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El oficio de escribir

FUENTE. ENTREVISTA RODRIGO ARIAS. FOTO. EL LITORAL.

FEDERICO ANDAHAZI

Empezó a escribir imitando a su padre y hoy es uno de los más reconocidos escritores argentinos.

POR QUÉ ESCRITOR. “Tiene que ver con toda una historia familiar. Por un lado, el impacto que generó en mí la biblioteca de mi abuelo, que era editor y que tuvo que quemar sus libros durante la última dictadura. Esa es la primera razón: restituir esa biblioteca. Por otro lado, mi padre es poeta. Casualmente, cuando era un niño, encontré en la biblioteca de la casa su libro. Ahí empezó mi relación con la escritura. De hecho, empecé escribiendo poesía e imitando a mi viejo. De ahí salto a la prosa. Intento escribir algunos cuentos sin fortuna. Y ante la imposibilidad de hacerlo, me vuelco a la novela. Mi primer trabajo se llamó “El oficio de los santos”, y lo terminé de escribir a los 20 años. Este texto terminó funcionando como un arcón de recursos. Muchos pasajes de “El Anatomista”, “Las Piadosas” y “El Príncipe” son fragmentos de esa novela”.

UNA MENTIRA BIEN CONTADA. “No soy un escritor al que le interese la historia en relación con la verdad. Mis novelas no son históricas. Trato de apuntalar mi literatura en la ficción y si tengo que deformar la historia para apuntalar mi literatura, lo hago. Tanto “El Anatomista” como “Las Piadosas” están plagadas de inexactitudes deliberadas. Las construcciones de mis novelas son ficticias. Por otro lado, es curioso porque la literatura no tiene ningún nexo en relación con la verdad. La literatura está fundada por la ficción. No es más que una mentira más o menos bien contada”.

LA CONCEPCIÓN DE LITERATURA. “Mi idea de la literatura pasa por el camino de la ficción. Yo no me propongo reconstruir la realidad. Mi intención es reescribir para desdibujar. “Las Piadosas” no es nada fiel con respecto al acontecimiento histórico que cuenta. Ese hecho histórico me sirvió para seguir ahondando en el camino de la ficción. Pienso que la literatura se nutre de sí misma. Como dijo Baudelaire: un manuscrito que se vuelve a escribir”.

LITERATURA Y PODER. “Al poder siempre le molestó la literatura porque se emparenta con el deseo. El poder no puede con el deseo. Tiene su misma lógica. El poder es una máquina que quiere normativizar constantemente, y el deseo y la literatura van en contracorriente. Buscan demoler estas legalidades. La literatura debe resistir el desprecio, la censura y la canonización que intenta imponer el poder. Creo que éstas son las tres formas que tiene el poder para combatir a la literatura”.

EL MICROCLIMA DE LOS ESCRITORES. “Si me preguntan cómo me sitúo en el mapa de los escritores argentinos contemporáneos, pienso que uno puede percibir cuáles son las amistades literarias recién 50 años después. Hay una discusión que todavía sigue vigente, pero que es un poco aburrida: los jóvenes autores frente al boom latinoamericano. En un Congreso en España un escritor chileno planteó la idea de “matar” a esos padres. En mi ponencia dije que no hacía falta: ya que hubo un genocidio literal. No hacía falta “matar” a esos “padres literarios”: ya los habían asesinado. Por eso cuando escribo trato de homenajear a Walsh, a Conti, autores que fueron asesinados. De todas maneras, es un momento muy rico de la literatura argentina; se formó un campo muy heterogéneo a diferencia de otras épocas. Autores como Leopoldo Brizuela, Pablo De Santis, Marcos Herrera... Son universos totalmente diferentes producto de la herencia prematura de aquellos padres. Esas herencias, que se han repartido de forma diversa, son las que provocaron esta diversidad”.

EL ESCRITOR Y LA INTERNET. “Me parece que hoy por hoy asistimos a la prehistoria de Internet. Todavía falta que se desarrolle. Aún es una Internet muy dura, que aspira a cierta gráfica que todavía no tiene. De modo que hay que pensar en qué se va a convertir. Lo que me parece fantástico es la posibilidad de subir un montón de cosas. Esto democratiza un poco la información. Ahora si pensamos que sólo un 5 % de la población mundial tiene acceso a Internet, es una democratización un poco lenta. Sin embargo, es interesante la privacidad que otorga: es el lugar ideal para la pornografía y también para aquellos materiales que no tienen lugar en los demás medios de comunicación. Creo que eso es lo que más le preocupa al poder. Yo he publicado algunos cuentos para Internet, pero me parece que hay que pulir el soporte. Porque, hasta ahora, no se puede sustituir lo que ofrece el libro. El libro sigue siendo más práctico. Yo no puedo estar más de dos horas frente a la pantalla porque me duele la cabeza. Hasta el momento las experiencias de libros electrónicos no fueron del todo buenas. Pensá en Stephen King. En ese caso no fue un fracaso suyo, sino de los lectores y del soporte. Esto demuestra que estamos en la prehistoria de Internet. El día que se fabrique la impresora que te saque el libro impreso van a caer editoriales y librerías”.

ASÍ SOY YO

VIDA Y OBRA

Federico Andahazi nació en Buenos Aires en 1963. En noviembre de 1995 sus cuentos “Las piadosas” y “Por encargo” fueron distinguidos en el Certamen Nacional de Cuentos del Instituto Santo Tomás de Aquino. En setiembre de 1996 su cuento “La trilliza” recibió el Primer Premio en el Concurso de Cuento Buenos Artes Joven II. En octubre de 1996, al tiempo que era finalista del Premio Planeta, su novela “El anatomista” ganaba el Primer Premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat, pero fue publicado por Planeta en 1997 convirtiéndose en uno de los más grandes bestsellers de la literatura argentina. Fue traducido a varios idiomas.

EDICIONES

“El anatomista” (1997) Planeta; “Las Piadosas” (1998) Sudamericana; “El árbol de las tentaciones” (1998); “El príncipe” (2000) Planeta; “El secreto de los flamencos” (2002) Planeta; “Errante en la sombra” (2004), Alfaguara.