TRAS LOS PASOS DE LA HISTORIA

Puerta abierta al pasado

Desde hace poco más de dos años, un grupo de profesionales encaró un proyecto de gran magnitud: la búsqueda de evidencias del Fuerte Sancti Spiritu. Se trata del lugar donde, por primera vez, los europeos tomaron contacto con los nativos, en la cuenca del Río de la Plata. El sitio está ubicado en Puerto Gaboto, al sur de Santa Fe.

NATALIA PANDOLFO

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“Éstos venían de la isla Murano, en Venecia. Tenían mucho poder de cambio. Son los famosos espejitos de colores”, dice Fabián Letieri. De la teoría, estudiada, leída y releída; a la foto en la notebook que reproduce el objeto hallado, pasaron muchos días de trabajo, de paciencia y resistencia. Pasaron expectativas respecto de lo que podría encontrarse. Pasó el agobio y también el éxtasis. “Es difícil describir la sensación del momento de hallar algo. Es una mezcla de cansancio, propio de tantas horas de excavación bajo el sol, y de emoción”, cuenta.

Él es uno de los miembros del proyecto del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia, que financia el Consejo Federal de Inversiones, supervisado por el Museo Histórico Provincial de Rosario Julio Marc (donde trabaja), con la colaboración del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de Santa Fe, donde se desempeña Gabriel Cocco, otro de los integrantes del equipo. El director es Guillermo Frittegotto, de la Universidad Abierta Interamericana.

Ese espacio, definido como el primer asentamiento español del Río de la Plata, establecido en 1527 por Sebastián Gaboto, es intervenido, estudiado, analizado pormenorizadamente, por primera vez en la historia. “No sé por qué no se había encarado antes un proyecto organizado. Quizá no hubo interés, o se pensaba que el río se había llevado todas las evidencias”, reflexiona Gabriel. Lo cierto es que, desde hace poco más de dos años, este equipo de profesionales de la arqueología se dedica a lograr la comprobación empírica de que el asentamiento existió en ese lugar.

En Puerto Gaboto, pequeño pueblo ubicado a unos 70 km de Rosario, la gente ya los conoce. Pasados los primeros cuestionamientos, propios de la situación de un grupo de “extranjeros’ que vienen a revisar la historia, los investigadores se instalan, organizados en campañas, en una casa que alquilan con fondos incluidos en el financiamiento del proyecto. La tarea suele durar días, o semanas, e incluye la excavación en patios de viviendas de particulares. En este momento, la búsqueda está focalizada en la zona conocida como “Eucaliptus”. De acuerdo a las evidencias halladas, se trata de uno de los puntos clave.

EL BOSQUE DETRÁS DEL ÁRBOL

El Eucaliptus es todo un símbolo. Allí se encontraron evidencias indígenas y también europeas, que podrían asociarse a Sancti Spiritu, un enclavamiento que estaba compuesto no sólo por el fuerte, sino también por viviendas.

“Encontramos sitios en Puerto Gaboto, que es la margen izquierda del Carcarañá, y también en Timbúes, que es una estancia y no tiene ocupación humana. En el primer caso se dificulta más porque está el pueblo, y eso fue perturbando los sitios arqueológicos. Pero, afortunadamente, las casas tienen mucho terreno y no hay tantas edificaciones. De hecho, el “Eucaliptus” es el patio de una casa”, afirma Gabriel.

La documentación histórica es el marco que sirve de referencia para encarar la tarea. La historiadora rosarina María Eugenia Astiz es la encargada de relevar y analizar textos desde esta disciplina, que operan a modo de disparadores del trabajo.

“Los textos son muy ricos: te cuentan cómo venían los barcos de España, qué tipo de carga traían... Pero no dicen nada sobre la localización, por ejemplo. Los relatos de los viajeros, y del mismo Gaboto cuando vino a la zona, nos sirven para generar hipótesis respecto de lo esperable, de lo que se puede encontrar”, explica Fabián.

DE LO ESPERABLE A LO REAL

El trabajo se dividió en etapas. La primera comenzó en septiembre de 2006 y terminó en marzo de 2007. Allí intervinieron, además de los ya mencionados, el geólogo Carlos Ramonell y la perito topocartógrafa Melina Pérez.

“Durante esos meses hicimos prospecciones, recorrimos la zona cercana a la desembocadura del río y localizamos varios sitios arqueológicos”, cuentan los profesionales.

Terminado el primer período, el cambio en el mapa político produjo un impasse en el trabajo de campo. Mientras tanto, se hicieron tareas de laboratorio, se investigó y se presentó el tema en encuentros y congresos.

La segunda etapa comenzó hace un mes y medio, y terminará en junio de 2009. La búsqueda se concentra ahora en el Eucaliptus. Allí se encontró cerámica vidriada y cuentas venecianas traídas de Europa. A pesar de que el asentamiento duró sólo dos años y medio, y de que luego fue destruido y quemado, se trata de la evidencia del primer contacto más o menos prolongado entre los grupos locales y los europeos.

“No hay muchas referencias, en los documentos históricos, sobre las características del fuerte. Sabemos que las casas eran de adobe, y que pudo haber habido algunas habitaciones que eran de tapia; es decir, tierra cruda, que se degrada muy rápidamente.

