Habrá un representante ibérico el domingo en Melbourne

España se aseguró una final

Fernando Verdasco y Rafael Nadal lograron hoy sus pasaportes para disputar la semifinal del Abierto de Australia. Entre las damas, clasificaron Williams y Dementieva.

Redacción El Litoral

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España sigue relamiéndose en lo que a deportes refiere, luego de vivir un 2008 plagado de triunfos en ese rubro. En el tenis, con el crecimiento ilimitado de Rafa Nadal y la obtención de la Copa Davis en Mar del Plata ante Argentina, parecía volver irrepetible la cosecha de la temporada pasada. Sin embargo hoy, en los últimos días del primer mes de 2009, en el primer torneo de Grand Slam, ya se aseguraron un finalista.

Es que por un lado Fernando Verdasco sigue sorprendiendo con sus grandes actuaciones, esta vez ante el número 7 del mundo, el francés Jo Wilfried Tsonga (finalista del Australian 2008), a quien “se cargó” en cuatro sets. Y por el otro, lo previsible: la victoria de Nadal, un poco más ajustada que las anteriores pero igualmente en sets corridos, ante otro galo, Gilles Simon.

Imparable

Verdasco está viviendo en Australia momentos que nunca olvidará. Con un tenis agresivo y efectivo, se dio el lujo de eliminar en octavos de final a uno de los máximos favoritos, el escocés Andy Murray, para así clasificar por primera vez en su carrera a los cuartos de final de un torneo de Grand Slam.

Pero anoche superó un nivel más en su carrera por mejorar y crecer en el ranking. Por la quinta fase del certamen, derrotó al francés Tsonga, inscribió su nombre en semifinales y, como regalo extra, casi selló un logro inédito: será top ten a partir del lunes.

Verdasco tuvo como virtud decisiva el hecho de saber aprovechar al máximo sus oportunidades de quiebre. Tuvo cuatro y las confirmó a todas, mientras que Tsonga dispuso de 13, pero sólo se quedó con 2. El servicio le funcionó mejor al español y estuvo más fino en los peloteos, con 11 errores no forzados menos que su rival. Además, fue más efectivo en la red.

Con este resultado, que se selló por 7-6 (2), 3-6, 6-3 y 6-2, el madrileño se ganó el derecho de enfrentar en la ronda de 4 a su compatriota Rafael Nadal, que esta mañana batió a Simon con números finales de 6-2, 7-5 y 7-5, con lo cual continúa sin ceder parciales.

Imperó la lógica

En el cuadro femenino se dieron los resultados previsibles, si se mira la preclasificación de las chicas en competencia. En la jornada de martes se habían impuesto Vera Zvonareva y Dinara Safina, séptima y tercera respectivamente, sobre jugadoras de menor ranking. Y anoche no fue la excepción.

Por un lado, la estadounidense Serena Williams (segunda favorita) se deshizo de la rusa Svetlana Kuznetsova (8) con parciales reñidos de 5-7, 7-5 y 6-1, en un duelo parejo que recién se abrió en favor de la morena en el tercer capítulo. Por el otro, el final del sueño para la sorprendente española Carla Suárez Navarro, quien terminó cediendo sin atenuantes ante la rusa Elena Dementieva, que en un gran partido se impuso por 6-2 y 6-2.

Así las cosas, las semifinales serán rusas casi en exclusividad, si no fuera por la presencia (intimidante por cierto) de la menor de las hermanas Williams. Es que por el lado superior del cuadro dirimirán un lugar en el choque decisivo Zvonareva y Safina, en tanto que en el costado inferior serán Dementieva y la norteamericana. Un plus importante que tendrá este final de campeonato oceánico será que tres de estas chicas se juegan también el número 1 del mundo, que puede quedar en manos de cualquiera, excepto Zvonareva.

España se aseguró una final

Romper el maleficio. Si es que puede llamarse así, Rafa intentará terminar con su impedimento de consagrarse en un Grand Slam sobre cemento. Por la semi, se medirá con Verdasco, a quien venció en las seis ocasiones en que se midieron.

Foto: Agencia EFE.

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Federer sintió pena por Del Potro

“Perdón; siempre juego bien contra vos”. Palabras más o menos, eso fue lo que Roger Federer le dijo a Juan Martín Del Potro apenas consumada su victoria, en el saludo en la red. Segundos antes había terminado el partido en el que el suizo jugó como hacía rato no se lo veía, y en el que Del Potro estuvo perdido, todo en el marco del Rod Laver Arena, el estadio más importante del Melbourne Park.

“Los últimos juegos no fueron divertidos. En ese momento quieres casi sacarlo de esa miseria que está viviendo porque uno sabe cuán difícil es. Yo jugué muy bien hasta el final”, reconoció Roger luego en rueda de prensa. Del Potro sólo intentó desdramatizar la derrota. “Lo quería matar”, dijo el argentino al recordar el momento en el que recibió el ofrecimiento de perdón. “Disfruté sólo cuando nos presentaron. Cuando estábamos 0-0. Luego sólo quería que acabara cuanto antes”, admitió el de Tandil mientras esbozaba una sonrisa autocompasiva. “Era para sentarse y dejarlo que juegue solo”. El hecho de que el número 2 del mundo advierta que siempre juega bien ante Del Potro no es fruto de la casualidad. El tenis que despliega el argentino, indescifrable para muchos, cae a la perfección a la manera de jugar del helvético, que se siente muy cómodo en el “palo y palo”. Franco Davín, entrenador del “gigante” nacional, deberá buscar variantes cada vez que “el Expreso” esté enfrente. Juan Martín deberá aprender a variar su juego, a concretar un plan B. Para el final, el “Flaco” admitió que “fue una paliza. Estaba dentro de la cancha y no sabía qué hacer. Esperaba disfrutar un poco del court central, de la cancha llena, pero al final sólo quería que se terminara. Esta sensación la tuve muy pocas veces”, concluyó entre triste e incrédulo.