Se debe hacer hincapié en la detección temprana

El diagnóstico de cáncer no es una sentencia de muerte

El cáncer, en este caso, de mama, puede ser fácilmente detectado y tratado, pero es fundamental que las mujeres -en especial después de los 40 años- se realicen su control específico.

Mariana Rivera

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“Le debo la vida a mi marido y a Elena, que fue mi ayuda incondicional sin conocerme personalmente sino sólo por teléfono”, admitió satisfecha Emilce Cuevas, sentada en una pequeña salita de la filial santafesina de Lalcec (Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer), junto a su presidenta, Elena de Ropolo.

En octubre de 2005, cuando tenía 41 años, le detectaron cáncer de mama pero en un estado inicial, motivo por el cual recibió tratamiento y hoy puede contar la experiencia vivida. “Todo empezó cuando mi marido se enteró que Lalcec estaba haciendo la campaña anual de prevención del cáncer de mama y me anotó el teléfono, pero yo no le di importancia. Pasaron varios días y como yo no había llamado, él mismo me pidió un turno”, recordó.

A pesar de que -según admitió- se realiza sus controles ginecológicos, incluyendo los Papanicolaou y análisis de rutina, hasta entonces nunca se había hecho una mamografía, a pesar de que tenía más de 40 años.

“Me hice la mamografía y cuando vine a retirar el resultado me dijeron que el doctor quería verme. Me dijo que me tenía que hacer una magnificación porque tenía una microcalcificación. Para mí era todo nuevo, chino básico, porque no sabía qué era una microcalcificación, una mamografía. A mis dos nenas, que entonces eran chicas, no sabía cómo explicarles que tenía cáncer. Inmediatamente, iban a pensar que su mamá se iba a morir. Les expliqué, las tuve que contener y no les demostré mi preocupación por todo esto”, reconoció.

Lalcec realiza todos los años su campaña anual de detección precoz de cáncer de mama, oportunidad en la que ofrece a las mujeres sin obra social realizarse mamografías gratuitas en su sede. Gracias a esta iniciativa, anualmente se detectan casos de este tipo de cáncer. Este año se realizaron 70 mamografías sin cargo y cinco mujeres fueron derivadas para recibir tratamiento en el hospital Iturraspe de nuestra ciudad.

Una mano compañera

Pero para afrontar la situación que -que incluyó una cirugía, biopsia y rayos, además de los vaivenes emocionales que estas instancias traen como consecuencia- fue fundamental el apoyo que recibió de su esposo, sus hijas y de la presidenta de Lalcec.

“Mi esposo siempre estuvo al lado mío; fue incondicional. Me acompañó lo máximo que pudo porque es fletero y viaja”, aseguró, al tiempo que destacó que “Elena fue mi segunda mamá porque me apoyó incondicionalmente, incluso me acompañó al doctor porque como para mí era todo nuevo, tenía terror. Tuvimos una atracción telefónica y siempre nos llevamos bien. El apoyo que recibí de ella no fue el mismo de las personas que yo hubiese querido (como mis padres) pero a veces recibís más de las personas que menos esperás”.

También contó que “cuando el cáncer te toca en carne propia es difícil pero creo que si tenés el apoyo de tu familia te ayuda mucho. Además, es fundamental el estado de ánimo que tengas y cómo afrontás la situación. No vas a estar contenta si te dicen que tenés un cáncer pero hay que pensar el lado positivo porque hay un tratamiento y una cura; hay posibilidades de supervivencia por los avances de la medicina”.

En este punto, Emilce recordó que “cuando me dieron el diagnóstico de cáncer y me dijeron que tenía que hacer un tratamiento, al principio me dijeron que tenía que sacarme la mama. Pero cuando le comenté a Elena me dijo que pidiera otra opinión médica, ya que por lo general ya no se extrae más la mama sino que se saca el ganglio centinela, sobre todo en mi caso, que era algo superficial.

Me pareció feo pensar en quedarme sin una mama, no sé si es por estética o por miedo a que mi marido me viera de otra forma. También pensaba en que me vería mal, que iría por la calle y que la gente me iba a mirar”.

Una actitud positiva

La vida de Emilce no ha sido fácil ya que, cuando era más joven, también debió pasar por otras dos pruebas difíciles: tuvo anorexia y padeció depresión. Pero -igual que en esta oportunidad- pudo superarlas y seguir adelante, gracias a la contención de su familia y a sus ganas de seguir viviendo.

