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Cuatro décadas en la formación de economistas

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La nueva construcción, sobre calle Moreno, en el sur de la ciudad, donde hoy se forman 5.000 estudiantes.

Ciencias Económicas cumplió 40 años como facultad de la Universidad Nacional del Litoral. Una buena excusa para repasar su historia, bien ligada a los avatares del país y la región.TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. EL LITORAL Y GENTILEZA FCE.

Para la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral, 2008 no fue un número más. Fue el año en que se conmemoraron cuatro décadas de existencia como tal, es decir, con ese nombre y como facultad dependiente de esa alta casa de estudios.

Un padrón de 5.000 estudiantes -con una fuerte presencia femenina-; un área de influencia que abarca a varias provincias del noreste argentino además del centro y norte santafesino; carreras de pre-grado, grado y posgrado, además de especializaciones que se adaptan a una realidad siempre dinámica, son algunos de los frutos cosechados durante todos estos años, que tuvieron su jornada particular de festejo el 29 de noviembre pasado, pero que se recordó durante todo el mes con distintas actividades culturales.

Desde los orígenes

El primer indicio de la FCE -como se denomina en la jerga universitaria- puede rastrearse en el Curso de Contadores de Santa Fe, creado el 3 de diciembre de 1951 según resolución que consta en el expediente 46.638 y que inició sus actividades a partir de 1952. Así es como las clases comenzaron a dictarse en el edificio de la Escuela Superior de Comercio Domingo G. Silva bajo dependencia de la Facultad de Ciencias Económicas, Comerciales y Políticas con sede en Rosario.

Sin embargo, la afluencia cada vez mayor de alumnos de toda la región obligó, en 1961, al traslado de la escuela a las instalaciones que ocupa actualmente y que antes habían sido sede del V Distrito de Correos y Telecomunicaciones.

El 2 de setiembre de 1968, por resolución 6.336 del Consejo Académico de la Facultad, el Curso de Contadores se transformó en Escuela de Ciencias de la Administración, y se la anexó a Concordia (Entre Ríos). Además de la carrera de CPN, se dictaban las licenciaturas en Administración de Empresas y en Administración Pública; ambas cerraron en enero de 1974.

Por fin, el 29 de noviembre de 1968, por ley 17.987 la escuela se transformó en Facultad de Ciencias de la Administración, y pasó a depender de la UNL, con sedes en Santa Fe y Concordia. Recién en 1975 se cambió el nombre por el de Facultad de Ciencias Económicas; por ese entonces contaba únicamente con la carrera de Contador Público Nacional.

En 1997 comenzó una nueva etapa de expansión de la oferta académica de grado de la FCE, con el dictado de la Licenciatura en Administración, a la cual se sumó -en 2001- la Licenciatura en Economía.

Pero antes de llegar a ese momento se produjo una nueva transformación que tiene casi la misma edad que la recuperación de la democracia. Entre los años 1982 y 1983, con los últimos ramalazos de la dictadura militar, se inició la etapa de normalización de la Facultad. El decano que tuvo a cargo esa tarea fue el contador Julio César Yódice. A ese período siguieron dos decanatos consecutivos de Amaro Yardín, dos de Francisca Sánchez -la primera mujer en ese cargo de la Universidad- y Hugo Rodríguez Jáuregui quien a fin de año culminará su segundo período en esa tarea. Así, se habrán completado 24 años de continuidad en el gobierno de la institución.

LAS TRANSFORMACIONES

Hasta que se compró el predio de calle Moreno al 2500, la Facultad funcionaba en una construcción mucho más antigua, sobre 25 de Mayo al 1700 que fue la primera Central de Correos santafesina. El edificio fue declarado patrimonio histórico cultural, cuestión que demanda -para cada intervención arquitectónica- un especial cuidado y respeto por las normas vigentes.

Sin embargo, las necesidades propias de la actividad académica y el aumento en la cantidad de estudiantes de toda la región, motivó la compra del predio contiguo al edificio principal, donde se inició la nueva construcción que fue habilitada durante el decanato de Sánchez.

Ambos edificios están conectados, de manera que el funcionamiento administrativo y académico se distribuye en uno u otro según las necesidades de la Facultad. En tanto, el tercer piso quedó reservado exclusivamente a un área destinada a la investigación.

EL FACTOR HUMANO

Estudiantes del centro norte provincial y de todo el noreste del país componen el padrón de alumnos y alumnas de la FCE, al punto que se estima que prácticamente la mitad de todos ellos provienen de provincias limítrofes, dato que aporta una enorme riqueza en el intercambio de sueños, costumbres y proyectos.

Claro que también están contempladas las necesidades de los jóvenes y para ello se cuenta con una estructura de apoyo muy importante para quienes vienen de afuera, tanto a través de becas como de tutorías de apoyo para la función pedagógica. El objetivo es atender todas las problemáticas para que el aspecto económico no termine condicionando la posibilidad de estudiar teniendo en cuenta que, junto con cuestiones de aprendizaje, ésta es la principal causa de abandono del cursado.

