Murieron por intoxicación de un día para otro

Desazón para tambero de Ceres que repentinamente perdió 106 vacas

Se trata de un tambo modelo que funciona en el noroeste santafesino. Según el diagnóstico veterinario, las reses murieron por intoxicación. El propietario envió muestras al laboratorio del Inta Rafaela para ampliar las causas de la mortandad.

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Empezar de nuevo. Aquí se observa el montículo de osamentas que se dibuja en el paisaje del establecimiento en Ceres.

Foto: Martín Farías

Martín Farías-Red de Medios

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Un productor tambero perdió el jueves pasado los réditos de casi 5 años de trabajo. De un día para otro su explotación se vio disminuida tras la pérdida de 106 cabezas, de la mejor genética en vaquillonas para tambo. Una montaña de osamenta adorna el paisaje adusto que deja a su paso la sequía.

El establecimiento La Gringa, propiedad de la familia Franza, ubicado 1,5 km al norte de la ciudad de Ceres, hoy aloja en su interior un tambo modelo, que se ve golpeado por la sequía en el distrito. Ricardo Theill encaró, con el apoyo de su familia, la explotación de aquel tambo que, con mucha sapiencia y tesón, consolidaron hace décadas sus antecesores.

Sin embargo, este tambo, cuentan sus propietarios, superó todas la debacles económicas habidas y por haber, pero no puede superar el flagelo de la sequía más grande y extensa que se recuerde. Hace algunos días, Ricardo Theill llegó a su campo, y su puestero le comentó la novedad. Más de cien vaquillonas de tambo, de la mejor genética en la zona- producían hasta 27 litros diarios de leche- se desplomaban en el corral. Las vacunas, los veterinarios y la experiencia campesina de los moradores no pudieron evitar la muerte de los 106 animales. “Con esto ya suman 148 las bajas del plantel, desde que empezó al sequía”, comentó consternado el productor.

“Hicimos todo lo que se recomienda en estos casos, las vacunamos, las alimentamos en un corral apartadas, pero igual se murieron. Nadie encuentra una respuesta lógica y precisa a la mortandad repentina de todos estos animales”, señaló Theill, aunque el diagnóstico de Gabriel Bergese, médico veterinario de la explotación, es inapelable: “intoxicación”.

No conforme y ante la falta de ampliación del diagnóstico, Theill y sus profesionales remitieron muestras a los laboratorios del Inta Rafaela, que precisarán cuáles fueron las causas del envenenamiento que provocó la muerte a los vacunos.

Cómo seguir ahora

La situación, y este caso testigo de ser el productor con más animales muertos en pocas horas desde que comenzó la seca en Ceres, lo llevó a tramitar ayudas inmediatas para salvaguardar lo que queda.

“Me reuní con los concejales, con el intendente, con el senador Felipe Michlig; todos me ofrecieron gestión ante los distintos poderes, nacionales y provinciales, para una ayuda a través de subsidios. Encontré una enorme predisposición y solidaridad de parte de todos”.

“Yo nunca pedí ningún subsidio, siempre soporté los avatares del clima, y los de las economías del país. Trabajé desde chico, primero a la par de mis familiares y después tomé las riendas yo solo. Pero esto nunca lo hubiera imaginado, perder todo en cuestión de horas, es algo que no tiene ningún tipo de explicación. No sé qué hacer, tengo terneros, buen campo, y después de esto, me planteo si seguir o no. Pero es lo único que sé hacer. Puse parte de mi vida en estas tierras y en el tambo, inclusive alquilé parte del campo para que siembren girasol, porque yo me dedicaba full time a los animales y a la lechería. Hoy no sé qué hacer”, confiesa.

Ricardo Theill es un productor joven de 31 años. A su cargo, tiene a su esposa y dos hijos. Sus tíos lo llevaron al campo de pequeño, y de allí nació su afición por la tarea rural. Hoy, por la sequía y otras cientos de circunstancias que golpean al campo, se encuentra en una encrucijada, “y no sé cómo seguir”.

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ADEMÁS

Propuestas de Terré para la sequía

El senador por el departamento 9 de Julio, Hugo Terré, informó sobre los puntos prioritarios para comenzar a solucionar los problemas que acarrea la sequía. Las propuestas fueron presentadas ante la subsecretaria de la Producción de la Nación, Carla Bilbao, y en reiteradas presentaciones desde abril pasado, ante los ministerios de la Producción, y de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente de la provincia.

Para Terré, “buscar soluciones para la sequía requiere una visión clara de la problemática, y del conocimiento profundo de las características agroclimáticas y sociales de la zona”.

Manifestó que “llevamos camiones con agua a las poblaciones, a la hacienda, aportamos forrajes, otorgamos subsidios y créditos blandos”.

Sobre esa base, el legislador norteño propone cuatro puntos prioritarios para empezar a solucionar las sucesivas crisis. El primero, la construcción de un azud nivelador del Río Salado, en el distrito Tostado, que permita un aprovechamiento integral de ese recurso y asegurar la provisión de agua para la ciudad, aún con muy poco caudal en el río. Esto significaría la primera etapa para pensar en una toma de un acueducto que provea a todo el departamento 9 de Julio, el que luego podría unirse con el Río dulce o el Paraná.

El segundo, la construcción del pozo profundo en Villa Minetti con el que se podría solucionar la provisión de agua para consumo humano y la ganadería, ya que la fuente tiene alcance regional. El tercero, la ejecución de canales a cielo abierto desde el Salado hasta Pozo Borrado, Villa Minetti, San Bernardo, Santa Margarita y Gregoria Pérez de Denis, pasando por localidades de Santiago del Estero. Y el cuarto, la adaptación del sistema productivo que permita realizar las actividades agropecuarias con menor riesgo, compatibles con el medio ambiente. Por último, Terré manifiesta que “no debemos perder tiempo para implementarlas, ya que es el camino para soluciones definitivas”.

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EL DATO

Se perdieron 5 años de trabajo

“Tengo una bronca- dice Theill mirando la montaña de animales muertos- acá se me fueron 5 años de trabajo, de apuesta a futuro. Este es el golpe más grande que me tocó en mi vida. Hablé con muchos productores que atravesaron la misma situación y todos me dijeron lo mismo, no lo entiendo”, se lamenta.

“Uno piensa en las pérdidas económicas pero la desmotivación y la impotencia que sentimos no las arreglamos con dinero. Tengo el ánimo por el piso. En estas últimas horas no pude pegar un ojo. No puedo dormir”, cuenta resignado.