“LA TETA ASUSTADA”

Con la marca del trauma

La película de la limeña Claudia Llosa se destacó en el Festival de Cine de Berlín y se postula como firme candidata para el Oso de Oro.

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Las protagonistas y la directora presentaron la cinta en La Berlinale. Aborda la experiencia de las mujeres violadas durante el terrorismo en Perú.

Foto: AFP

De la redacción de El Litoral

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Una historia conmovedora podría ser la que se lleve hoy el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín, luego de una proyección que dio que hablar. Titulada “La teta asustada” y dirigida por la limeña Claudia Llosa, la cinta se basa en la creencia de que las mujeres violadas durante el terrorismo en Perú traumatizaban a sus hijos al darles el seno. La protagonista, Fausta, interpretada por Magaly Soler, nació “con el susto” a causa de la violación de su madre. Al morir ésta su deseo es llevar su cuerpo desde la capital peruana a darle sepultura en su pueblo natal.

La narración no sólo aborda la lucha de Fausta por conseguir el dinero para el viaje, empleándose como criada en la casa de una burguesa pianista -encarnada por Susi Sánchez-, sino también el lento proceso para curarse de la enfermedad que le ha provocado el haberse introducido una papa en la vagina a causa del miedo a ser violada a su vez.

“Me enteré de esta creencia de la “teta asustada’ gracias a un libro de testimonio publicado por una universidad en Estados Unidos sobre las mujeres violadas durante la barbarie del terrorismo en los pueblos de la Sierra peruana. Este calvario se transmitía de una generación a otra y su curación debía hacerse mediante rituales chamánicos”, expresó Llosa.

DOLOR

El filme -producido en parte por la Televisión de Catalunya y la Televisión Española- refleja en detalle la vida en Manchay, uno de los barrios periféricos más populares de Lima, y en especial las alegres bodas colectivas. “Lima mira a la distancia, desde lejos, esos terrales laberínticos. Quise acercarme a ese mundo andino que convive con la modernidad. Me parece que ha sido filmado a veces con miedo, de forma edulcorada. Yo quería retratarlo con libertad. Mostrarlo como es”, precisó y añadió: “No le quise poner rostro al opresor, pues tanto los terroristas como los militares hicieron mucho daño en mi país. En Lima la gente no quería relacionarse con el dolor”, añadió.

Magaly Soler, quien compuso además las canciones que interpreta en la película, interpreta un personaje que es silencioso y sólo se anima cuando canta hermosas melodías en quechua. “La música es un bálsamo, la calma. En Perú, entre el 70 y el 80 por ciento de las personas habla el quechua, pero a veces su práctica está relacionada con la vergüenza porque no las conecta con la modernidad”, dijo la actriz.

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El problema de la modernidad

La directora aclaró que la introducción de la papa en la vagina de Fausta era un elemento ficticio. “La papa es un tapón, el eyector de cualquier ente extraño. En Perú, la papa tiene muchas connotaciones: es la raíz, la fertilidad, la tradición, lo que somos, esa carga del pasado, esa herida, el trauma que queremos esconder”, explicó.

“Mi pretensión era mostrarnos sin tapujos, hablar de esa pugna de la tradición que no quiere perecer ante la modernidad, sabiendo que al mismo tiempo debemos caminar hacia el futuro. Perdemos nuestra memoria colectiva, pero nuestra herida se delata, quiere salir a la luz”, expresó la también autora de “Madeinusa”, película que la dio a conocer mundialmente y que también trata de ese problema.

“La población andina baja de la Sierra a Lima, en busca de la modernidad. Tienen una gran fuerza, son pujantes y llenos de esperanza, a pesar de la carestía. Celebran la vida, enfrentándose a la muerte. La palabra quechua malki significa a la vez “semilla’ y “momia’ ”, detalló.