Es muy difícil cuantificar las pérdidas de la sequía

la única certeza es el drama

La heterogeneidad de la matriz productiva del norte provincial, así como la diversidad de recursos de los productores, por el momento dificulta sacar conclusiones. Mientras tanto, el campo se sigue secando.


INTA Reconquista/Campolitoral la única certeza es el drama La heterogeneidad de la matriz productiva del norte provincial, así como la diversidad de recursos de los productores, por el momento dificulta sacar conclusiones. Mientras tanto, el campo se sigue secando.

Quemado. El girasol no llega a las rodillas en un lote cercano a Margarita.

foto: juan manuel fernández

 

INTA Reconquista/Campolitoral

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La Estación Experimental Reconquista del INTA y las Agencias de Extensión Rural que de ella dependen: Calchaquí, Las Toscas, San Javier y Tostado, hicieron un relevamiento del impacto de la sequía, al 23 de enero, en los departamentos 9 de Julio, Vera, General Obligado y San Javier. El área alcanza 5.000.000 de hectáreas y unos 5.500 establecimientos agropecuarios.

Se estiman pérdidas globales de la presente campaña respecto de los promedios históricos. El cálculo se hizo sobre el valor bruto de la producción y no sobre el margen de ganancia, ya que no cuentan con información sobre costos.

El primer dato expuesto para dimensionar el fenómeno climático es la comparación de las lluvias de 2008 contra el promedio histórico para la región. De allí surge que el año pasado acusó el rango más bajo de precipitaciones de los últimos 49 años, ya que apenas cayeron 615mm contra una media de 1.238mm.

Además, se consigna que durante los últimos 4 años las lluvias fueron menores al promedio a punto tal que el déficit acumulado en ese lapso alcanza a 1.383mm (más que la media de lluvias caídas).

Pérdidas agrícolas

La producción agrícola sufrió graves pérdidas, que aún pueden ser mayores si fracasa del todo la soja.

Uno de los cultivos más golpeados resultó el girasol, históricamente de los que mejor respuesta tiene en el norte provincial. Esta campaña se perdieron 15.000 de las 160.000 hectáreas sembradas y hasta el momento el 90% que se recolectó de las 145.000 restantes arrojan un rinde promedio lamentable: 830 kilos por hectárea, contra una media histórica de 1.700 kilos. Las pérdidas estimadas alcanzan a $106.400.000.

Al trigo no le fue tan mal, pero se trata de un cultivo de menos peso en el norte. Se implantaron 28.000 hectáreas, de las cuales se cosecharon 26.700 con un rinde de 1.200 kilos (la media es de 1.800), de lo que surge una pérdida de $7.500.000.

En el caso del maíz, el perjuicio no es tanto económico como estratégico, ya que se trata de un insumo de gran importancia para la ganadería y es en esa actividad donde el fracaso de la cosecha podría golpear más fuerte. Las 14.000 hectáreas destinadas a maíces de primera se perdieron totalmente a un valor de cosecha de $16.600.000, por lo que se enrollarán aunque sean de escaso poder nutritivo para el ganado bovino. A su vez, se afectó seriamente la intención de siembra del maíz de segunda. Como conclusión, el trabajo consigna que “la escasez de este grano en la región agrava la situación ganadera porque será necesario traer grano de otras zonas”.

Similar situación atraviesan los lotes con sorgo, que apenas cubrieron la mitad de las 65.500 hectáreas a implantar: el grano está perdido y tendrán que enrollarse, con la ventaja de tener mayor volumen de materia seca y de mejor calidad que el maíz para destinarse a alimento animal.

Mientras tanto, la única que tiene alguna chance es la soja. Hay sembradas 82.000 hectáreas tempranas y 48.000 de segunda. En ambos casos el estado es “comprometido y su desarrollo dependerá de la ocurrencia y frecuencia de precipitaciones mayores a los 50mm en los próximos 10 a 15 días”. De todas formas, por el estrés ya sufrido no superarán los 10 quintales por hectárea.

Muy golpeada la cría

En materia ganadera, actividad que ocupa el 85% de los campos de la región, la situación varía según cada caso, aunque todos padecen la sequía. Los bajos submeridionales y la cuña boscosa son las áreas que primero empezaron a sufrir el fenómeno, entre abril y mayo de 2008, por lo que ingresaron al invierno con déficit forrajero y escasez de agua para consumo animal. Allí fue donde empezaron a disminuir los stocks.

Una situación particular se dio con las vacas preñadas por “el efecto coyuntura”, dice el informe. Aunque no se menciona explícitamente, la falta de precio para la hacienda frenó las ventas de terneros, que siguieron al pié de su madre mientras esta paría su nueva cría. Semejante sobrecarga en los campos “redujo aún más el volumen de pasto y agua disponible y generó una doble presión sobre la vaca” (tenía menos alimento y debía amamantar dos crías a la vez). “Se vio a muchas vacas morir en el mismo momento del parto sin poder terminar de expulsar al ternero que quedaba apenas con media cabeza afuera. En otros casos, cuando los terneros lograban salir, morían a los pocos días porque sumado a la debilidad que acumulaban desde el útero, sus madre no tenían leche”, detalla el trabajo.

Ya en primavera, época de servicios, todavía con partos atrasados y sufriendo los efectos del calor, el índice de celo disminuyó notoriamente. Como consecuencia los ganaderos extendieron los servicios, retraso que se sumó al del año 2007, también marcado por la sequía.

