OTRA PRESENTACIÓN DEL PROYECTO FRANCHINO
Prometen que en dos años funcionará la Fábrica Cultural
La primera etapa se puso en marcha el martes, y cuenta con un plazo de doce meses. El presupuesto es de 10 millones de pesos.
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL
La propuesta de recuperación edilicia del complejo Molino Franchino y su incorporación a un sistema de parques y espacios públicos de la ciudad fue presentada nuevamente este martes, en conferencia de prensa.
En la manzana comprendida por las calles Castellanos, República de Siria, Bulevar Gálvez y Pedro Vittori, la idea es desarrollar actividades didácticas y expositivas vinculadas al diseño industrial y al diseño aplicado en general. “Un multiespacio destinado a escuela de artes y oficios, y a la exhibición tanto del producto terminado como de sus procesos de fabricación y diseño”, sostuvieron desde el gobierno provincial.
Luis María Calvo fue uno de los disertantes de anoche en La Mirage.
Foto: PABLO AGUIRRE
Las operaciones arquitectónicas incluyen, en principio, el objetivo de recuperar los ambientes interiores de la nave principal. “Captar la fascinación y el misterio que producen dichos interiores y asimilarlos para potenciar su encanto espacial y su expresividad constructiva; reinventar el uso de dichos ámbitos para promover las prácticas artísticas contemporáneas y dotarlos de las infraestructuras necesarias que permitan desarrollar dichas prácticas de manera eficiente”, explicaron.
La obra está prevista en dos etapas superpuestas, en un tiempo estimado total de dos años. La primera comenzó el martes, y cuenta con un tiempo de obra de doce meses. Involucra el sector comprendido entre la nave principal y República de Siria: allí se adecuará el edificio existente para el funcionamiento de talleres, aulas y dirección de la escuela.
IDEAS
Entre los cuerpos edilicios principales, el proyecto propone la construcción de una calle interior de 25 metros de ancho, que atraviesa la manzana con dirección norte sur, apta para la práctica de actividades masivas.
“Para cubrir dicho espacio y generar un ambiente agradable y protegido, adaptamos el proyecto de “bóvedas cáscara’, desarrollado en la década del ‘40 por el arquitecto Amancio Williams, poniendo en valor un objeto arquitectónico emblemático que significó uno de los puntos más altos de la cultura arquitectónica argentina.
“Imaginamos, cobijados bajo su sombra, todo tipo de actividades públicas, tanto experiencias masivas como de pequeños grupos o individuales”, indicaron.
Esta calle interior se funde con los pisos exteriores y veredas, para propiciar la continuidad de la experiencia peatonal alrededor y en el interior del complejo.
Las tolvas a nivel de suelo de forma circular, expuestas gracias al desarme de los silos metálicos, se aprovecharán para producir un sistema de canteros rellenados con distintos materiales (arena, césped, agua) y generar, sobre la esquina noreste del predio, una pequeña plaza.
La segunda etapa, cuyo inicio está previsto para mediados de 2009, involucra el desarrollo total de la nave principal y su expansión a modo de explanada que se extiende hacia el oeste, hasta Pedro Vittori, y se adecua para resolver la parada de un tren urbano de baja velocidad. Se dispondrán sobre ese piso dos bóvedas cáscara, que irán jalonando el trayecto del tren hacia el Parque Federal y otros puntos significativos de su recorrido.