Reunidos alrededor de la mesa

Reunidos alrededor de la mesa

El espacio donde se servirá la mesa, la cantidad de comensales, el menú y el estilo de encuentro gastronómico son los condimentos que marcarán la pauta al momento de resolver la Nochebuena en casa.TEXTOS. REVISTA NOSOTROS

Por nuestras altas temperaturas, lo mejor para nuestra mesa navideña resultaría planificar una cena en el jardín, para aprovechar el aire libre y, además, el entorno natural que siempre aportan estos espacios verdes. Sin embargo, las experiencias de los últimos años nos han hecho correr auténticas maratones en pos de un lugar protegido de las copiosas lluvias que suelen sorprendernos en plena cena. O sea: hay que manejarse con ambas opciones, pero siempre mirando al cielo.

Dependerá de la cantidad de personas que nos visiten el menú que elegiremos si nos toca ser anfitriones en esta Nochebuena. La parrilla es siempre una apuesta segura en tanto y en cuanto se encuentren voluntarios dispuestos a estar al pie del cañón...o, mejor dicho, de las brasas.

Las carnes, de todo tipo y para cualquier menú, deberemos comprarlas con bastante anticipación. En los días previos a las fiestas desaparecen costillares, maruchas y pecetos de todas las carnicerías, por lo cual se sugiere encargarlos con tiempo suficiente para evitar sorpresas no gratas.

Entrecottes, lomos, costillas, achuras y marucha combinan perfecto con verduras cocidas al mismo tiempo y aprovechando el fuego. Berenjenas, cebollas, papas, pimientos y calabazas, se hacen casi simultáneamente y se transforman en exquisitas ensaladas tibias que acompañan las carnes. A esos complementos se podrán agregar ensaladas de hojas verdes, tomates, huevos, cebollas, rábanos y endibias para tener un menú más que completo y delicioso. Pequeños panes servirán para presentar minichorizos o pequeñas morcillas o sándwiches de crocantes mollejas. Conviene recordar que las empanadas, sobre todo las de carne, son un clásico acompañando asados.

Los postres, después de una abundante parrillada, no deben ser excesivos y lo mejor será optar por un helado, una ensalada de frutas de estación o una mousse de frutas.

Para simplificar, pueden ponerse en una mesa auxiliar una pila de platos, cuchillos, tenedores y servilletas y las ensaladas en uno de los extremos junto a los aderezos, de modo que cada comensal pase por la parrilla y complete su plato con vegetales, antes de encontrar un lugar donde ubicarse para disfrutar de su cena.

Igual debe hacerse con las bebidas. En una enfriadora o hielera de buen tamaño, no deberán faltar vino blanco y cerveza junto a gaseosas y agua. Fuera del hielo, aunque siempre fresco, se dispondrá el vino tinto que será el predilecto por gustos y costumbre.

También se puede simplificar la colocación de copas: una para vino y otra para el agua serán suficiente para no complicar el movimiento de los invitados. Pueden disponerse en un extremo de la mesa, cerca de platos y cubiertos, o bien en una mesa auxiliar apoyada en una pared.

PARA UNA MESA INFORMAL

Una mesa de sándwiches es otra de la propuestas originales para una cena informal. Hay panaderías que con turnos programados son capaces de cocinar cerdos y perniles de vaca o cerdo listos para ser fileteados. Cocinar pecetos, pechugas de pollo o pavo en un horno convencional no es difícil.

En el caso del peceto, ideal para sándwiches, bastará con salpimetar unas horas antes, aderezarlo con mostaza, acompañarlo con unas hojas de laurel fresco, cubrirlo con papel aluminio y cocinarlo a horno adecuado de acuerdo a su peso.

Las pechugas de pavo o pollo se dejarán desde la noche anterior marinando en un aderezo compuesto por aceite de oliva, vino blanco, ajos enteros, pimienta en granos, sal y hierbas frescas. Será necesario un toque de horno para sellar los jugos; luego se cocinan envueltas en papel de aluminio para que no resulten secas.

Panes de diferentes formas y saborizados, dispuestos con buen gusto podrán acompañar muy bien fiambres frescos, pimientos asados, rodajas de cebollas, tomates, variedad de lechugas, rúcula, hojas tiernas de espinaca, endibias, pepinos en rodajas finas, aceitunas verdes y negras, alcaparras, palmitos, ananá en rodajas y todo tipo de salsas que combinen sabores agridulces o solo salados a modo de mayonesa con pepinillos en vinagre, alcaparras, almendras, ajo, pimientos picantes, salsa de soja, mostaza con miel y vinagre, Ketchup y cebollines, salsa golf y ciboullette.

Los quesos crema ya vienen saborizados pero, si queremos, podemos prepararlos en casa incorporándoles perejil picado, ciboullette, albahaca o verdeo picado.

Un aderezo siempre clásico y del gusto de todos: aceite de oliva, sal, pimienta, aceto balsámico y un toque de pimienta recién molida. En él se pueden mojar las verduras de hoja que acompañarán a las carnes.

Jamón crudo y cocido, lomo ahumado y diferentes tipos de quesos: brie, azul, gruyere y camembert, harán disfrutar a los paladares más exigentes. Para el final, sopa de pomelos, tarta de frutos rojos, bombones helados o un flan casero y... a recoger aplausos.

SIN MIEDO AL BUFFET FRÍO

El primer paso será determinar cuánta gente participará del encuentro. El detalle no es menor si sabemos de antemano que los invitados se desplazarán continuamente para servirse y precisarán de lugares cómodos para instalarse con sus platos. Hay que prever platos de más, de modo que si alguien decide no mezclar sabores sólo reemplace un plato sucio por otro limpio.

