COBRABAN “PEAJE”

Le disparan en la cabeza a un repartidor

Télam

Un repartidor de garrafas, de 66 años, fue asesinado de un balazo en la cabeza al ser asaltado por varios delincuentes dentro de una villa del barrio porteño de Barracas, informaron fuentes policiales.

Familiares de la víctima, identificada como Ángel Giacardi (66), contaron que el hombre siempre hacía repartos en la zona, donde los ladrones del lugar habitualmente le cobraban “peaje”, para no robarle. Los investigadores ahora procuran determinar si la víctima se resistió al robo y por eso le dispararon, o si los delincuentes no quedaron satisfechos con el botín del que se habían apoderado.

Fuentes policiales informaron a Télam que el hecho ocurrió ayer, en la calle Osvaldo Cruz, entre 24 y 26 de la villa 21 de Barracas, en la zona sur de Capital Federal.

Por ese lugar transitaba Giacardi y dos hombres más, que realizaban repartos de garrafas de gas a bordo de una camioneta, dijeron los informantes.

En medio del recorrido, los tres repartidores fueron abordados por varios delincuentes jóvenes, uno de ellos armado, con fines de robo.

Según las fuentes, los asaltantes obligaron a sus víctimas a descender del vehículo, al tiempo que los despojaron de todos sus elementos personales.

“Les quisieron robar todo, hasta las garrafas”, explicó a Télam un vocero de la investigación.

Por su parte, Marcela, hija de Giacardi, contó a la prensa que a su papá y a los dos acompañantes “los tiraron al piso y les sacaron hasta los documentos”.

“Y mi viejo se ve que les dijo: “Che, dale, dejate de joder, si ya te dimos’. Y uno de los ladrones le respondió: “Callate viejo porque te pego un tiro’ ”, detalló la mujer.

“Ahí, mi viejo como que se incorporó, y (el delincuente) le pegó el tiro en la cabeza’, agregó Marcela.

Según las fuentes, Giacardi recibió un balazo en la cabeza y quedó tendido en el lugar gravemente herido, mientras que los delincuentes huyeron a la carrera.

Ilesos

Los acompañantes de la víctima, que resultaron ilesos, llamaron a la policía y auxiliaron a Giacardi, quien fue trasladado de urgencia al hospital Penna, donde murió poco después de ser asistido.

“Fue pura saña, ¿qué necesidad había? Un hijo de puta, para robarle le pegó un tiro en la cabeza, no en una pierna, en la cabeza”, exclamó Marcela.

La hija del repartidor asesinado contó que su padre hacía muchos años que trabajaba en esa zona y que no tenía miedo, a pesar de que tenía que tratar con delincuentes de la villa.

“Cuando hacía los repartos ahí, tenía que pagar “peaje’, porque no iban con ninguna custodia. Él me contaba que cuando iban a un negocio y veían a alguno (ladrón), le daban unos mangos antes de que les robara. Y si no, iban con alguien conocido de la villa que hacía de “representante’, y así pasaban”, contó Marcela.

“Era el menor de ocho hermanos. Juntaba a toda la familia. Él tenía tres nietos, mi hija, y los dos chicos de mi hermano, un nene de dos y una nena de siete”, recordó Marcela entre lágrimas.

“Me siento impotente. Me mataron a mi viejo, que era un laburador. Ahora no tengo ganas de nada”, expresó.

La mujer se encontraba en su casa del partido bonaerense de Lanús, donde residía su padre, y decenas de vecinos se reunieron para apoyar a la familia y pedir justicia.

Mientras los vecinos reclamaban “justicia”, Marcela pidió la ayuda del Estado, y a los delincuentes les suplicó que “no se ensañen con la gente”.

En tanto, el personal de la comisaría 32ª y de la División Homicidios de la Policía Federal buscaban esta tarde, dentro de la villa, a testigos que aportaran datos que permitan identificar a los delincuentes.