Duro documento

La Iglesia alertó sobre síntomas

de desborde social en el norte

Monseñor Ramón Dus aseguró que los problemas se irán agravando “si los que tienen en sus manos la capacidad de resolverlos, los ignoran”.

Agencia Reconquista

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El titular de la norteña diócesis de Reconquista, Monseñor Ramón Dus, advirtió, mediante un mensaje pastoral, que la compleja realidad socio-política del norte santafesino presenta “síntomas alarmantes de conflictividad social” que se profundizarán si no se buscan respuestas adecuadas por parte de “quienes tienen la capacidad de resolverlos” y afirmó que “muchos signos nos hacen pensar que está por nacer un país nuevo, aunque todavía no acaba de tomar forma”.

De esta manera el prelado observó que junto a signos esperanzadores, en distintos sectores de la sociedad “emergen -desde hace ya unos meses algunos síntomas alarmantes de conflictividad social que nos preocupan y cuestionan”, agregando al respecto que “nos parecen que se irán agravando con el transcurso del tiempo, si los que tienen en sus manos la capacidad de resolverlos, los ignoran, los desestiman o no vislumbran una respuesta adecuada”.

Dus indicó en su misiva la necesidad de llamar la atención sobre diferentes situaciones que están afectando a familias que forman parte de las comunidades del norte, entre las que citó como centrales el cierre de fuentes de trabajo, la sequía, la creciente inseguridad social, el aumento de la delincuencia, el narcotráfico y el consumo de drogas; el alto índice de desempleo y el conflicto no resuelto del campo; y la vulnerabilidad de los núcleos familiares evidenciada por el incremento de suicidios, sobre todo de adolescentes.

La realidad descripta nos interpela a ser conscientes que tenemos una deuda recíproca y como recuerda el documento Hacia un Bicentenario en Justicia y solidaridad “la gran deuda de los argentinos es la deuda social” y esta no admite postergación y debe convertirse en una prioridad fundamental del quehacer de todos los argentinos” porque no sólo se trata de un problema económico sino que es primariamente un “problema moral, ya que afecta la dignidad más esencial y requiere un mayor compromiso ciudadano”, subrayó.

Región postergada

Con el mismo tono crítico consideró que el norte santafesino ha sido una porción de la provincia que se ha visto postergada y excluida desde hace muchas décadas por diversos motivos aunque destacó que el crecimiento de la conciencia de la dignidad y de los derechos de sus ciudadanos haya logrado “poco a poco que las comunidades vayan superando el caudillismo, y fortaleciéndose en redes de participación, organización y planificación solidaria”.

En estos 25 años de democracia, gracias al diálogo hemos vivido aprendizajes cívicos importantes que nos han mostrado que la manera institucional es el camino para superar nuestras crisis y forjar un futuro de inclusión y solidaridad, aseveró el obispo.

Además instó a los que han asumido por voluntad popular la responsabilidad de regir el destino de nuestra zona: legisladores provinciales, diputados y senadores, concejales, intendentes, presidentes comunales “se sientan llamados a generar y acompañar juntos políticas públicas que promuevan el desarrollo integral de esta región”.

Desde la Iglesia, añadió en su mensaje, queremos renovar nuestro compromiso de acompañar a todas las comunidades, familias y personas que se ven afectadas por la grave crisis que padecemos. “La historia siempre realiza su juicio y el tiempo pondrá de manifiesto el compromiso, la responsabilidad a la función encomendada, o la indolencia ante las necesidades de los más pobres”, subrayó.

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Hechos desencadenantes

Monseñor Dus detalló las causas que provocan un creciente malestar social en las comunidades del norte, como el cierre del ingenio azucarero de Las Toscas, que dejó sin trabajo a cientos de familias. A ello sumó los despidos y suspensiones de más de cuatro centenares de trabajadores de la curtiembre Arlei, también en Las Toscas; la situación de desamparo por la suspensión del pago de sus asignaciones por parte de Anses, que han sufrido un número importante de personas, debido a la inescrupulosidad de algunos, hasta “el conflicto no resuelto del sector agropecuario que lleva a cientos de pequeños y medianos productores a la postergación y el endeudamiento, sin que se pueda concretar un programa agropecuario y agroindustrial que integre en la vida del país, todo lo que está vinculado a nuestra tierra”.