Boca regresó al triunfo
Con esos delanteros es fácil
El elenco que conduce Ischia venció por 3 a 1 a Huracán con tantos de Palermo, que se convirtió en el máximo goleador “xeneize”, y Figueroa, que en un ratito metió dos.
Redacción El Litoral
Agencia Télam.
Pudo haber jugado mal, es cierto. Pudo no haber merecido el triunfo, aunque ello es incontrastable. Lo cierto que es Boca, con un mediocampo apagado (incluyendo a su estrella, Juan Román Riquelme) logró una valiosa victoria en su cancha sobre Huracán por 3 a 1 merced a la calidad de delanteros goleadores que posee.
El partido se jugó bajo un diluvio constante en La Bombonera, y Boca jugó mal. Durante más de una hora de juego fue superado por un Huracán que no supo resolver todas las chances que dispuso para irse ganador y cuando apareció Palermo, sus ilusiones se terminaron. Así, los “xeneizes” cortaron una racha de dos derrotas consecutivas, que para el primer equipo de la institución de La Ribera es poco menos que una catástrofe futbolística. Por ello, esta victoria en la cuarta fecha del Clausura 2009 es importante, más allá de la manera en que la consiguió.
A presionar
Desde el comienzo del partido, Boca salió a llevarse por delante a Huracán, presionando en campo contrario y jugando con mucha gente cerca del área defendida por Gastón Monzón. En los primeros minutos logró su cometido, se plantó en terreno visitante y a partir de ahí buscó generar peligro.
Sin embargo, al no aparecer en el juego Juan Román Riquelme, con Pablo Mouche muy encerrado, Martín Palermo parado solo dentro del área y los volantes y los laterales sin acompañar con criterio, Boca se quedó en buenas intenciones.
Los locales buscaron pero chocaron con su propia impotencia, su falta de profundidad y una defensa bien parada de Huracán, que con el correr de los minutos se fue afianzando y logró sacar a su equipo del asedio boquense. Los de Ángel Cappa lograron emparejar y quedaron al borde de abrir el marcador.
Boca se convirtió en una sombra dentro de la cancha, donde se mostraba tan pesado como la intensa lluvia, siendo un equipo sin cambio de ritmo, jugando siempre al mismo paso y perdiendo sorpresa. El único que cambiaba de velocidad era Pablo Mouche, quien tuvo dos chances para abrir el marcador y en ambas oportunidades salvó el arquero Monzón.
Se abrió el arco
En el comienzo del segundo tiempo, el local hizo todo lo posible para que Huracán se pusiera en ventaja, con una serie de errores defensivos insólitos, que derivaron en una jugada en la cual Pastore dejó en el camino a Abbondanzieri pero terminó resolviendo mal.
En medio de esos errores defensivos de Boca hubo uno grave del árbitro Lunati, quien no observó cómo Morel Rodríguez le cometía una clara falta a César González dentro del área. Boca seguía dependiendo de la voluntad de Mouche, quien solo complicaba a todo el fondo de Huracán. Cuando parecía que el “Globo” acertaría y se pondría arriba en el marcador, llegó el gol de Palermo, quien tuvo que empujar un excelente asistencia de Mouche, estableciendo de ese modo el 1-0 y el liderazgo en la historia de artilleros auriazules, ya que alcanzó los 195 con esta camiseta.
Después ingresó Luciano Figueroa por el mismo recordman y se encargó de sellar el marcador con dos anotaciones propias. Eduardo Domínguez descontó para Huracán, que ya había dejado pasar su gran oportunidad, que se diluyó por sus propias limitaciones y por la enorme calidad de delanteros con que cuenta Carlos Ischia en su rico plantel.