Dieciocho años después

Amia: traban embargo a un ex funcionario iraní

De la Redacción de El Litoral

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DyN/Télam

El fiscal especial de la causa Amia, Alberto Nisman, dispuso el embargo de una propiedad del ex agregado cultural de la embajada iraní Moshen Rabbani, en el marco de la investigación por el atentado contra la mutual judía que provocó 85 muertos.

Fuentes judiciales dijeron a DyN que se trata de “seis locales comerciales” que Rabbani presuntamente poseía en el país y que fueron detectados a través de un entrecruzamiento de datos ordenado por el fiscal. Los locales corresponden, en realidad, a una sola propiedad ubicada en avenida Gaona 3387/95 (también con entrada por Terrada 1111/35), en el barrio porteño de Floresta, donde funcionan seis comercios: un maxikiosco, una parrilla, una pizzería, un locutorio, una carnicería y un garaje.

Hasta 1998, cuatro años después de la masacre, Rabbani vivió en el país durante 14 años como líder de la comunidad chiíta local y de la mezquita Al Tahuid, en Floresta, y tenía una empresa que exportaba carnes a Irán.

Sin embargo, desde el comienzo de la investigación, los primeros testimonios de iraníes alejados del régimen de su país lo señalaron como el organizador del atentado, y por ello, poco tiempo después de la masacre, el entonces juez Juan José Galeano pidió interrogarlo, pero no se logró, por su condición de diplomático.

Rabbani es sindicado como la pieza clave en la masacre: lo acusan de haber usado su rol diplomático y sus actividades culturales y religiosas, como pantalla para reclutar a los hombres que finalmente habrían volado la mutual judía, el 18 de julio de 1994.

El pedido contra Rabbani -quien tiene pedido de captura internacional- había sido planteado por un “actor civil” damnificado por la voladura de la Amia, representado por el abogado Pablo Jacoby, letrado de la agrupación Memoria Activa.

Propiedades privadas

Las fuentes explicaron que no se trata de bienes pertenecientes al Estado iraní, sino de propiedades de Rabbani “distribuidas en varios puntos” del país, que eludieron precisar.

El abogado Jacoby se mostró sorprendido de que “después de tanto tiempo de investigación y sólo por la decisión del fiscal Nisman”, se hubieran podido detectar estas propiedades.

Por su parte, Adriana Reisfeld y Luis Czyzewski, dos de los familiares de las víctimas de la masacre, celebraron la decisión de la Justicia y entendieron como un “paso muy importante” el embargo.

Esas propiedades pudieron “haber sido utilizadas como “casa segura’, para los terroristas, pero llama la atención que (este inmueble) haya sido descubierto ahora”, opinó Reisfeld, que integraba Memoria Activa, según reportó la agencia AJN.

El embargo responde a una suerte de reaseguro económico, para el caso de que los iraníes sospechados de haber participado en el atentado contra la Amia sean condenados, además de penalmente, a resarcir a las víctimas.

La medida es de carácter preventivo y la eventual expropiación estará sujeta al resultado final de la causa, que investiga Nisman y el juez federal Rodolfo Canicoba Corral.

Se trata de Moshen Rabbani, quien vivió en la Argentina hasta cuatro años después del atentado contra la mutual judía. Actualmente existe un pedido de captura internacional.

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LA FIGURA

El sospechoso

Moshen Rabbani ingresó por primera vez a la Argentina el 27 de agosto de 1983. Era un clérigo casi desconocido, que pertenecía a los servicios secretos iraníes.

La primera tarea de Rabbani fue ser el líder religioso en la mezquita Al Tahuid, en el barrio de Floresta. En este barrio de Buenos Aires, vive una importante comunidad musulmana chiita. Desde un principio este templo mantuvo una estrecha relación con la Embajada de Irán en Buenos Aires.

Además de sus tareas religiosas, Rabbani creó la Hermandad Musulmana Argentina.

Unos meses antes del atentado contra la Amia, el religioso regresa a la Argentina, como consejero cultural de la Embajada de Irán. Su nueva investidura le brindaba inmunidad diplomática, nadie lo podía detener. Rabbani realiza varios llamados telefónicos a Irán, a una oficina del Servicio Secreto.

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