Problemas estructurales que reclaman más atención

Pobreza e informalidad sostienen la alta desocupación en Santa Fe

La dinámica de la marginalidad alimenta estadísticas. El drama se hace cotidiano para una ciudad que proyecta sus índices con más preocupación que soluciones efectivas.

Pobreza e informalidad sostienen la alta desocupación en Santa Fe

Jóvenes y pobres, un verdadero estigma en una ciudad sin salida a la hora de buscar ocupación.

Foto: Mauricio Garín

De la redacción de El Litoral

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El índice de desocupación del aglomerado Gran Santa Fe según la Encuesta Permanente de Hogares se ubicó en el 11,4% y pasó a ser el más alto del país. La noticia renueva la preocupación sobre un viejo problema que se agrava si se considera que de los que sí tienen trabajo, alrededor del 40 % está “en negro”.

En realidad, Santa Fe y su conurbano (Santo Tomé, Recreo, Rincón, Sauce Viejo) recuperaron unos 4 mil puestos de trabajo en el último período; pero la mejora fue mayor en el resto del país. La capital provincial padece una “desocupación estructural” que desde principios de los “80 (3,4 % en el primer semestre de esa década) no volvió a perforar hacia abajo los 7,6 puntos (medición de mayo de 1986).

Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos marcan el dramatismo laboral de los “90 con un piso de más de 11 puntos y picos de 21,2 % en la medición semestral a mayo de 1996, o de 23,4 % cuando en el mismo mes de 2002 el indicador acusó recibo de la crisis más reciente.

¿Pero por qué sigue siendo alta la desocupación local con relación al resto del país? Un reciente informe de la Universidad Católica Argentina sostiene que la desocupación estructural nacional está arriba del 8 %, muy por encima del piso del 5 % de antes de la crisis de los “90.

“En un contexto de menor creación de empleo y una creciente incompatibilidad entre las características de los trabajadores y las calificaciones requeridas, se hace más difícil la inserción laboral de los trabajadores con menores niveles de formación”, dice la UCA.

Traspolado a Santa Fe, el argumento permite recordar que la obra de la red de gas en la ciudad (se requería saber usar la pala) coincidió con una baja desocupación. Y también posibilita relacionar la falta de trabajo no sólo con el nivel de pobreza, sino fundamentalmente con el nivel de educación, factor decisivo de la inclusión en la economía contemporánea.

Del golpe a nuestros días

El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica de Santa Fe -depende de la Facultad de Ciencias Económicas- ha desarrollado investigaciones sobre la situación del empleo en el aglomerado Gran Santa Fe, que se vienen publicando en su revista Dimensión Económica.

El director del Instituto, Alberto Papini, subraya que la problemática se inicia “a partir del año 1981 donde nuestro aglomerado es uno de los primeros en superar la tasa de desocupación de dos dígitos (superior al 10%), ante el proceso de desindustrialización producto de las políticas implementadas desde abril de 1976”.

Señala que “a partir de 1980 Santa Fe presenta recurrentemente problemas de alta desocupación y la tasa se va elevando tendencialmente hasta llegar en marzo del 2002 al 23,4%, con una característica particular en los últimos años al presentar una población económicamente activa menor a la media de los grandes aglomerados nacionales y que presenta variaciones importantes entre las distintas mediciones”.

Cabe destacar que tener una PEA menor al promedio nacional significa tener aún más pobres no reflejados en los indicadores de desocupación, el índice no refleja a la gente que no están buscando trabajo.

Santa Fe tiene -por ejemplo- un menor más que Rosario en cada familia en situación de pobreza; los menores de 14 años pobres están encima del 50 % de toda la población con esa edad, y proyectar el futuro con esos números es un desafío enorme para la política y toda la sociedad.

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ADEMÁS

Clave estadística en la historia reciente

“El fuerte proceso de industrialización desde el 2003 al 2007 y el crecimiento del comercio que acompañó al importante aumento del producto bruto nacional, hicieron que la tasa de desocupación bajara del nivel de dos dígitos ubicándose en torno del 7 al 9% entre el 2006 y el 2007; los principales puestos en este período fueron creados en la construcción, comercio e industria”.

“En el tercer trimestre de 2007 -apuntó Papini- la tasa se ubicó en un 7,3%; en esa ocasión comentamos que ese dato puntual y particular se debía a la baja de gente que buscaba empleo (la PEA se había ubicado en un 39.8%).

Añade que “en el Gran Santa Fe, aparentemente siguiendo las estadísticas cuando el nivel de actividad es alto y se recomponen los ingresos familiares hay una parte de la población que deja de buscar trabajo, es gente que en otro momento salió a buscar un ingreso adicional y que cuando mejoran los ingresos familiares de otros miembros se retira del mercado de trabajo, cuestión que creemos lógica en el 2007” (ver “El dato”).

“En ese momento -expuso- dijimos que si en períodos posteriores se registraba un porcentaje mayor de gente que salía a buscar empleo, seguramente la tasa de desocupación subiría uno o dos puntos más dado el nivel de actividad vigente en ese momento, porque ese porcentaje de PEA era inferior a la media de los últimos años.

“Efectivamente -prosiguió- durante el 2008 la PEA aumentó y pasó al 43.7%, es decir, se registró mayor proporción de gente buscando trabajo, es decir ante la disminución del crecimiento económico salen nuevamente a buscar empleo otros miembros familiares a buscar ingresos adicionales y eso hizo elevar la tasa de desocupación nuevamente por encima del 10%, llegando al 12.6% en el segundo trimestre de 2008 producto de una disminución del empleo en 9.000 puestos de trabajo”.

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EL DATO

Economía marginal

Cuando un obrero de la construcción pierde su trabajo, todo su grupo familiar sale a buscar ocupación para reemplazar ese ingreso; es decir que se pierde un puesto pero se multiplica el número de los que buscan trabajo. Este fenómeno de “economía marginal” según la lectura de Papini, explica por qué aumenta más la estadística de desocupación en Santa Fe. Pobreza estructural y exclusión educativa que impide el acceso formal al trabajo, son factores decisivos de la desocupación alta y de la subocupación demandante de trabajo en Santa Fe.

Para saber de qué se trata

Población económicamente activa: personas que tienen una ocupación o que sin tenerla la están buscando activamente.

Población ocupada: personas que tienen por lo menos una ocupación, formal o informal; los subocupados son ocupados que no alcanzan el mínimo de 35 horas semanales.

Población desocupada: personas que, no teniendo ocupación, están buscando activamente trabajo.

Población subocupada demandante: se refiere a la población subocupada que además busca activamente otra ocupación.

Población inactiva: conjunto de personas que no tienen trabajo ni lo buscan activamente.

Tasa de actividad: calculada como porcentaje entre la población económicamente activa y la población total.

Tasa de empleo: calculada como porcentaje entre la población ocupada y la población total.

Tasa de desocupación: calculada como porcentaje entre la población desocupada y la población económicamente activa.

Tasa de subocupación demandante: calculada como porcentaje entre la población de subocupados demandantes y la población económicamente activa.

+ información

www.ucsf.edu.ar/revistas/dimension-economica/index.html