En medio de la renovada protesta rural

La soledad del poder

A medida que va quedando solo, el gobierno y el campo se refugian en sus viejas querellas y en un discurso cada vez más alejado de la realidad.

1.jpg

Leones: en el corazón de la producción triguera, tuvo lugar el primer acto dentro del paro agropecuario.

Foto: DyN

Sergio Serrichio

[email protected]

CMI

Como dos trenes destinados a colisionar, el gobierno y el campo velan por estas horas el resentimiento y la desconfianza que se profesan el uno al otro, y se preparan para el impacto.

La dirigencia agraria decidió prologar con un paro el moroso llamado oficial a la reunión en la que este martes la ministra de Producción, Débora Giorgi, recibirá a la Comisión de Enlace rural. Los propios protagonistas reconocen que se trata de otro simulacro, al que llegan con muy bajas expectativas.

La paciencia rural fue colmada por el juego de pinzas oficial.

De un lado estuvieron las reuniones “secretas” de Julio de Vido, el más kirchnerista de los ministros del Gabinete, con un miembro de la Comisión de Enlace, divulgadas para sembrar cizaña entre los dirigentes del campo y confundir a la opinión pública (curiosamente, el interlocutor elegido fue Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural, la entidad cuyo perfil e historia mejor calzan con la “oligarquía golpista” que en distintas formas y como dispositivo de espanto aparece en el discurso oficial cada vez que los Kirchner quieren reagrupar a los crédulos).

Del otro estuvieron las alocuciones diarias de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, fustigando con medias verdades -que es lo mismo que decir medias mentiras- la “avaricia” y el “privilegio” de los productores rurales.

El problema de ese discurso, que en la primera mitad de 2008 al menos abonaban los altos precios internacionales y una naturaleza favorable a los productos del campo, es que ahora está fuera de tiempo, de lugar y de circunstancias. El año pasado, la pelea se daba en un marco de abundancia. Ahora es por los despojos.

Locutora sin libreto

Sin embargo, cual locutora que se quedó sin libreto, y en una proposición huérfana de evidencia, la presidenta insiste en asimilar objetivos nobles -la justicia social, la redistribución, la protección de los pobres- a la concentración de recursos en manos del Estado K.

La ministra de Salud, Graciela Ocaña, una de las funcionarias mejor conceptuadas del gabinete, sometida a recurrentes operaciones de desgaste por parte de algunos socios de ruta del kirchnerismo, como el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, expuso hace poco la impostura del discurso oficial.

Fue en Santa Fe, donde reconoció que los hospitales prometidos en 2008 cuando, en pleno conflicto con el campo, el gobierno buscó adornar políticamente la fatídica resolución 125, de retenciones móviles a las exportaciones agrícolas, no se podrán construir por falta de fondos.

En rigor, de esos 40 hospitales, el gobierno avanzará en dos: ambos en el conurbano bonaerense, el distrito en el que el kirchnerismo se juega su supervivencia política. Y también en rigor: si el oficialismo se hubiera salido con la suya, los recursos para hacer hospitales (o cualquier otra cosa) serían aún menores de lo que son ahora. El discurso presidencial, el de antes y el de ahora, queda así expuesto en toda su maniobrera improvisación e hipocresía.

Ni lerdos ni perezosos, ayer, en el acto de Leones, Córdoba, los dirigentes rurales aprovecharon las heridas expuestas del oficialismo para cargar sin piedad. Celebraron el éxodo de legisladores del bloque K. Acusaron al gobierno de no respetar, entre otros, el mandamiento de no robar. Y vincularon de modo directo el aporte fiscal del campo vía retenciones (que sigue siendo el principal, pero no el único, motivo de conflicto) con la multiplicación de los negocios y de la riqueza de los amigos del matrimonio gobernante.

Así, cual autómata que no sabe otra cosa que aquella para la cual fue programado o a la que se habituó en tiempos diferentes, el gobierno se va quedando cada vez más solo. Por acción (repitiendo cosas que no dan resultados), por omisión (no cumpliendo con sus propios anuncios y no atinando a buscar nuevas respuestas) y también por un discurso cada vez más divorciado de la realidad.

No es casual que el agotamiento de la artillería oficial coincida con el rebrote de las teorías conspirativas, no exentas de ingredientes verídicos. Es obvia la presión de los sectores industriales y rurales a favor de una megadevaluación (un aumento más brusco que gradual del dólar) a la que el gobierno le huye por temor a generar una crisis dentro de la crisis y terminar de licuar su capital político.

