Un vecino resultó golpeado y herido

Alumnos de la escuela Nicaragua

acusados de graves incidentes

Danilo Chiapello

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Violentos incidentes se desataron hoy en la puerta de la escuela República de Nicaragua -en barrio Sargento Cabral-, los que dejaron como saldo un vecino herido y más de veinte adolescentes que debieron ser conducidos hasta la seccional.

El grave suceso ocurrió esta mañana cerca de las 10 y tuvo lugar frente al citado establecimiento educativo, el que se ubica en J.M. Zuviría al 2400, entre pasaje Venialbo y Rivadavia, esto es, a espaldas del Centro Friulano.

Personal policial debió acudir hasta allí tras recibir un aviso dando cuenta de que un hombre estaba siendo agredido por gran cantidad de jóvenes.

La víctima resultó ser Vicente Pignata, de 60 años, con domicilio en J.M. Zuviría al 2400, justo frente al colegio.

El hombre presentaba una herida cortante en el cuero cabelludo, además de otras lesiones traumáticas en rostro, cuello y brazos.

Sin control

Adriana Amarillo (57) es la esposa del vecino que terminó lastimado. El frente de su casa se ha convertido en una suerte de gigantesco pizarrón callejero, con inscripciones de todo tipo.

Consultada al respecto la mujer explicó que “desde hace tiempo vivir en este barrio se ha transformado en un infierno. Y todo se agudizó con la presencia de esta escuela”.

Cabe señalar que a dicha institución concurren jóvenes cuyas edades van desde los 13 hasta los 19 años, aproximadamente.

En su relato, la mujer señaló que “a cada momento, los alumnos abandonan el establecimiento educativo y se ganan a la calle. Entonces, se instalan en la vereda a fumar, a gritar, y hacer todo tipo de desmanes. Y pobre de aquel que se anime a decirles algo, porque como respuesta recibe una lluvia de insultos”.

Más adelante sostuvo que “eso fue lo que pasó hoy. Eran unos 20 jóvenes, entre varones y mujeres, los que estaban, todos, tirados en la vereda de mi casa. Estaban fumando y a los gritos.

“Salió mi esposo y les pidió por favor que se vayan. Que hagan silencio porque había gente descansando. Que si querían estar en la calle se instalen en la vereda de la escuela.

Fue entonces cuando se le vinieron todos encima. Comenzaron a darles puñetazos y patadas, además de los insultos terribles que le gritaban. Pero lo peor ocurrió cuando uno de jóvenes, el más exaltado, tomó un pedazo de cemento y se lo arrojó a mi marido en la cabeza. Luego todos salieron corriendo y se metieron dentro de la escuela.

Para entonces, varios vecinos se habían acercado a ayudarme y con ellos llamamos a la policía y los servicios de emergencias”.

Personal del Dipaes brindó una primera asistencia a Pignata en el lugar y luego fue trasladado hasta la seccional 5ta. donde realizó la denuncia por lo ocurrido.

Clima caliente

Tras la partida del herido a la seccional, el lugar quedó envuelto bajo un tenso clima. Un patrullero quedó estacionado frente al domicilio de la víctima, en prevención de posibles ataques.

Minutos después otra vez varios jóvenes ganaron la calle. Y sin ningún rubor arremetieron ahora contra la esposa del herido, a la que hicieron blanco de insultos y amenazas.

La embestida alcanzó incluso hasta al único policía que había quedado de custodia el que, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, optó por solicitar refuerzos de manera urgente.

Vale acotar que esta segunda embestida se concretó delante de varios medios de prensa que ya estaban cubriendo el suceso.

La otra campana

Por su parte, varios de los jóvenes involucrados también dieron su versión de los hechos. “El que salió a atacarnos fue ese hombre (por el vecino). Se nos vino encima armado con un palo. Entonces nosotros nos defendimos. Ese hombre siempre busca problemas”, dijeron.

Puestos al tanto del asunto, las autoridades escolares optaron por llamar a los padres de los chicos involucrados en los episodios.

Todo hubo de culminar cuando una comisión policial tomó contacto con los padres y los adolescentes, a los que “invitó” a acudir hasta la seccional para hacer su declaración.

El conflicto involucra a una veintena de estudiantes y un vecino. Esta mañana hubo agresiones en la puerta de la escuela. Debió intervenir la policía.

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Una unidad del Dipaes asistió al vecino herido. Por su parte, la policía “invitó” a los chicos, junto con sus padres, a declarar en la seccional 5ta.

Foto: Danilo Chiapello

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Desde el lugar, la policía secuestró un grueso pedazo de mampostería -sería la tapa de cemento de una alcantarilla- con la que el vecino habría sido golpeado.

Foto: Danilo Chiapello

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EL DATO

Voces coincidentes

Distintos vecinos entrevistados por el episodio se expresaron de modo coincidente con el matrimonio Pignata. Señalaron que las faltas de respeto hacia las personas mayores son habituales. “Insultos y agresiones volvieron a este lugar irrespirable”, dijeron. “Ya no se puede tomar mate en la vereda porque aparecen grupos de jóvenes y te dicen de todo. Escriben las paredes con inscripciones amenazantes. Es un desastre”.

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OPINIÓN

Palabras de una maestra

En los momentos posteriores al conflicto, apareció en escena una mujer, la que mantuvo un duro intercambio de palabras con un policía y con un periodista de este diario. La involucrada se identificó como Anny Roth, docente de la escuela Nicaragua. Al agente apostado junto a un patrullero le endilgó que la seguridad era un problema del que se tenía que ocupar la policía, “porque para eso te pagamos el sueldo”. Acto seguido se dirigió al cronista de El Litoral para decirle “ustedes se ocupan de las cosas malas, pero quiero que destaquen que aquí dentro (por la escuela) también ocurren cosas buenas”.