La economía mundial y argentina ante la crisis
Llach propone un seguro de
desempleo y recurrir al FMI
El economista aboga por medidas que permitan recrear la confianza. Indica que deben seguirse muy de cerca los acuerdos que se alcancen en el G20. En el orden interno, recomienda ser pragmático y no manejarse por ideologías.
Teresa Pandolfo
El economista Juan José Llach volvió a la ciudad para disertar sobre el tema: “La economía mundial y la Argentina durante y después de la Gran Crisis”, invitado por el Centro de Estudios y Proyectos de la Bolsa de Comercio de Santa Fe. La entidad, con esta conferencia, comenzó su ciclo anual de capacitación.
Un público superior a las 200 personas siguió la disertación del doctor Llach, quien considera al colapso mundial como importante, “el peor en 80 años” -toma como comparación la depresión del ‘30-; cree “que no se llegará a esos extremos, pero hoy todo el mundo desarrollado, que significa el ‘70 por ciento del producto mundial, está en recesión. Los países emergentes -agrega- se están defendiendo mejor pero, lógicamente, serán afectados también”.
Para el doctor Llach, será muy importante la reunión del G20, del 2 y 3 de abril próximo, a nivel de jefes de Estado. En vinculación con este encuentro, sostiene que “es crucial que se alcance un acuerdo para llevar adelante una acción coordinada”.
La clave de lo que pasa hoy, explica, es que la gente está con desconfianza, con gran incertidumbre del futuro. “Impera el temor por perder el empleo y no gasta, atesora; quiere estar líquida. Y esto lleva a la caída de la demanda”.
“Si se da una señal fuerte de coordinación entre todos los países, creo que tenemos chances de que en el tercer o cuarto trimestre del año, la economía haya tocado piso y comience su recuperación. El grupo de los 20 incluye casi el 90 % del PBI porque además de los países desarrollados, participan China, India, Sudáfrica, Indonesia, Argentina, Brasil y México”, explica para referenciar la importancia de las decisiones que se tomen en Londres.
En la Argentina
Antes de la disertación, conversó con El Litoral fundamentalmente sobre el impacto de este colapso financiero dentro de nuestro país. Algunas de las preguntas fueron éstas:
—¿Considera que alcanza con un cambio de reglas y de controles internos en los organismos multilaterales de créditos?
—Es uno de los componentes. Es importante que aumenten mucho los recursos del Fondo Monetario Internacional para que pueda prestar a todos los países que lo necesiten. Lo mismo el Banco Mundial y los regionales como el BID, el Asiático, etc. y que ello vaya acompañado con mayor voz y voto de parte de los países emergentes.
Sobre esto habría acuerdo. Donde aparece que hay más diferencias es entre Estados Unidos y Europa respecto de la política fiscal y monetaria. EE.UU. está desarrollando una política fiscal más expansiva porque el temor de ellos es el desempleo. Tienen muy presente la desocupación que generó la crisis del “30, en tanto en Europa, el temor se vincula con la inflación por lo que sufrieron en las dos posguerras.
—Desde la Argentina, ¿cómo cree que deberíamos estar parados frente a esta crisis?
—Una enorme mayoría de los economistas coincide en lo que hay que hacer: primero, una política fiscal expansiva, es decir reducir impuestos y aumentar el gasto; y segundo, una depreciación de la moneda porque lógicamente, es difícil exportar y hay una gran oferta de importaciones que puede afectar a la industria nacional.
Esta coyuntura a la Argentina, en algún aspecto, no la encuentra bien preparada porque al haber tenido mucha más inflación que Brasil y Chile, países que han podido devaluar hasta un 50 % , sin temor de un traslado a los precios.
Esto es porque ellos venían de una inflación del 4 ó 5 %; en tanto la de Argentina era del 20 %, hoy es menor, pero hay una expectativa difícil de manejar en nuestro país. Y después, en la parte fiscal, como no se ahorró lo suficiente; los recursos son bastante escasos. Chile, en cambio pudo hacer un gran ahorro.
Pero hay que decir también que esta crisis nos agarra mejor que otras, porque hay buena cantidad de reservas en el BCRA. Además, porque la relación entre deuda y producto es menor del 50 % y porque tuvimos varios años de superávit fiscal y comercial. La Argentina, en los números fríos, está mejor preparada que en cualquier otra crisis contemporánea
¿Cuál es el problema, entonces? Está en la percepción de la gente: hay temor y desconfianza y las herramientas que puede usar el gobierno son más limitadas.
Dos instrumentos
—Hay factores políticos que inciden, uno de ellos, la falta de confianza en el gobierno nacional ¿no?
—El valor más escaso en las crisis es la confianza. En la medida que la haya, la gente deja de atesorar (en Argentina muchas veces esto quiere decir comprar dólares); y se anima a gastar. Creo que el gobierno no ha logrado generar esta confianza.
A mi juicio hay dos instrumentos que podrían ayudar: uno es contar con un seguro de desempleo más amplio y generoso. Además, sería más eficaz que los subsidios a créditos para el consumo -que no están mal en sí mismos-, aunque creo más contundente un seguro de desempleo.
El otro es un tema polémico: recurrir al FMI. Lo hacen incluso países de la ex Unión Soviética como Bielorrusia, que no son ortodoxo sino que aplican medidas heterodoxas en materia económica. Y Argentina, con el último programa que lanzó el Fondo, podría acceder a 15.000 a 16.000 millones de dólares.
Es importante porque se perdería el temor al default, se podría hacer una devaluación más fuerte -sin que ello pasara a pesos-, que reforzaría la confianza, y el plan de obras públicas tendría un poco más de financiamiento, con el que ahora no cuenta.
Estoy seguro de que si se hiciera este anuncio -recurrir al Fondo-, rápidamente habría una reacción muy favorable del sector financiero que luego se trasladaría a la economía real.
Sectores críticos
—En esta provincia, además del descontento del campo, tanto el sector autopartista como el de maquinarias agrícola tienen problemas de mercado. En este año, ¿podría verse un horizonte de recuperación?
—Para eso es clave volver al clima del 10 de marzo de 2008. Hace un año, para esa fecha se hizo Expoagro y a pesar de las retenciones había una tremendo entusiasmo. Lo que hay que hacer es recrear ese clima y para eso hay que buscar urgentemente, un acuerdo con el sector agropecuario. En un marco más amplio de políticas, eso sería perfectamente factible.
En cuanto al sector autopartista, el tema es más complejo, porque cayó tanto la producción como la exportación de autos. En febrero, la primera en un 50 % y las ventas al exterior en un 60 %. En tanto, los despachos al mercado interno mermaron, pero menos. Aquí hay un factor externo que incide pero con políticas como las que mencioné u otras para que se vuelva a generar confianza, también en esos sectores se verían mejoras.
Aquí, hay un gran atesoramiento de dinero al igual que en todo el mundo. Y la clave es conseguir que se vuelque a la demanda de bienes y para eso hay que dar confianza.
—¿Cómo ve la relación con las provincias?
—Estamos en un modelo unitario. Hace muchas décadas que las provincias no participaban como hoy en la renta general con sólo el 30 % cuando el mínimo debería ser un 34 % . Y eso es muy malo porque la salud, la educación, la seguridad y la Justicia en gran medida están en manos de las provincias, y éstos son servicios básicos para la convivencia civilizada y el desarrollo humano, y hoy están fuertemente trabados.
Hay gobernadores, como el de esta provincia, que tienen la intención de poner a la educación a la altura del siglo XXI pero la limitación de recursos es formidable.
N. de R.: Esta nota se realizó antes del anuncio sobre retenciones de la presidenta de la Nación.