La heterogeneidad de situaciones, hace que “hablar hoy de estadísticas de pérdidas es muy difícil”. Algunos productores tuvieron espalda financiera y pudieron acarrear alimento o agua. Otros alcanzaron a trasladar los animales a otras regiones menos castigadas. Menos afortunados fueron quienes sufrieron mortandades de entre 10 y 40%; y también estuvieron los que no perdieron tantos animales, pero sí muchos kilos en pie, por lo que “de no mejorar la condiciones climáticas en lo inmediato... verán morir gran parte de su rodeo”.

Las últimas vacunaciones antiaftosa (campañas 14, 15 y 16) muestran una alteración importante del stock en la región. Hay diferencias según las zonas, “pero la constante es la disminución de vientres y vaquillonas entorables en el orden del 16.5%, cosa que sin dudas repercutirá sobre el número de terneros esperados no sólo en esta campaña sino, lo que es peor, en la próxima”.

En el departamento Vera el rodeo de cría disminuyó 91.500 cabezas “y lo que queda remanente se encuentra casi todo en estado caquéctico” (delgadez extrema, casi al borde de la muerte). De todos modos, se aclara que resulta muy difícil determinar cuanto se murió y cuanto se mandó a faena anticipada o se trasladó a otras regiones, así como qué proporción está en condiciones de seguir produciendo y cuanta “no va a pasar el otoño próximo”.

En 9 de Julio las mermas son más significativas, a pesar de que ese distrito cuenta con producción agrícola (que se perdió en su totalidad).

En General Obligado y San Javier, por ser distritos con amplia disponibilidad de islas, las existencias se incrementaron, sobre todo de novillos y novillitos. En el primero de los distritos, además, existen grandes feed lots que influyen en este comportamiento.

 

 

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en relación

La sequía en la ruta 23

 

Eloy Rodríguez

Esta zona es una de las cuencas lácteas más importantes del país (25.000 habitantes) y está sufriendo las consecuencias de la intensa sequía, de las decisiones erráticas del gobierno nacional e indecisiones del estado provincial.

Campolitoral recorrió el área que se extiende desde la intersección entre las rutas 34 y 39, que de este a oeste proviene de San Cristóbal, y al llegar a Arrufó, se transforma en Ruta Provincial Nº 23, hasta Suardi.

El presidente comunal de Arrufó, Oscar Ribotta, informaba que “la actividad principal es la lechería, que tuvo una pérdida del 40%, luego la ganadería, con un detrimento del 20% y los cultivos en un 100%”. Esto trajo aparejado una merma en la recaudación comunal en el orden del 40% proveniente del sector rural y un 20% de la parte urbana. Además, explicaba sobre los despidos del personal eventual.

“En esta situación, la errática política agropecuaria nacional influye en un 30% y la sequía en un 70%”, concluía Ribotta. Arrufó es uno de los distritos más extensos del Departamento San Cristóbal, con 77.000 hectáreas y una población estimada en 3.200 habitantes.

En Villa Trinidad, la actividad tambera se concentra en la Cooperativa Unión Villa Ana. Desde la problemática cárnica, es dable destacar la actividad del Frigorífico Unión S.A. (FUSA) con un plantel de más de 100 empleados. Aquí también la pérdida en la agricultura fue del 100% y en la producción láctea de un 15%, derivada del cierre de tambos y alquileres, con perspectiva creciente. Se estima que la sequía dejó más 300 animales muertos, por falta de agua e intoxicación, y más de 2.300 trasladados. La recaudación comunal mermó un 15%. Villa Trinidad es un distrito con 33.000 has. y casi 3.500 habitantes.

En la localidad de San Guillermo, un distrito con 24.000 has. productivas y una población de 8.500 habitantes, la sequía se hizo sentir en la lechería, actividad principal, ya que la agricultura se practica para reserva y es muy bajo el porcentaje que se comercializa. Conforme a datos brindados por la Cooperativa de Consumo Ltda. Santa Rosa, los cultivos mermaron en un 80% y en ganadería, si se comparan las campañas de vacunaciones, marzo y setiembre de 2008, hubo un déficit de más del 11%, que se agravó a la fecha, según la Fundación para el Desarrollo Agropecuario y Sanidad Animal San Cristóbal Oeste. Los productores coinciden en la necesidad de que el Gobierno Provincial, Nacional y las empresas lácteas, conforme a los convenios firmados, abonen $ 1 por cada litro de leche en tranquera. La crisis no se reflejó en la recaudación de tasas urbanas y rurales, ya que el cobro de las mismas se mantuvo en un 85%.

En Suardi, la falta de lluvias afectó el sector lácteo, en un distrito que tiene 41.000 has., 8.500 habitantes y produce 200.000 litros diarios de leche. Como complemento se desarrollan los sembradíos destinados a forraje. Según datos de la Cooperativa Tambera “La América”, los cultivos se perdieron en un 100% y la principal muerte del ganado es como consecuencia de la ingesta del “sudan”, pastura que al secarse produce una toxina que es mortal para los animales. La recaudación comunal cayó un 20% y hubo cierre de fuentes de trabajo, entre despidos y suspensiones del personal eventual. Además grandes productores absorbieron a pequeños tamberos, concentrándose la producción. (Datos obtenidos por Vanina Borgogno).

 

INTA Reconquista/Campolitoral la única certeza es el drama La heterogeneidad de la matriz productiva del norte provincial, así como la diversidad de recursos de los productores, por el momento dificulta sacar conclusiones. Mientras tanto, el campo se sigue secando.

¡Qué llueva! La soja necesita buenas precipitaciones para llegar a la trilla.

foto: juan manuel fernández