Una piel saludable

Una piel saludable

Las pieles blancas dejaron de cotizar. Sin embargo, en los últimos años, se impone cuidarla de los efectos devastadores de los rayos ultravioleta.TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. MAURICIO GARÍN y josé vittori. productos gentileza RAFFE PERFUMERIAS.

Si bien está probado que un poco de sol beneficia la fortaleza ósea y acarrea alguna que otra ventaja, la exposición prolongada y extrema tiene más de una desventaja y ya no está de moda lucir cuerpos teñidos al carbón como décadas atrás. Un poco de color, que realce los tonos fuertes del verano y ofrezca un aspecto saludable es sano, divertido y forma parte del descanso de fin de año.

Los efectos nocivos de las fuertes exposiciones al sol no son inmediatos; son acumulativos y en general, no presentan síntomas sino hasta que es ya demasiado tarde.

La piel debe ser preparada durante el invierno con peelings o tratamientos más agresivos, pero deben descartarse a esta altura del año cuando sólo será la etapa de mantener la epidermis limpia y bien hidratada por fuera y por dentro.

Con tanto cambio horario, el mediodía astronómico se desfasó y la prohibición para exponerse al sol va entre las 11 y las 16 horas que es el tiempo en que los rayos caen verticales y muestran su lado más nocivo. Algunos especialistas recomiendan extender esa pausa entre las 10.30 y las 17. Tampoco es solución protegerse en esas horas debajo de una sombrilla ya que la arena refleja de manera indirecta el efecto de los rayos y la solución no existe.

POCO A POCO

Las primeras incursiones deberán ser progresivas, partiendo de 10 minutos e incrementando cinco día a día. Es preferible hacerse amigo del sol mientras se está en movimiento: una caminata a la orilla del río o mar, con ropa acorde -léase liviana y de colores claros- puede ser un buen inicio para acercarse amistosamente al astro rey.

También es importante usar un buen par de anteojos, recomendados por un oftalmólogo y que absorban la radiación ultravioleta. Se debe llevar una gorra y extremar precauciones en las zonas más sensibles como cara, escote, cuello, orejas y empeines. Los labios deben estar siempre humectados con barras protectoras con factor de protección alta.

Las pieles son diferentes y no hay reglas que uniformen el uso de protectores o bloqueadores solares, de ahí lo importante de una consulta antes del verano con un dermatólogo que recete el producto adecuado para cada parte del cuerpo..

Las cremas, geles o líquidos deben colocarse entre 30 y 60 minutos antes del momento de exposición solar y la operación debe repetirse cada dos horas o inmediatamente después de cada incursión al agua. Algunos de ellos son resistentes al agua, pero de igual modo se debe reiterar la operación de hidratación.

Para el rostro, cuello y escote se recomienda un protector de base alta de índices entre 30 y 60, mientras que en piernas y brazos, salvo indicación médica en contrario, bastará con uno de 15 a 20.

MÁS PRECAUCIONES

Descartar de plano aceites y geles con color ya que no sólo actúan como aceleradores calientes, sino que es probable que manchen la piel.

Tampoco deben usarse perfumes o productos que contengan alcohol, ya que dejan manchas indelebles en la piel.

Recordar que es bueno broncearse en movimiento y que la onda “lagarto playero” está decididamente descartada durante el verano.

Por último, es importante anoticiarse día a día -antes de exponerse al sol- del índice ultravioleta (UVI). Es la medida que indica el nivel de radiación ultravioleta, principal causa del envejecimiento cutáneo y motivo de tumores cutáneos y de cataratas.

Los chicos requieren de mayor atención, sobre todo porque permanecen más tiempo en el agua y, por ende, los protectores solares pierden rápidamente sus cualidades protectoras. Quizá la solución más práctica sea la de alejarlos decididamente del sol en los horarios de mayor peligro, y usar protección alta y refractaria al agua.

Las embarazadas deberán consultar con sus médicos, quienes serán los mejores consejeros e instructores para que el sol no produzca efectos no deseados en los niños.

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Lunares bajo control

Una consulta periódica con un especialista es fundamental para hacer un diagnóstico sobre el estado de nuestra piel. Mientras tanto, conviene prestar especial atención si los lunares presentan asimetría, borde irregular o poco definido, diferentes tonos y un diámetro mayor de 6 milímetros. Estos cambios sencillos en los lunares nos pueden alertar sobre la aparición reciente de un cáncer de piel tipo melanoma, que es agresivo pero si se lo diagnostica en su inicio, es curable en la mayoría de los casos.

Si tomamos conciencia de que la exposición al sol es la causa más frecuente de cáncer de piel, el mejor camino para prevenirlo es protegerse de las radiaciones ultravioletas UVB y UVA. Y recordar que las camas solares son también una fuente de radiación ultravioleta.