César Canario cuenta el drama que vivió en Paraguay

“Zafé porque me subí al asiento”

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Así quedó el micro en el que viajaba César Canario y donde murió el argentino Giménez.

Foto: Gentileza ABC Color de Paraguay

El delantero de Colón, que está a préstamo por seis meses en 2 de Mayo, venía a dos metros de Mariano Giménez, el jugador argentino que falleció.

Enrique Cruz (h)

Las primeras noticias alertaron y sembraron pánico en la familia Canario. Es que se hablaba de un jugador argentino muerto en el accidente del micro, en el que viajaba el plantel de 2 de Mayo de Paraguay, y pensaron lo peor. César Alexis Canario había viajado hacía un par de días, nada más, para incorporarse al plantel paraguayo, cedido a préstamo por seis meses. El delantero de Colón, inclusive, había jugado unos minutos del amistoso que se disputó ese mismo día, tras el cual retornaban a Pedro Juan Caballero, la ciudad de origen de 2 de Mayo. Enseguida lograron cumunicarse con él, quien les trajo tranquilidad: “Estoy bien, un poco asustado pero a mí no me pasó nada”, les dijo. Pero en rigor de verdad y luego de lo que esta mañana —en comunicación telefónica con Paraguay— le contó a El Litoral, lo ocurrido terminó siendo una “desgracia con suerte”, para el pibe de Colón.

—¿Te dura el susto, César?

—¡Qué te parece!... Sentí el ruido del reventón del neumático, era a la tardecita y venía despierto... De inmediato me subí arriba del asiento, fue instintivo, lo único que pensé es que se me podía venir el asiento de adelante sobre mis piernas, pero eso permitió que no me pasara nada.

—Y Mariano Giménez, el muchacho que murió, ¿dónde venía?

—A dos metros míos, en el asiento de atrás, pero del otro lado... Yo venía del lado izquierdo y él del derecho. Los que venían del derecho se llevaron la peor parte, porque el colectivo se fue sobre la banquina y cayó en una pendiente muy grande y sobre el lado de ellos.

—¿Cómo saliste del micro?

—En pleno griterío, a lo que atinamos fue a romper algunos vidrios y así pudimos salir.

—¿Ya habías tenido la posibilidad de hablar con Giménez?

—Claro, claro, ¡por supuesto!... Hacía algunas horas que estaba con ellos, pero entre los argentinos habíamos formado un lindo grupo. Incluso, también se sumó un uruguayo. Pero con Giménez había charlado en esos pocos días que llevaba con el grupo.

—¿Jugaste el amistoso de ese día?

—Sí, entré un ratito.

—Se dice que algunos argentinos se quieren volver porque tienen miedo por lo que pasó. ¿Vos qué vas a hacer?

—No, no, de ninguna manera, yo vine a jugar y me voy a quedar... Estamos todos un poco asustados y hay algunos muchachos lastimados, pero en mi caso te aseguro que me voy a quedar.

—¿Te habló alguien de Colón?

—Sí, sí, enseguida... Me llamó el presidente Lerche, al toque, estaba preocupado, se puso a disposición y me dijo que le pidiera lo que necesitaba. También me habló mi familia, por supuesto, y mucha gente de Santa Fe, gente de Colón que se enteró del accidente y pensaba que me había pasado algo grave... No, no. De Colón no tengo nada que decir más que palabras de agradecimiento para todos, empezando por el presidente, que se portó muy bien conmigo.

Por lo que se pudo averiguar, el micro accidentado estaba en buenas condiciones, con apenas 20.000 kilómetros de uso, y que por motivos desconocidos la cubierta delantera reventó, causando el accidente en el que perecieron dos personas (el volante central Giménez, que arrancó su carrera en Estudiantes de La Plata y luego jugó en El Porvenir, y un dirigente de 2 de Mayo). Otro dato: no viajaban exclusivamente los jugadores de 2 de Mayo, sino que era un micro de línea.

—Entonces, ¿te quedás, César?

—Por supuesto, me quedo... Vine por seis meses y quiero hacer un buen campeonato y dejar bien a Colón. Eso sí, quizás nosotros no empecemos la semana que viene como estaba previsto, porque hay muchachos lesionados y golpeados, pero de acá no me voy.

“Eran unos 38 pasajeros y veníamos a una velocidad de 80 km por hora. Unos 3.000 metros después de pasar el puesto de Chirigüelo se produjo la explosión de la cubierta delantera derecha, al lado de la banquina. Ya no tuve control del vehículo y nos fuimos a la cuneta, donde había pasto húmedo, que nos hizo resbalar”.

Chofer del micro.

(Del accidente del plantel de 2 de Mayo).