ser adjudicataria de una vivienda social. “Estoy inscripta en Dirección de Vivienda; soy viuda y tengo un solo hijo, lamentablemente con una discapacidad moderada. Cuando tenía cuatro años lo mordió un perro en la cabeza; tiene la mentalidad de un chico, aunque tiene 34 años. Pero trabaja (desde hace siete años, en una carnicería), y tiene su pensión nacional. Cuando fuimos al sorteo el 30 de julio me sacaron del padrón, porque dicen que cupo para esa clase de chicos no hay: hay para discapacitados motrices”, relata.

Y agrega: “No quiero que el gobierno me regale una casa; quiero entrar legal como todos, pagar como todos. Estoy cansada de vivir de alquiler: ahora la casa en la que vivo se vendió, y estoy con un pie en la calle porque no consigo”.

Las catástrofes hídricas también terciaron en la familia de Lucía: “Yo me inundé dos veces: en 2003 y 2007, perdí todo. En 2003, el gobierno no me pagó, porque la casa no era mía, le pagó a la propietaria, aunque los muebles eran míos. En 2007 peor, porque tuve un metro adentro de la casa”.

Sin audiencia

En abril, Lucía presentó una nota al gobernador Hermes Binner, que fuera respondida por Ariel Rodríguez, asesor del Ministerio de Obras Públicas y Vivienda. El funcionario dice en su respuesta que el planteo “fue remitido para su tratamiento a la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo”, y sugiere que se contacte con la licenciada Cecilia Villanueva para coordinar una entrevista con Gerardo Barro (en ese entonces titular del área, hoy reemplazado por Alicia Pino). A pesar de esto, Jeanbeau cuenta que nunca tuvo respuesta telefónica de Villanueva (“siempre me hizo atender por secretarias”), ni ante varias solicitudes escritas solicitando audiencia, ni a la carta documento que mediante abogado presentó la interesada el pasado 17 de noviembre. Al día siguiente, radicó una denuncia en la Defensoría del Pueblo.

“No sé si nos tomaron el pelo: dicen que las casas se hicieron con rampas. Las que yo conozco, donde están mis amigas, ninguna tiene rampas. ¿Y cuánta gente que no tiene hijos discapacitados vive? Se han hecho más de 4.000 viviendas, y les están robando las puertas y las ventanas, porque no están ocupadas”, afirma la mujer.

 

2_ng.jpg