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“Seres mitológicos argentinos”

El Huayrapuca, El Futre, el Cururú, La Mula Ánima, El Pombero... Múltiples, variadas y riquísimas son las figuras que confluyen, desde origen y motivos diversos, en la mitología popular argentina. Adolfo Colombres ha preparado para Colihue un diccionario de “Seres mitológicos argentinos”, advirtiendo que “varios de los seres sobrenaturales que integran este libro no pertenecen sólo a la Argentina, ya que se los encuentra también en los países vecinos, con las mismas o diferentes características. La mayoría de ellos ocupa un lugar destacado en la religiosidad de los grupos indígenas, extendiendo en algunos casos su validez al sector mestizo con el que estos interactúan”.

Como señalaba Mircea Eliade, los mitos responden a una necesidad y cumplen una función. “Decía Georges Gusdorf que, sin el mito la razón permanecería flotando en un mundo de abstracciones, desconectada de la existencia”.

Ilustraciones de Luis Scafati acompaña a esta caracterización y clasificación de más de quinientos seres sobrenaturales conocidos, venerados o temidos en nuestro país, provenientes de una raíz indígena, criolla, o adoptados de otras culturas: deidades, personajes legendarios, animales o plantas metamorfoseados, etcétera.

Señala también Colombres: “Los seres mitológicos cumplen funciones muy diversas. Los dioses principales sirven para explicar el origen del mundo y de los astros, así como de los dioses menores -a los que crean para que completen su obra y vigilen el cumplimiento de sus leyes-, del hombre, las plantas y los animales. Los héroes culturales o civilizadores, para explicar el origen de determinados objetos, técnicas y costumbres. Otros tienen la importante función de preservar a las especies animales, especialmente las de valor alimenticio, para impedir el agotamiento de dichos recursos. En este libro, sobre un total de 515 seres relevados hay 54 que cumplen tal función. Predominan los de origen toba, que son 18, y ocupan el segundo puesto los del sector criollo del noroeste, con 8. Los mismos seres que defienden a las especies animales pueden hacerlo también al cazador de los peligros del monte y permitirle obtener una presa, si éste los invoca antes partir de cacería y caza con moderación”.

Vale acotar que se excluyen del catálogo de este libro las canonizaciones populares, “por más que su leyenda incluya aspectos sobrenaturales y su culto alcance un gran arraigo en el imaginario popular”.