Un final que dejó a todos los protagonistas orgullosos de su desempeño
Boca se quedó con el título de un torneo emocionante
Alegría total en la cancha de Racing, donde Boca celebró un título que tuvo una definición bárbara, con un triangular que mantuvo el suspenso hasta el último minuto.
Foto: Agencia AFP
El equipo xeneize sufrió pero se consagró campeón del Apertura 2008, pese a haber perdido anoche 1 a 0 con Tigre, que cerró de manera más que digna su participación en el certamen.
Redacción de El Litoral
Télam
Boca se consagró campeón por tener un gol a favor más que Tigre y dos más que San Lorenzo, y por eso, pese a que en el triangular final todos terminaron con tres puntos, pudo dar la vuelta olímpica.
Boca y Tigre no brindaron un buen espectáculo, pero el tanto de Lazzaro le puso emoción e incertidumbre al resultado. En el comienzo del partido, como se esperaba, se pudo ver a dos equipos nerviosos, ansiosos, tratando de llegar a la conversión antes de patear al arco, provocando que todo fuera muy confuso, trabado y sin situaciones de gol.
En ese panorama, siempre dio la sensación de ser más firme Boca, pero, cuando atacaba, dejaba muchos espacios atrás y se exponía de manera innecesaria a contraataques que, para su suerte, Tigre no supo aprovechar, sobre todo en el primer cuarto de hora.
La sensación de dominio de Boca se basaba en el buen trabajo de Cristian Chávez, el más claro de todos en el equipo de Carlos Ischia de mitad de cancha hacia delante, aunque pocas veces encontró la compañía que necesitaba de Leandro Gracián.
La primera situación clara del partido tardó 20 minutos en llegar: Chávez habilitó de manera perfecta a Luciano Figueroa, quien dentro del área quiso cruzar su remate; no obstante, salvó bien el arquero Luis Ardente. Esa situación animó al conjunto de la ribera, que comenzó a buscar el gol con más gente, pero carecía de profundidad como para liquidar la historia.
Por su parte, los de Victoria insinuaban, cuando atacaban, poder generar peligro, sobre todo con las pelotas cruzadas al área, pero esas situaciones se diluían debido a que fallaban en el toque final.
Lo curioso de la primera etapa fue que, dentro de un partido trabado y mal jugado, los dos equipos dispusieron de mucho espacio como para poder lastimar al rival; sin embargo, el apuro y las ganas pudieron más y eso los llevó a cometer muchos errores.
Sobre el final del primer tiempo llegó la única situación de gol para Tigre, luego de un mal pase de Lucas Viatri, quien habilitó involuntariamente a Martín Morel, pero el enganche del equipo de Victoria, cuando lo tenía a Leandro Lazzaro solo por la derecha, eligió rematar al arco para que Javier García “matase” la pelota contra su pecho sin dar rebote.
Con el empate en cero se fueron los primeros 45 minutos, durante los cuales ninguno de los dos hizo demasiado para estar en ventaja, algo que a Boca le venía más que bien porque con ese resultado le alcanzaba para consagrarse campeón.
Sorpresa y suspenso
Para el segundo tiempo, Ischia tuvo que hacer un cambio obligado, porque se lesionó Jesús Dátolo, reemplazado por Alvaro González, quien se movió por derecha, mientras que Chávez se corrió a la izquierda. Más allá de esta variante, en el inicio del segundo tiempo nada se modificó, porque todo siguió siendo igual. Boca se paró unos metros más adelante, aunque con intenciones de jugar más lejos de su arco que de buscar el del rival.
Con el correr de los minutos, ayudado por el ingreso de Rodrigo Palacio, quien reemplazó a Figueroa, Boca de a poco se transformó en el dueño del partido, atacando más, manejando los tiempos y dejando correr los minutos. Además, los dos zagueros centrales de Boca le daban desde el fondo tranquilidad al equipo y, promediando el segundo tiempo, la vuelta olímpica era sólo una cuestión de tiempo para los vestidos de amarillo.
Cuando Boca era dueño del partido y se preparaba para festejar, llegó el gol de Tigre, luego de otro error de Javier García, quien se quedó esperando una larga pelota que llegó al área, se anticipó Lazzaro y, de cabeza, los de Victoria se pusieron en ventaja.
Luego del gol, la cancha de Racing se transformó en un hervidero, pero de nervios. Tigre, porque no podía llegar al tanto que le diera el título, y Boca, porque no podía entender lo que le estaba pasando. Así pasaron los minutos, con los dos teniendo sus chances, pero el que cantó victoria fue el que perdió, que fue Boca, que sumó esta noche una nueva copa a sus vitrinas.