CULTURA

Los malos de la película

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Desde “La Guerra de las Galaxias”, LOrd Vader se convirtió en un ícono entre los malos del cine.

Este año volverá a la pantalla grande uno de los grandes villanos de la historia: Terminator, sin Schwarzenegger, pero con Christian Bale como John Connor. Un pretexto válido para evocar a los “malos” más famosos de la historia del celuloide.TEXTOS. JUAN IGNACIO NOVAK. FOTOS. EL LITORAL.

Desde que Adán mordió la fruta prohibida y resignó sus días de felicidad en el Paraíso, el mal ha sido una atracción inevitable para el género humano. Y el cine, a lo largo de su más de un siglo de vida, supo explotar con habilidad esa natural tendencia con la creación de algunos villanos que, pese al tiempo transcurrido permanecen intactos.

De hecho, son numerosos los “malos” que hicieron inmortales a las películas en las que intervinieron como protagonistas o figuras secundarias: desde psicópatas hasta peligrosísimos hampones, pasando por sádicas enfermeras, extraterrestres, nazis, vampiros, científicos locos y un largo etcétera.

Uno de los grandes villanos -que desde 1991 encabeza los ránkings- es el Dr. Hannibal Lecter, interpretado por sir Anthony Hopkins en “El silencio de los inocentes”, quien desde su primera aparición en la pantalla cautivó a las plateas. El filme puede parecer algo convencional al revisar su argumento: el FBI busca a un asesino en serie que mata adolescentes. Ante la carencia de pistas, envían a Clarice Starling (Jodie Foster) una experta en conductas psicópatas a visitar en la cárcel al Dr. Lecter, psiquiatra y notorio asesino acusado de canibalismo, para buscar algunas claves aplicables al caso. Este filme hubiera quedado en el olvido de no ser por la sugestiva actuación de Hopkins, quien logra estremecer con su gélida mirada. Tanto, que repitió su personaje en “Hannibal” y “Dragón rojo”, sin perder un ápice de fascinación.

Otro gran malvado, también entre los psicópatas, se lo debemos a Alfred Hitchcock. Cuando el maestro rodó “Psicosis” le otorgó a Anthony Perkins un papel a medida: el siniestro gerente de uno de los hoteles más sombríos de la historia del cine solo superado por el que se muestra en “El resplandor”. Tras cometer un robo en la oficina dónde trabaja, Marion Crane se marcha de la ciudad y decide parar en un desvencijado motel administrado por Norman Bates, quien al parecer mantiene una enfermiza relación con su madre. Poco tiempo después será asesinada en la ducha, en una de las escenas más famosas e inquietantes jamás filmadas. La investigación posterior, revela que Bates padece un extraño caso de locura que lo impulsa a matar vestido con la ropa de su madre muerta. Perkins nunca logró despegarse del todo de este papel y hasta dirigió una par de fallidas secuelas.

Gángsters

Entre los villanos cinematográficos los gángsters ocupan un lugar privilegiado. Es que el mundo del crimen organizado, con su opulencia y corrupción, siempre llamó la atención a los realizadores dispuestos a indagar en los torcidos vericuetos de la complejidad humana. El más recordado es Don Vito Corleone, el popularísimo personaje de Marlon Brando en “El padrino”. Bajo su apariencia de respetable patriarca familiar, Corleone dirige un vasto imperio de actividades ilícitas y no duda en acabar con sus enemigos tras su famosa premisa: “le haré una oferta que no podrá rechazar”.

Si bien el personaje de Brando es hoy una especie de prototipo del gángster, mucho tiempo antes, desde la década del ’30, actores como Edward G. Robinson, Paul Muni y James Cagney ya habían interpretado a inolvidables hampones. Y Orson Welles realizado su mejor interpretación como Harry Lime en “El tercer hombre”, personaje que, pese a su carisma, es tan malo que no duda en comerciar penicilina en mal estado provocando enfermedades a un grupo de niños. Sin embargo, a su favor, hay que decir que dejó algunos aportes notables para el séptimo arte, como aquel inimitable dialogo en el parque de diversiones o la surrealista huida por las alcantarillas de Viena. De ahí en más, muchos gángsters intentaron dejar su impronta en la pantalla, pero sólo unos pocos lograron estar a la altura de sus antecesores.

Nazis

Tras el tristemente célebre papel que jugaron durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis fueron un lugar recurrente a la hora de imaginar a los “malos”. Es que los esbirros del Tercer Reich, sin dar lugar a medias tintas, presentaron a los guionistas la oportunidad de representar al mal en su forma pura, sin ambigüedades. Aunque las había y muchas, tal como demostró años atrás el director germano Olivier Hirshbiegel en su polémica “La caída”, centrada en los últimos días de Adolf Hitler.

Probalemente el más despiadado de los nazis de la pantalla sea el Amon Göeth que compuso Ralph Fiennes en La lista de Schindler. Este oficial nazi, que se divierte “cazando” judíos en un campo de concentración, horroriza a los espectadores. Por suerte, está su antagonista Oskar Schindler, quien logra arrebatarle algunas víctimas.

Otro -tanto o más sádico- es el Dr. Szell, escalofriante interpretación de Laurence Olivier en el filme “Marathon man”. Este veterano oficial alemán, obsesionado con la posibilidad de que le roben unos valiosos diamantes, tortura a Dustin Hoffmann. No menos malvado resulta el doctor Josef Mengele, en “Los niños del Brasil”, personaje interpretado por Gregory Peck que se oculta en la selva de Sudamérica, desde dónde trama un macabro plan para restaurar el poder de los nazis.

