Declaró “Caca de mono”

Confesión por el crimen de Amati

El joven delincuente que apareció en Esperanza, donde se encontraba prófugo, reconoció que mató a Sergio Amati, el chico que jugaba a la pelota en las inferiores de Colón.

De la Redacción de El Litoral

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El miércoles de la semana pasada, Sergio Marcelo Amati hubiera cumplido 19 años. Para su familia, cuya muerte llora desde el 11 de abril del año pasado, el único consuelo es que el principal sospechoso del crimen se haya confesado culpable.

El acusado tiene 23 años, fue arrestado en Esperanza el mes pasado y además carga con un alias muy particular: “el Caca de mono”. Antes que halagüeño, el sobrenombre es, para quienes tuvieron oportunidad de tratarlo, el reflejo de su personalidad.

En cambio, a la víctima se la recuerda como un “buen muchacho”, de una familia trabajadora y cuyo sueño era jugar al fútbol. Amati integraba la plantilla de la 5a. División de AFA de Colón.

El juez de Instrucción Sexta, Carlos Ferrero, le tomó declaración indagatoria al detenido el martes 17 de febrero, y desde entonces estudia el expediente de dos cuerpos, sobre el que se deberá expedir dentro de poco.

Durante el interrogatorio, el imputado admitió haber ejecutado a Sergio Amati, aunque aseguró que fue en legítima defensa.

Ejecución y huida

“Las pibas se las dan de bárbaras pero no se aguantan ni un chirlo”, dijo “el Caca de mono” acerca de las dos jovencitas que acompañaban a la víctima esa tarde-noche. Según el acusado, Amati llevaba una chuza o puñal, con lo que intentó agredirlo, y entonces “el Caca...” habría decidido dispararle a quemarropas.

Esta versión parece no encontrar asidero en lo que se lleva investigado, puesto que ambas chicas declaran en contrario y aseguran que “el Caca de mono” fue directo a robarles. “Dame eso” le habría dicho a la que llevaba consigo la ropa deportiva de Amati.

En su declaración contó que después de matar al muchacho se fue hasta su casa, se cambió y tiró algunas de las ropas que llevaba puestas al río Salado, cuando cruzó el Puente Carretero rumbo a Santo Tomé y desde allí planificó la fuga.

El detenido está imputado por el delito de “homicidio calificado por el uso de arma de fuego”, y estuvo diez meses prófugo de la Justicia hasta que se logró su reciente captura.

“Caca de mono” ejecutó a Sergio Amati en las calles del barrio San Lorenzo, alrededor de las 20. Se cruzaron en calle General López y Lamadrid y allí se produjo un primer enfrentamiento, que terminó cuando el perseguidor ejecutó en el piso a Amati, que trató de escapar a la carrera. Según se pudo constatar, el chico recibió cuatro disparos de un calibre 22 mm., arma que luego fue secuestrada en poder de un amigo del agresor.

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EL DATO

Albañil en Esperanza

El “Caca de mono” fue arrestado en Castaño y Entre Ríos de la ciudad de Esperanza, el viernes 13 de febrero. Fue en horas de la tarde, cuando trató de eludir un control policial mientras iba caminando sin rumbo conocido. Se hizo pasar por un tal César Márquez, que trabajaba de albañil en esa ciudad, pero al final descubrieron su verdadera identidad y las causas pendientes con la ley.