Puede armarse una mesa con lugares predeterminados o imaginar diferentes lugares para que cada quien elija dónde quedarse.

Es fundamental armar la mesa de buffet en un lugar cómodo de fácil acceso y alejada de las paredes para facilitar la circulación. En uno de sus extremos o en otra auxiliar y próxima, se dispondrán platos, copas y servilletas; los cubiertos se agruparán de acuerdo a su clase y estarán al alcance de la mano. No olvidar poner muchas servilletas y asegurarse de que cada plato exhibido tenga sus cubiertos de servicio.

La decoración de la mesa no deberá resultar una molestia: una sugerencia -para que aporte clima festivo pero no reste lugar- es rodearla de cintas colocadas alrededor y dejar en medio algunas velas rojas, verdes y blancas para encender a medianoche.

La mesa en la que se distribuyan las fuentes debe ser grande y cómoda. En primer plano reparta carnes, patés y pescados preferentemente trozados y rodéelos con las guarniciones y ensaladas. Tenga en cuenta ubicarlos ensamblando colores para mejorar aun más su presentación.

Si quiere organizarle un recorrido a sus invitados, ubique los platos y cubiertos en el extremo por el que usted crea se debe comenzar.

PARA TENER EN CUENTA

Los especialistas calculan que cada persona consume en promedio, entre tres cuartos y un litro de líquido -en total- durante la velada. Hay que enfriar algunas botellas de más en noches muy calurosas. Unos tubos de vidrio o cristal, rellenos con piedras, granos de sal gruesa, conchillas o flores secas, serán mas que suficientes para decorar la mesa.

Las frutas secas, tan ricas como las de otros climas, pueden servirse mientras se reciben a los invitados.

En un bol, mezclar nueces, pasas, maníes tostados, avellanas y almendras con un toque de sal y pimienta recién molida; resultan ideales para acompañar un primer trago.

A medida que las fuentes se van vaciando, es buena medida cambiar la comida a receptáculos más pequeños; ofrecerán un aspecto mas prolijo y ocuparan menos espacio.

Si se planificó una mesa con varias clases de postres, lo ideal es retirar totalmente los restos de comida salada. Se puede reemplazar el centro de mesa que acompañó la cena por una bandeja con frutas de todo tipo y color en la que, por supuesto, no pueden faltar uvas.

Las copas para el brindis deberán estar a mano y también se tendrán cerca pocillos de café y tazas de té por si alguien gusta terminar con alguna infusión.

Por último, un consejo: piense que si va a presentar una mesa con diferentes tipos de carnes y vegetales, no debe exagerar con las cantidades. Es preferible -y sobre todo económico- disponer de cantidades razonables, ya que los comensales prefieren probar un poco de todo lo que se ha preparado. Si no es posible armar en casa todo el menú, en la ciudad existen excelentes servicios de catering que pueden asistirnos con algunas preparaciones.

La decoración de la mesa no deberá resultar una molestia: una sugerencia es rodearla de cintas colocadas alrededor y dejar en medio algunas velas rojas, verdes y blancas .

tips

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Adornar el jardín

Rodear la puerta y el follaje más próximo con luces, lazos y una corona basta para conseguir una entrada iluminada y que invite a pasar para disfrutar de la mesa navideña.

Mantener una decoración exterior sencilla es un comienzo fácil y seguro. Pensá en ideas de iluminación y decoración que no requieran estar subido a una escalera en la calle en pleno diciembre.

Coronas de Navidad

Tres coronas son mejor que una para una puerta principal. Basta con colgarlas en posición vertical, sin ningún otro adorno, para que quede una ornamentación minimalista pero interesante.

La luz exterior

La iluminación navideña es una tradición maravillosa, desde las tradicionales luces del árbol y alrededor de los marcos de las puertas, a la iluminación del camino de entrada hacia la puerta principal con faroles de velas, las opciones son múltiples y dependen de tu creatividad.

Si querés iluminar los árboles, las luces blancas son las que suelen quedar mejor en el exterior.

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Si se planificó una mesa con varias clases de postres, lo ideal es retirar totalmente los restos de comida salada. Se puede reemplazar el centro de mesa que acompañó la cena por una bandeja con frutas .

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Ideas prácticas

Al momento de pensar en el menú de la noche de Navidad, es recomendable presentar un plato de carnes rojas, otro de blancas y uno de pescado. En una fuente, se pueden disponer con buen gusto rodajas de jamón crudo que envuelvan trocitos de ananá, palmitos y melón. Otra puede estar compuesta por jamón cocido, una paleta de buena calidad o lomito ahumado rodeados por pickles y rodajas de tomate.

Un clásico es el vitel toné: de procedencia italiana, su significado refiere a un trozo de ternera atunada.

Se dispondrá de un peceto de entre 1 y ½ kilos limpio de grasa y otras membranas. Se coloca en una cacerola con cebolla cortada en cuartos, apio, zanahorias, algunos ajos, verdeo, perejil, sal gruesa y granos de pimienta negra. Se cocina hasta que esté tierno -algo más de una hora dependiendo de su peso- y se deja enfriar en el caldo.

Ya frío, se lo corta en rodajas muy finas y se acomoda en una fuente. En una procesadora se colocan 4 yemas de huevos duros, una lata grande de atún al natural o en aceite bien escurrido, media taza de aceite de oliva, media taza del caldo de cocción, una taza de mayonesa, dos cucharadas de mostaza, algunos filetes de anchoas (puede obviarse) sal y abundante pimienta recién molida. Se rectifica la salsa -que no debe ser muy espesa- y se disponen capas de carne bañadas con salsa de forma alternada. Finalmente, se decora con alcaparras y se rodea la fuente con las claras cocidas y ralladas.