Robots

Si bien la elección del mal es algo propio del hombre y parte esencial de su definición, en el cine la lista de villanos excede ampliamente la condición humana. Así encontramos a Lord Vader, el caballero Jedi devenido en una criatura semirrobotizada, que dirige las huestes del Imperio contra los rebeldes en “La guerra de las galaxias”. Y en la misma línea se sitúa el “Terminator” de Arnold Schwarzenegger en la recordada película de 1984. El argumento es conocido: desde un futuro dominado por las máquinas, un robot es enviado al pasado para matar a la mujer que dará a luz al hombre que dirigirá la última resistencia humana. Este personaje esconde una curiosidad: en la saga, de 1991, pasó a ser un héroe, al defender al joven John Connor.

Otra máquina malvada difícil de olvidar es la súper computadora HAL 9000 de “2001: Odisea del Espacio”, que no duda en recurrir al asesinato para dar continuidad a la misión espacial que le encomendaron.

Monstruos

Seres monstruosos -ya sean de nuestro planeta o de otros puntos del universo- hubo, hay, y habrá, muchísimos en el cine. Pero algunos resultaron icónicos y difíciles de olvidar. Alien, el octavo pasajero de la nave imaginada por Ridley Scott en 1979 integra esa lista. Este ser -interpretado por el atlético bailarín Bolaji Badejo, en un despliegue físico impresionante- liquida a toda la tripulación de la nave y sólo encuentra un rival a su altura en la teniente Ripley de Sigourney Weaver. Tan o más aterrador, principalmente por ser más cercano, es el tiburón que da nombre a la película de Spielberg, animal de enormes dimensiones que causa estragos en una pequeña localidad turística hasta que es ultimado por Roy Scheider.

Otra vertiente de monstruos cinematográficos, es aquella que tiene a Drácula (encarnado a la perfección por actores tan disímiles como Bela Lugosi, Christopher Lee, Frank Langella y Gary Oldman) y Frankestein, con el inimitable estilo de Boris Karloff, como íconos fundamentales.

Epílogo necesario

En estas páginas resulta imposible hace algo más que referenciar a los más representativos, pero es claro que queda un vasto conjunto de malvados que dejaron su marca en el celuloide. El reverendo Harry Powell interpretado por Robert Mitchum en “La noche del cazador”, el hacedor de pesadillas Freddy Krueger, el maquiavélico Mr. Potter de “Que bello es vivir”, el retorcido Alexander De Largue en “La naranja mecánica”, el morboso Noah Cross interpretado por John Husto en “Barrio Chino”... y tantísimos otros.

Tal vez sea por esa fascinación por el mal que el hombre heredó desde el inicio de los tiempos, pero algo es seguro: el inexorable paso tiempo vio como los grandes villanos del cine permanecieron vigentes en la memoria de los cinéfilos. Mientras que a los héroes que con tanto arrojo los vencieron, no les quedó otra opción que resignarse a un impiadoso olvido.

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Hopkins como Hannibal Lecter, junto a Julianne Moore.

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Schwarzenegger y su popular Terminator.

Y Dios creo a la mujer

Las mujeres siempre tuvieron un papel destacado entre los malos de celuloide, sobre todo dentro del policial negro, donde ocuparon un lugar destacado las “femme fatales”, esas damas que supieron desplegar sus estrategias de seducción para obtener casi cualquier cosa de un hombre.

El prototipo de las mujeres fatales es Phyllis Dietrichson, el personaje de Barbara Stanwyck en “Pacto de sangre”, de Billy Wilder. Esta despiadada mujer convence a un agente de seguros para asesinar a su esposo y simular un accidente, para obtener el dinero del seguro. Su primera aparición en la películas es antológico. Las características de este personaje se repiten, con diversos matices, en muchas grandes películas de los ‘40 y los ‘50, a cargo de actrices como Lana Turner o Bette Davis.

Ya en épocas más cercanas, Glenn Close se erigió como una especialista para encarnar a mujeres malvadas en el cine. En los ochenta, por ejemplo, fue la vengativa Alex Forrest de “Atracción Fatal”, que sume en una pesadilla a Michael Douglas y la Marquesa de Merteueil, manipuladora noble de la Francia del siglo XVIII en “Amistades peligrosas”. Luego fue Cruella de Vil en “101 dálmatas”.

Y la villana más terrorífica de las últimas décadas es, sin dudas Annie Wilkes, la psicópata encarnada por Kathy Bates en “Misery”, quien no duda en torturar al escritor Paul Sheldon (James Caan) cuando este decide “matar” en la ficción en la protagonista de sus novelas. Esta película, un gran thriller de los “90, está basada en una novela de Stephen King.

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psicosis, la obra maestra de hitchcock.

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Una leyenda del cine: Don Vito Corleone.

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personajes

Un villano nacional

En la película “Nueve Reinas”, Ricardo Darín realiza una de sus mejores actuaciones: Marcos, un estafador de poca monta, cínico y audaz que no se detiene en disyuntivas morales a la hora de llevar adelante sus planes. El personaje resulta inolvidable.

Un malo, dos actores

El psicópata Max Cady, quien aterroriza al abogado Sam Bowdem en “Cabo de miedo”, fue interpretado por dos de los mejores actores de la historia: Robert Mitchum en la versión original de 1962, y Robert De Niro en la remake de 1991, dirigida por Martin Scorsese.

El malo inolvidable

El veterano actor Jack Palance fue un gran hacedor de villanos. Desde el pistolero que enfrenta a Alan Ladd en “Shane”, hasta el mafioso liquidado por el Guasón en Batman.