Una tradición del yachting mundial

Redacción de El Litoral

EFE

Un centenar de embarcaciones de once países, con unos 900 tripulantes a bordo, largó esta madrugada (hora argentina) la 64º edición de la clásica Sydney-Hobart, considerada como la regata oceánica más dura del mundo.

Denominada por los australianos “La regata del infierno”, tiene un recorrido de 628 millas náuticas (1.164 km) entre el puerto de Sydney en la costa Este de Australia y el de Hobart en la isla de Tasmania.

Su impacto mediático y su prestigio es sólo comparable a los de la Copa América y la Volvo Ocean Race, que se celebran cada cuatro años, y es la prueba deportiva más carismática y temida de las que se disputan anualmente en el hemisferio Sur. Precisamente, este año es el décimo aniversario de la tragedia de 1998, en la que perecieron seis navegantes, nueve embarcaciones naufragaron y cuarenta abandonaron en el estrecho de Bass cuando les alcanzaron vientos de hasta 80 nudos (150 km/h.) y olas de más de 15 metros.

El Estrecho de Bass, conocido como paddock, está considerado como una de las zonas de navegación más peligrosas del mundo. Se puede encontrar en calma total o envuelto en un espectacular temporal. Sus aguas son relativamente poco profundas y los vientos pueden ser muy fuertes. Estos dos elementos en conjunción pueden crear unas condiciones de navegación dantescas. Para esta edición se esperan vientos del Oeste de 25 a 30 nudos (48 a 58 km/h).

A priori

El gran favorito es el poderoso maxi australiano Wild Oats XI, del magnate del vino Bob Oatley y regenteado por Mark Richards, vencedor en tiempo real de las tres anteriores ediciones y poseedor desde el 2005 del récord del recorrido con 1 día 18 horas 40 minutos 10 segundos.

En caso de ganar, la nave que costó 6 millones de euros, se convertiría en la primera embarcación que logra la victoria cuatro veces consecutivas, superando el legendario récord de tres triunfos que igualó el año pasado y que poseía el “Morna” de Claude Plowman desde 1948. Sus grandes rivales son el veterano maxi Skandia, de Grant Wharington, vencedor en el 2003 y el ASM Shockwave 5, un diseño de Reichel & Pugh de 80 pies (24,40 metros), al mando del australiano Andrew Short.

Esta edición también superará otro récord legendario: el de navegante con mayor número de participaciones. Con 44 lo tenía el mítico John Bennetto; mientras que el año pasado lo igualaron el veterano Louy Abrahams, de 80 años y Toni Cable, de 66, que será el que bata la marca porque Abrahams no compite. El navegante de más edad que participa este año es John Walker, de 86 años, patrón del Impeccable, quien en los últimos 25 años sólo faltó una vez, debido a una operación a corazón abierto.