A contrapelo de las otras provincias
El coincidente voto de los senadores por Santa Fe
Carlos Reutemann, Roxana Latorre y Rubén Giustiniani
Dibujo: Lucas Cejas
Un trabajo de Rosendo Fraga remarca que muchas veces los representantes provinciales se pronuncian contra los intereses de sus Estados. No ocurrió esto con Giustiniani, Reutemann y Latorre en temas tributarios.
De la redacción de El Litoral
“Mientras el ciudadano sea indiferente a cómo votan sus legisladores, éstos pueden llegar aún a votar contra el interés provincial porque no pagan costo político con ello. Sólo si el voto funciona como un lógico sistema de premios y castigos, de acuerdo a cómo han votado los legisladores en la visión de los votantes, el Congreso recuperará el rol y el prestigio que debe tener”. Esa es la conclusión del artículo que publicó Rosendo Fraga en la página web de Nueva Mayoría, el centro de Estudios que lo tiene como uno de sus fundadores y que tituló: ¿Votan los senadores contra las provincias?
La conclusión es que salvo en la votación acerca de la resolución 125, que debió desempatar el vicepresidente Julio Cobos y donde la atención de la opinión pública estaba dirigida a cada uno de los legisladores, el pronunciamiento es contra las provincias. No obstante, remarca como excepciones la postura de los tres representantes por Santa Fe, esto es Carlos Reutemann y Roxana Latorre por el Frente para la Victoria y Rubén Giustiniani por el Partido Socialista, que votaron coincidentemente a la hora de defender los recursos provinciales. Lo paradójico es que Giustiniani sufraga en línea con el gobernador Hermes Binner de su propio partido mientras que lo propio hacen los justicialistas cuyo voto es contrario al criterio del gobierno nacional que es de su signo político.
En el caso del rechazo a la resolución 125 “por primera vez, en más de un lustro de hegemonía política del kirchnerismo, el Ejecutivo sufría el primer límite a su modelo hiperpresidencialista y era el Senado que representa a las provincias quien lo imponía. Pero al poco tiempo ese mismo Senado volvió a la situación anterior, aprobando diversos proyectos del oficialismo como el de solidaridad previsional, la estatización de Aerolíneas, el presupuesto, la prórroga de la emergencia económica, los superpoderes y el impuesto al cheque, la estatización de las AFJP y el llamado “Plan Anticrisis’ que incluye el polémico blanqueo, entre otros. El oficialismo recuperó así su control sobre la Cámara Alta, sin que hayan mejorado sus índices de aprobación o consenso en la opinión pública, que siguen siendo similares a los de julio”, afirma Fraga.
Algunos ejemplos particulares
Es allí cuando el analista menciona votaciones “que revelan la paradoja de que los senadores pueden estar votando incluso contra los intereses de las mismas provincias que representan, en su afán de acompañar al oficialismo sin cuestionamientos”. Una de ellas fue “al tratarse la estatización de las AFJP, se votó un despacho en disidencia que proponía pasar a las provincias el 15% de los fondos que se estatizaban, de acuerdo al planteo del gobernador Hermes Binner de provincializar dichos fondos. Paradojalmente, 41 senadores votaron en contra de esta alternativa, mientras que sólo 23 votaron por hacerlo. Sólo en dos provincias (Santa Fe y Salta) los tres senadores que las representan votaron de acuerdo al despacho en disidencia que aumentaba los recursos para las provincias”.
Después relata que al tratarse la prórroga del impuesto al cheque volvió a votarse un despacho en disidencia que proponía provincializar el 100% de la recaudación de este tributo que actualmente se distribuye 85% para el gobierno nacional y 15% para las provincias. En esto caso sólo 20 senadores votaron por transferir los recursos a las provincias, mientras que 45 votaron por no hacerlo, nuevamente contra el interés federal. En esta oportunidad, la única provincia cuyos tres senadores ya fueran opositores a nivel nacional como Giustiniani o justicialistas como los casos de Reutemann y Latorre, votaron por la provincialización, defendiendo la vigencia del principio federal”.
El tercero caso no tiene que ver con la cuestión federal y es lo sucedido recientemente con el blanqueo. “Los sondeos mostraban que nueve de cada diez argentinos estaba en contra del mismo. Sin embargo, 39 senadores votaron a favor y sólo 28 en contra”. Remarca que “en este caso volvió a darse que los tres senadores de Santa Fe -y lo mismo sucedió con los de Salta- votaron contra el blanqueo, mostrando una marcada independencia respecto al gobierno nacional”.
Para Fraga la conclusión es clara “mientras el ciudadano sea indiferente a cómo votan sus legisladores, estos pueden llegar aun a votar contra el interés provincial porque no pagan costo político con ello. Sólo si el voto funciona como un lógico sistema de premios y castigos, de acuerdo a como han votado los legisladores en la visión de los votantes, el Congreso recuperará el rol y el prestigio que debe tener”.