“Tenés que tener actitud positiva para todo. Además, a mí lo que me da fuerza son mis hijas, quienes me permitieron sobrellevar mi enfermedad. Cuando estaba medio depre me hablaban de cualquier pavada para distraerme, me ponían música. Micaela estaba en 5to. grado y Sofía en 2do. año de la secundaria y pensé que les iba a ir mal en la escuela por este motivo, pero una fue escolta y la otra abanderada. Nunca me vieron con lástima”, recordó con orgullo Emilce.

En este sentido, dejó una reflexión de la lección aprendida: “Mucha gente no va al médico porque piensa que le van a encontrar algo, para no saberlo, pero es preferible saberlo porque quizás en ese momento es una pavada y si se deja pasar el tiempo no lo será más. Pero no se tienen que asustar: uno dice la palabra cáncer y la relaciona inmediatamente con la muerte, pero no es así. Con los adelantos que hay, la posibilidad de supervivencia es mayor”.

Y agregó: “Cuando escuché cáncer pensé que me moría porque para mí era todo nuevo hasta que de a poco me fueron explicando. No obstante, no me voy a quedar de brazos cruzados y me voy a seguir haciendo mis controles. Todo está bien: estoy viva gracias a la mamografía que me hice. Si hubiese venido un año más tarde no sé qué pasaba. Muchas mujeres a veces tienen pudor de hacerse una mamografía pero te puede salvar la vida. A todas mis amigas y a mi hermana les digo que por favor se la hagan”.

Por último, Emilce admitió que “se puede hacer una vida normal después del tratamiento; no te impide hacer nada. Todo depende de vos y de tener fuerza de voluntad, y tratar de superar el problema. Si tenés a alguien al lado tuyo que te levante, que te dé fuerzas, te ayuda mucho para seguir”.

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Emilce Cuevas encontró gran apoyo en Elena de Ropolo para sobrellevar su enfermedad.

Foto: Luis Cetraro

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MOTIVAR A OTROS PARA CUIDARSE

Del 18 al 22 de noviembre se realizó en Puerto Vallarta, México, el Seminario Regional de Periodismo en Salud, organizado por el Centro Internacional para Periodistas, de Estados Unidos, y financiado por el laboratorio Pfizer.

En ese marco, la Dra. Alessandra Durstine, integrante de la Sociedad Americana de Cáncer —“la ONG más grande de Estados Unidos que nació como una organización de investigación”, según aclaró— ofreció una conferencia sobre “Mitos acerca del cáncer: percepciones erróneas, prevalencia, sobrevivencia y opciones de tratamiento”.

La profesional —que tiene a su cargo dirigir las iniciativas en la región de Latinoamérica para esa ONG— reseñó que la institución trabaja “desde hace 90 años para motivar a pacientes y a políticos porque el cáncer es la segunda causa de muerte en América Latina, pero ¿dónde están las acciones para contrarrestar esto? Vemos movimientos para el sida y con cánceres infantiles pero ¿cómo se está trabajando para el cáncer en general cuando se sabe que muere una persona de cáncer cada dos minutos en América Latina?”.

Respecto del apoyo al paciente, admitió que “un diagnóstico de cáncer es una bomba en su vida si no tiene el apoyo necesario para sobrevivir y mantener su vida. Tratamos de desestigmatizar la enfermedad involucrando a sobrevivientes y familiares a nuestra causa, porque dar esperanzas con sobrevivientes al cáncer es la mejor manera de motivar a personas a cuidarse a sí mismas”.

En relación a los “cinco mitos del cáncer, que son barreras que crean miedos, disminuyen las esperanzas y otorgan poder a ciertos puntos de vista fatalistas, que debemos combatir”, la profesional comentó que el primero dice que “el cáncer es una sentencia de muerte” pero más del 50% de los cánceres se puede prevenir y -según la Organización Mundial de la Salud- una tercera parte de los cánceres puede curarse con tratamientos y como son nuevos provocan menos daños que años anteriores”.

En este sentido, contrapuso el mito con la realidad: “Por ejemplo: en el cáncer de mama, la detección temprana es fácil y te va a salvar la vida. La sobrevivencia en la etapa inicial es del 93% pero en la etapa avanzada es del 13%, aproximadamente. Como comunicadores tienen que llevar esta información a la gente, para que se hagan la detección temprana, que no cuesta casi nada al gobierno ni a los individuos, porque casi todos los países tienen detección precoz gratuita en los servicios de salud públicos. La detección temprana puede disminuir las chances de mortalidad por cáncer de mama en un 30% y el tratamiento aporta otro 30%”.

