36ª edición del maratón Santa Fe-Coronda
El calor estuvo en los corazones
La largada en Piedras Blancas contó con un pequeño respiro climático, que permitió a los más entusiastas acercarse igual para alentar a quienes lucharán nueve horas por un lugar en el podio de la Capital de la Frutilla.
El color de las embarcaciones y el aliento de la gente de Santa Fe desafiaron el gris de las amenazadoras nubes.
Foto: Flavio Raina
Ignacio Andrés Amarillo
“Bienvenidos al maratón más lindo del mundo”, dijo como siempre el locutor oficial, para luego agregar un trillado “al mal tiempo buena cara”. Es que el tiempo oscilaba esta mañana entre una ligera llovizna y una claridad con sombras tenues. De todos modos, los más entusiastas no quisieron perderse la largada, la punta de los 57 kilómetros que conforman la clásica Santa Fe-Coronda, en la que 22 nadadores (siete de ellos debutantes) lucharán por alrededor de nueve horas para entrar en la gloria.
Antes fue el momento de los nervios, los movimientos precompetitivos, la vaselina, las palabras de aliento, el pintado del número en el hombro de estas poco usuales estrellas deportivas. Mientras tanto, los medios locales ponían en marcha sus estrategias para tener la mejor imagen o la última declaración de los protagonistas.
Aquí y allá transitaban en nuevas funciones los “colosos del río” de otrora: un circunspecto Diego Degano en la organización; un siempre relajado Fernando Fleitas, hoy devenido en comentarista; la paranaense Silvia Dalotto, como comisaria de la prueba; el juvenil Rafael Pérez, viéndola por primera vez desde afuera del agua. Junto al río, con una estampa digna de los astros de “Baywatch”, los amarillentos guardavidas municipales desafiaban al mal tiempo, entre ellos el “bañero del rock” (Iván Gastón Meynet, guitarrista de Invisibles).
Sangre en el agua
Las familias de los nadadores locales no perdieron oportunidad de acompañar a sus seres queridos con pancartas y las remeras de equipo (convenientemente auspiciadas). A Delia, la mamá de Gabriel Villagoiz, la conocen como Lía: “Para él es muy especial, mucho sacrificio; hay muchos buenos nadadores, pero esperemos que pueda llegar, si se puede dentro de los diez. Esta semana estuvimos nerviosos y a la vez medio tranquilos, controlándonos: esperando este momento tan lindo. Él está bien física y mentalmente, ha hecho un trabajo de seis meses a full: esperemos que se nos dé”, concluyó, antes de partir raudamente a la costanera corondina para alentar la llegada.
Liliana Marcogliani, madrina de Marianela Mendoza, tiene expectativas más modestas: “Lo único que esperamos es que llegue, no exigimos nada más: es su primera experiencia, en esto que son 57 kilómetros. Ya estuvo en la Capri-Nápoli compitiendo en 37 kilómetros: salió cuarta. El tiempo no está acompañando, el río tampoco, porque está muy bajo. Pero el espíritu está, la lucha está, y acá estamos: después de mucho tiempo de trabajo de ella, desde los seis años. Es la más joven”, expresó con orgullo la mujer.
Natación a fondo
Luis Corsiglia vino con su familia desde Paraná a disfrutar de la jornada deportiva: “Somos fanáticos de la natación de aguas abiertas, y todos los años tratamos de participar en esta fiesta, que es un show bastante interesante”.
—Hoy el tiempo no acompaña...
—No importa: si sos fanático sabés que podés tener viento, lluvia, sol: si te gusta no importa, no existe el tiempo.
—Seguramente te gustaría que la Hernandarias-Paraná vuelva al circuito de Fina.
—Se está peleando por eso. Es la hermana de esta carrera, así que ojalá. Pero es un poco más complicado. Sin duda la de Coronda es por lejos la más linda; la Hernandarias es nada más que la más larga, le falta todavía un montón de organización para llegar a ser algo como este evento.
—¿Cómo se vive la pasión por la natación todo el año?
—A fondo: tengo un hijo que hace aguas abiertas (se va a largar en la Hernandarias) y dos que hacen natación en pileta.