Otro dato que vale la pena destacar es que, desde hace una década, la población femenina ha crecido de manera sostenida, sobre todo a partir de la ampliación de la oferta de carreras. También hay madres que están cursando y esta situación demanda una organización que intenta responder a las necesidades de las alumnas.

Familias que se han vuelto tradicionales en la Facultad -abuelos, padres y ahora hijos- y que enriquecen y confirman la calidad de la institución; el apoyo de ex alumnos más allá de la función específica del Consejo Profesional de Ciencias Económicas; la calidad del personal no docente -al que se prefiere denominar “de apoyo”- y que posibilita un auténtico trabajo en equipo, y el fuerte compromiso de la cooperadora, la primera de la UNL y ya una institución tradicional para los alumnos, aportan sus propios matices al desarrollo de las actividades cotidianas.

OBJETOS EN LOS QUE RECONOCERSE

A lo largo de una larga y rica vida institucional, la Facultad ha logrado reunir materiales donados por profesores, ex docentes y personal administrativo que ya se jubiló. Son fotos y objetos que están siendo catalogados con la colaboración del personal de Biblioteca y que será mostrado al público durante este año.

Libretas universitarias, bolilleros, apuntes, material de estudios, pergaminos y por supuesto fotos que documentan distintas instancias de la vida universitaria dentro y fuera de las aulas formará parte de la muestra, que tiene por objeto convocar a quienes pasaron por la Facultad y a quienes están ahora, a reconocerse. No tiene -aclaran- más propósito que mostrarse a la comunidad para festejar lo que ha sido la facultad, lo que es actualmente y lo que será a partir de la gente que la compone. Para aquellos que quieran aportar más material a esta muestra, pueden dirigirse a la Biblioteca.

UN COMIENZO HEROICO

Hugo Rodríguez Jáuregui es el actual decano de la FCE y reflexiona que la historia de la institución lo toca muy de cerca. “Hace 50 años que empecé en la Facultad; en aquél entonces iba en tranvía a la escuela Domingo Silva donde funcionaba el Curso de Contadores. No teníamos ni edificio propio y los docentes que venían a tomar exámenes eran de Rosario. Acá teníamos jefes de trabajos prácticos”.

A partir de aquél comienzo que considera “heroico”, expone que “son 40 años los que se cumplen ahora, de los que en realidad son computables 25, es decir, desde el retorno de la democracia”, cuando al fin se decidió normalizar la Facultad.

“Antes de aquél período “nos hablaban de investigación o de extensión pero de eso no había nada”, evalúa. “Nos llevó diez años desarrollar nuevas carreras de grado y posgrado”, aporta Rodríguez Jáuregui, el tercer decano con continuidad en esa función aunque -recuerda- llegó al cargo en un momento crítico.

“La ceremonia de mi asunción estaba prevista para el día en que Fernando De la Rúa se iba en el helicóptero de la Casa de Gobierno. Entonces, nos reuníamos con (el entonces rector Mario) Barletta tratando de decidir qué hacer y no se podía prever nada”, cuenta Rodríguez Jáuregui. Varios años después, a punto de concluir su segundo período en el decanato y en un escenario económicamente conflictivo a un nivel que trasciende aún las fronteras del país, confirma que las premisas que siguen alumbrando el desempeño diario de toda la comunidad universitaria siguen siendo las mismas: la excelencia académica y la defensa de los valores democráticos.

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Un momento histórico: se inaugura el edificio que alberga hoy a la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL.

ENTRELÍNEAS

“Son 40 años los que se cumplen ahora, de los que en realidad son computables 25, es decir, desde el retorno de la democracia, cuando al fin se decidió normalizar la Facultad”.

Hugo Rodríguez Jáuregui, decano de la FCE.

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El antiguo edificio que cobijara a la facultad durante años.

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La biblioteca, un espacio cotidiano para el aprendizaje.

oferta académica

La Facultad de Ciencias Económicas dicta carreras de pre-grado como Tecnicatura en Administración y Gestión Pública, y de grado: Contador Público Nacional, Lic. en Administración y Lic. en Economía, de la que en el año 2008 se recibieron los dos primeros graduados.

Además, cuenta con tres maestrías: en Administración Pública, Administración de Empresas y Contabilidad Internacional, y especializaciones en Sindicatura Concursal (que cumplió 20 años en 2008), Tributación, Contabilidad y Auditoría para Pymes (que se inició este año).

Para 2009 está previsto poner en marcha más especializaciones y el Doctorado en Administración Pública, cuya aprobación estaba en trámite en el Consejo Superior de la UNL.

Por último, el área de capacitación se complementa con servicios altamente especializados y servicios específicos a terceros, con intervenciones de docentes a pedido de instituciones o empresas que así lo requieran.