“Estoy solo” reza el cuarto mito del cáncer, pero la médica de la Sociedad Americana del Cáncer aseguró que “la gente no tiene que sentir que está sola porque hay sobrevivientes, a los que les podemos dar voz, una voz de esperanza. Esto hace que sea mucho más probable que las personas se acerquen a los servicios de salud a hacer su tratamiento”. Y agregó: “El estigma del cáncer es la única parte de la enfermedad que no es curable; por eso hay que luchar por los derechos que tienen los pacientes para tratarse y curarse”.

Factores de riesgo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado como algunos de los principales factores de riesgo que contribuyen de manera fundamental a la carga del cáncer en América Latina a:

el consumo del tabaco,

la mala alimentación,

la falta de actividad física,

las infecciones.

El diagnóstico de cáncer no es una sentencia de muerte
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El Programa Provincial de Oncología recuerda que la mamografía periódica debe realizarse, a partir de los 40.

Foto: Archivo El Litoral

Mitos y verdades

1El cáncer es una sentencia de muerte: el cáncer no es una sentencia de muerte; es una enfermedad que en la mayoría de los casos puede prevenirse y tratarse exitosamente. Cuando el cáncer se detecta oportunamente, por lo general puede tratarse localmente, lo cual está asociado a un pronóstico más favorable. Cuanto más se tarde en diagnosticarse, tanto mayor será la posibilidad de que la enfermedad se propague a otras partes del organismo.

2no es un problema en nuestro país: actualmente, es la segunda causa de muerte en Latinoamérica y el índice de casos de cáncer en la región va en aumento. En Argentina, es la segunda causa de muerte y representa el 19 % de los decesos totales. No obstante, la enfermedad continúa percibiéndose como una enfermedad de las clases acomodadas y la opacan las enfermedades infecciosas, que a menudo se asocian con las clases pobres.

3El cáncer es mi destino: el cáncer no es el destino de nadie. Si bien las actitudes fatalistas llevan a algunas personas a creer que contraer cáncer está fuera de su control, la realidad es que ciertas opciones conductuales permiten a la gente disminuir el riesgo de desarrollarlo. De hecho, se estima que más de la mitad de los nuevos casos de cáncer y las muertes causadas por el cáncer son potencialmente prevenibles.

4Nada va a cambiar, no hay nada que pueda hacerse: las barreras que pueden impedir el avance en el control del cáncer se pueden confrontar y superar. Éstas consisten en la falta de políticas gubernamentales dirigidas específicamente al control del cáncer; campañas por parte de los medios de comunicación para aumentar la concientización de la población respecto al cáncer; una sociedad civil dinámica que convierta su agenda pública del cáncer en una agenda política del cáncer. Las organizaciones de la sociedad civil deben trabajar en conjunto para implementar un plan para el control del cáncer, a nivel gubernamental.

5Estoy solo: el gran número de individuos que han pasado de ser diagnosticados con cáncer a convertirse en sobrevivientes de esta enfermedad habla de la fuerza del movimiento para el control del cáncer. En 2002, había más de 24,6 millones de sobrevivientes de cáncer a nivel mundial.

Sociedad Americana del Cáncer

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La Dra. Alessandra Dustine, de la American Cancer Society, durante su disertación en el Seminario Regional de Periodismo en Salud, en México.

Foto: Mariana Rivera

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QUÉ ES EL ICFJ

 

El Centro Internacional Para Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés) fue fundado en 1984, en Estados Unidos, con el fin de mejorar la calidad del periodismo en los países donde hay muy poca o ninguna tradición de una prensa independiente.

Cree que una prensa vigorosa e independiente es una de las armas disponibles más poderosas en la lucha por la libertad y los derechos humanos. También considera que proveer especialistas en periodismo, administración de medios y tecnología, así como información y servicios de apoyo, es importantísimo para el desarrollo de una prensa independiente basada en la ética y la estabilidad económica.

ICFJ realiza programas de desarrollo profesional para promover la excelencia en la cobertura de noticias de comunidades críticas y más globales. Ofrece diversos programas de becas e intercambios, conduce una variedad de seminarios de entrenamiento, talleres y conferencias y provee servicios de consultoría.

Periodista

santafesina

La Lic. Mariana Rivera, redactora del diario El Litoral de Santa Fe, fue seleccionada por el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, Estados Unidos, para participar en el Seminario Regional de Periodismo en Salud, que se desarrolló en Puerto Vallarta, México, entre el 18 y 22 de noviembre pasado.

Más de 150 periodistas de diversos países de América Latina enviaron sus postulaciones pero sólo 34 periodistas de 10 países tuvieron la posibilidad de participar en el seminario.