Rara defensa de los jubilados

Entre las acciones/omisiones está el caso el caso de los fondos previsionales. El gobierno precisará, en las próximas semanas, la proporción de aumento de los haberes jubilatorios a partir de marzo, en aplicación de la llamada “ley de movilidad”, sancionada el año pasado. A la vez, sigue sin reglamentar aspectos centrales de la ley Nº 26.425, la que traspasó al manejo del Estado los fondos acumulados en las AFJP.

El objetivo proclamado de la ley, que Néstor Kirchner consideró la más importante de la administración de su esposa, era “proteger” a los jubilados, actuales y futuros. Pero a más de 90 días de su sanción, aún no se constituyó ninguna de las dos comisiones que, según la norma, debía monitorear el uso de los fondos.

Mientras tanto, precisa un proyecto de resolución firmado por nueve diputados, ocho de los cuales votaron a favor de la ley, el gobierno asignó nada menos que 68.000 millones de pesos a financiar planes “canje”, solventar obras públicas y pagar deudas, incluida la refinanciación de pasivos del propio Estado, a una tasa de interés inferior a la inflación.

Por si fuera poco, la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses, que custodia los fondos jubilatorios) paga los “bonos del crecimiento del PIB”, cuyo monto en los últimos dos años (sólo en 2008, fueron 5.900 millones de pesos) engordó más de la cuenta, por la exageración del crecimiento que resulta de la inflación baja y mentirosa que publica el intervenido Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

“Más allá de las cifras, lo que denunciamos es el uso ilegal de estos fondos”, dice Claudio Lozano, uno de los firmantes de la resolución, que votó aquella ley luego que el kirchnerismo aceptó incluir en el texto un sistema de control que ahora se resiste a llevar a la práctica.

¿Para qué, si hace tan bien las cosas solo?

///

EL DATO

Confirmada

La ministra de Salud, Graciela Ocaña, volvió a desmentir su renuncia al cargo y atribuyó los rumores a que “hay mucha gente molesta” que “pretende frenar una gestión” y los cambios que impulsa en la cartera. Anoche fue recibida en la Casa Rosada por la presidenta Cristina Fernández y la audiencia fue interpretada como un gesto de respaldo.

Para despejar dudas, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, aseguró que en el gobierno “ninguno puso en duda la continuidad” de la ministra de Salud. “Quien pone y saca ministros es la presidenta”, subrayó Randazzo.

(Los dirigentes en Leones) vincularon de modo directo el aporte fiscal del campo vía retenciones con la multiplicación de los negocios y de la riqueza de los amigos del matrimonio gobernante.

Senado

Sin sorpresa por las renuncias

CMI

Divorciado en los hechos del kirchnerismo desde hace varios meses, el senador salteño Juan Carlos Romero aprovechó la instancia abierta por su colega Carlos Reutemann y ayer formalizó su renuncia al bloque de senadores nacionales del Frente para la Victoria.

El alejamiento de Romero, uno de los legisladores oficialistas que enfrentó al gobierno durante el dilatado conflicto con el campo, era esperado como “inexorable” por la conducción kirchnerista en el Senado y entre los funcionarios de la Casa Rosada. Lo hizo junto a su colega Sonia Escudero, actualmente en el exterior.

Romero informó su decisión con una misiva enviada al presidente del bloque Frente para la Victoria, Miguel Pichetto, en la que acusó al oficialismo de “falta de diálogo e intolerancia”. “Impera una visión stalinista y el gobierno no acepta ninguna negociación. Por eso el oficialismo será castigado en las urnas en octubre próximo, por esa actitud autoritaria”, puntualizó en declaraciones periodísticas posteriores.

El ex gobernador de Salta renunció también a la vicepresidencia primera del Senado, un cargo que el oficialismo evaluaba entregar a un aliado.

Tras la renuncia, Romero manifestó también su vocación de iniciar contacto político con Reutemann.

Aunque el ex corredor evitó vincular su renuncia a un eventual armado electoral con las expresiones del peronismo crítico, su salida de la bancada del FPV aceleró las especulaciones sobre posibles negociaciones con otros dirigentes anti-K.

En ese sentido, el ex gobernador bonaerense Felipe Solá y el empresario Francisco De Narváez —ambos artífices de una alianza con Mauricio Macri— no dudaron en enviar señales conciliatorias al santafesino, que luego fueron replicadas por el mandatario puntano, Alberto Rodríguez Saá.

El gobierno observa con más preocupación esos movimientos antes que el reordenamiento en el ámbito parlamentario.

El ex presidente Néstor Kirchner —explican— está convencido de que su adversario Eduardo Duhalde es el principal gestor de los contactos políticos que podrían complicar sus planes en la provincia de Buenos Aires, primer distrito electoral del país.