“LA PLAZA DE LA CASA”

Plaza de tango, luna y misterio...

Anoche se realizó la primera de las tres jornadas previstas para el ciclo que, organizado por el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia, reúne espectáculos gratuitos en Plaza de Mayo, los sábados de febrero y con acceso libre y gratuito.

Plaza de tango, luna y misterio...

María Graña volvió real el hechizo y deshizo las arrugas del recuerdo al cantar los tangos que el público pidió.

Foto: Pablo Aguirre

Florencia Arri

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Una diva con su fotógrafo, “Cacho” el carnicero en su delantal blanco y hasta los guapos del barrio. La vecina de ruleros, el vago, la curandera y hasta dos magos que conquistaron con piropos, trucos y hechizos; nadie faltó al bailongo.

“Me hace acordar a cuando era chico”, expresó Chiche, a modo de explicación; a sus setenta, quedó en silencio y la magia dio vida al recuerdo intacto de sus años mozos. Es que, bajo los banderines y el tendal de lucecitas, más de uno quedó confundido: el grito de praliné en la asadera, las sillas de madera y hasta los abanicos devolvieron el tiempo a mediados del siglo pasado, días en que el barrio convocaba a los vecinos para el baile de cada sábado.

Pero no fue sino la plaza la que despertó nostalgia y propuso “humor, magia y bailongo” anoche, frente a la Casa Gris.

La pista se inauguró a las 22, cuando la orquesta La Macanuda despertó risas, aplausos y recuerdos. Con las voces de “Cotorro De Ludueña” y Clarita -dos personajes-, la orquesta invitó a bailar tangos y rancheras que hicieron a un lado al pororó e invitaron a cantar “el que tenga un amor que lo cuide, que lo cuide...” entre otros temas conocidos. Tras breves caracterizaciones de un grupo de actores de nuestra ciudad, de espaldas a la casa y con el cielo como techo las tablas presentaron a María Julia, su última dieta y su “testimonio de fe”; seguida del mago Antón Corradín y sus trucos cómicos y participativos.

“...Desde el recuerdo te vuelvo a ver...”

Con Luciano Ciarreta en bandoneón, Carlos Genone en bajo y Cristian Zárate en piano, la voz de María Graña detuvo el murmullo y acalló los pasos transeúntes que quedaron helados sobre las baldosas.

Aún con la mirada entre las copas de los árboles y el aroma a hamburguesas que invitaba a la cantina, María convirtió cada silla en la más cómoda butaca y a la plaza en un escenario del tango canción. En “Malena” y “Uno”, hizo suya cada nota y puso el alma en cada palabra.

Junto a la bandera argentina y un retrato de Carlos Gardel pintado por Yolanda Pardo Ortega, Graña volvió real el hechizo y deshizo las arrugas del recuerdo al cantar los tangos que su público pidió: “Nostalgia”, “El choclo”, “Cautivo” y los ineludibles “Nada” y “Caserón de tejas”, en que más de uno piantó una lágrima o dejó escapar un suspiro.

En tacón y en zapatillas y hasta encima de las sillas, los aplausos hicieron resonar los muros y resintieron el final, que Graña postergó con “Canción desesperada”. Con la mano en el pecho, María expresó un sentido “gracias, Dios los bendiga” y no hubo más.

Para quienes se animaron a la pista siguieron algunas rancheras, tangos y valcecitos junto a los bailarines de Tangofé por 4. Pero la fiesta estaba completa y la medianoche comenzó a disipar el hechizo hasta el sábado próximo, en que “La plaza de la casa” proponga más bailongo, risas, arte y fiesta en este escenario tan particular.

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Y MÁS

 

 

El ciclo continuará el sábado entrante, desde las 21.30, con Luis Alberto Spinetta, el grupo local Sonido Lila, teatro infantil con La Gorda Azul, y las actuaciones de Chemiguitos, Gustavo Núñez y un grupo de Educación Vial.

También habrá instalaciones plásticas y performances, juegos interactivos y de participación temáticos, dibujantes, graffitis, stencils, hip hop, artistas urbanos y teatro.