Entonces, nuestras expectativas están puestas en encontrar restos de artefactos, que es lo que ya hallamos, y ver si se pudieron llegar a conservar restos de alguna estructura que se pueda relacionar con el fuerte, con alguna vivienda, o con actividades que se hayan realizado en el asentamiento”, define Gabriel.

EN LA MIRA

Para hacer este rastreo, se contrató un equipo de Geofísica de la Universidad de Buenos Aires, que hizo prospecciones con radares. “Se trata de un método que sirve para detectar si existe algún tipo de anomalía, o algo que no sea terreno natural, debajo de la tierra”, indican los especialistas.

Las expectativas son muchas, pero los investigadores advierten que es necesario “manejar las ansiedades”. “Nosotros lo planteamos ya en la primera etapa: el objetivo no es “encontrar el fuerte, sí o sí’, sino que es más amplio, en el sentido de hacer un aporte al conocimiento de nuestra historia”, dicen.

Para el arqueólogo rosarino la iniciativa implica “un desafío muy grande”: “Por ahí todos dicen “hay que encontrar el fuerte’. Y para mí no es así: ya se encontró evidencia, y esto es la punta para seguir analizando, para avanzar hacia el pasado. No es necesario encontrar el fuerte para poder decir que aquí estuvo la ocupación española. Hay material que se relaciona con ese período de tiempo, como las cuentas, que son las primeras que ingresaron a esta zona, y que pudimos hallarlas” afirma, mientras muestra fotos de cuentas que están quemadas, como achicharradas; y fragmentos de cerámica vidriada que revelan indicios de haber sido sometidos al fuego.

Su par santafesino coincide respecto de la magnitud del proyecto: “Desde lo personal, me interesa saber qué fue lo que pasó la primera vez que hubo un contacto, qué se generó. Es algo muy relevante para la historia”, explica.

Los materiales permanecen, por el momento, en el Museo Histórico Provincial de Rosario. La idea es que, una vez analizados, puedan volver al lugar de origen, donde debería construirse algún Museo de Sitio que los aloje, los conserve adecuadamente y habilite exposiciones. En definitiva, un espacio desde el cual los objetos puedan “decir” cosas a quienes tengan los oídos dispuestos.

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El “Eucaliptus” es todo un símbolo. Allí se encontraron evidencias indígenas y también europeas, que podrían asociarse a Sancti Spiritu.

Foto: GENTILEZA DE LOS INVESTIGADORES

Puerta abierta  al pasado
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“La dimensión del proyecto está basada en el tipo de evidencias halladas, y en las inferencias que se pueden hacer a partir del material encontrado”, definen Gabriel Cocco y Fabián Letieri.

Foto: LUIS CETRARO

La tarea suele durar días, o semanas, e incluye la excavación en patios de viviendas de particulares.

Foto: GENTILEZA DE LOS INVESTIGADORES

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Hay material que se relaciona con ese período de tiempo, como las cuentas y la cerámica vidriada que se hallaron.

Foto: GENTILEZA DE LOS INVESTIGADORES

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Un equipo de geofísica de la UBA hizo prospecciones con radares, un método que sirve para detectar si existen anomalías debajo de la tierra.

Foto: GENTILEZA DE LOS INVESTIGADORES

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Sobre la margen derecha del río Carcarañá también se localizaron sitios que son estudiados en este proyecto.

Foto: GENTILEZA DE LOS INVESTIGADORES

“Hablamos del período temprano de colonización, previo a la fundación de Buenos Aires y de Santa Fe. Es el primer grupo que se asienta en este territorio, en toda la cuenca del Río de la Plata”.

FABIAN LETIERI

Arqueólogo

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PERFILES

Los tres integrantes del equipo son licenciados en Antropología, con orientación en Arqueología, egresados de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Integran la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina.

Fabián Letieri

Desde 1998, realiza investigaciones en el área sur santafesina, focalizando los estudios en la cerámica arqueológica de grupos cazadores recolectores. Ha realizado también cursos en el exterior relacionados con el tema y ha participado en diversos proyectos de investigaciones realizados en el país. Actualmente, es jefe del Departamento de Arqueología del Museo Histórico Provincial de Rosario, dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe, y colabora en proyectos de Santa Fe la Vieja. Gabriel Cocco

Actualmente, se encuentra a cargo del Área de Arqueología del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de Santa Fe, dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia. Desde hace 10 años trabaja en proyectos de investigación dentro de la provincia de Santa Fe, sobre arqueología de cazadores recolectores y sitios en contacto hispano-indígena en Santa Fe la Vieja y Puerto Gaboto. Integró las comisiones directivas de la Sociedad Argentina de Antropología y de la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina.

Guillermo Frittegotto

 

Profesor universitario en Antropología, egresado de la Facultad de Desarrollo e Investigación Educativo de la Universidad Abierta Interamericana (sede Rosario). Profesor adjunto en las cátedras Antropología y Prospectiva del Hombre Contemporáneo e Introducción a la Investigación y sus métodos, asignaturas de la Licenciatura en Turismo de la Universidad Abierta Interamericana. Fue integrante de proyectos de investigación arqueológica y estudios de impacto en Santa Fe la Vieja y sitios de cazadores recolectores de la región pampeana argentina.