Trabajan en la Planta de Clasificación de Residuos
Más de 100 personas viven
de la selección de la basura
La Asociación Dignidad y Vida Sana clasifica residuos, que son vendidos para ser reciclados. Un trabajador gana $ 160 mensuales. La crisis también afectó el negocio de la basura: el precio del plástico cayó a su tercera parte.
De la redacción de El Litoral
¿Alguna vez pensó a dónde va a parar la basura que diariamente produce en su hogar o lugar de trabajo? ¿Sabía que muchos residuos pueden ser reciclados, disminuyendo de esta manera el impacto ambiental? En nuestra ciudad, la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana, junto a la Fundación Hábitat & Desarrollo y las empresas Cervecería Santa Fe y McDonald’s llevan adelante el Programa Santa Fe Recicla.
Dos barrios
Este programa incluye parte de los barrios 7 Jefes y Candioti Sur, donde los martes y viernes (en el primer caso) y los miércoles y sábados (en el segundo caso), los vecinos pueden sacar los residuos inorgánicos: plástico, papel, cartón, vidrio y metal.
El mes que viene finaliza el convenio con la Municipalidad y quienes realizan este trabajo esperan que el acuerdo se pueda renovar e, incluso, redoblan la apuesta, ya que pretenden que este servicio se extienda a otros barrios de la ciudad. “Queremos que más gente se entere del Programa Santa Fe Recicla y que esta experiencia se pueda replicar en otros barrios. Hay que revalorizar a las personas que hacen esto, porque no es sólo un trabajo, sino que también incide en la cuestión ambiental, beneficiando a toda la comunidad santafesina”, sostuvo Julieta Di Filippo de la Fundación Hábitat.
Trabajo de selección
La Planta de Clasificación de Residuos funciona al lado del relleno sanitario. Allí, entre moscas y mal olor, 110 personas seleccionan y clasifican la basura para su posterior venta y reciclado. Con su trabajo, disminuyen la cantidad de residuos sólidos del relleno sanitario; cuidan el medio ambiente al disminuir la fabricación de los materiales, con el consiguiente ahorro de energía y materias primas; y reciben un incentivo económico por su tarea.
Tienen dos modalidades de organización. Por un lado, toman la basura del relleno sanitario y la colocan sobre una “cinta de selección” que se desliza permanentemente. A los costados, cada uno de los trabajadores tiene una función.
Los primeros abren las bolsas y sacan todos los elementos que no pueden correr por la cinta transportadora (cosas pesadas o palos). Una vez retirados estos residuos no aptos, los otros compañeros seleccionan el material: unos toman el papel y el cartón, otros agarran las botellas de plástico, más adelante se eligen las botellas de vidrio que están enteras, mientras que otro toma los pedazos de vidrio rotos; también se separan las latas y metales. A pesar de que usan guantes y delantales, no están exentos de sufrir una cortadura o lastimadura con vidrios o latas.
Este proceso de selección se repite en dos etapas durante el recorrido de la cinta transportadora. Al finalizar, la basura que sobra -que no es reciclada, como comida, pañales, etc.- cae a un camión, que la transporta al relleno sanitario.
Residuos separados
La otra modalidad de trabajo es menos compleja, ya que gracias al Programa Santa Fe Recicla, cartones, papeles, plásticos, metales y vidrios de los barrios 7 Jefes y Candioti Sur ya vienen separados. Es por esto que Josefina Moralez, al frente de la asociación, pide que “se implemente en la totalidad de los barrios y que se puedan hacer también en otros puntos de la ciudad”.
Además, recordó que “en cada uno de los hogares se puede hacer la separación en origen: poner lo húmedo en una bolsa y en otra el resto del material que puede ser reciclado”. Quienes no viven ni en 7 Jefes o Candioti Sur pueden acercar las bolsas con basura reciclable a los contenedores de la asociación (ver dato).
Por último, el material clasificado se prensa y se enfarda para ser trasladado a las empresas que lo reciclan. Todo lo recaudado se reparte entre los trabajadores de la Asociación Dignidad y Vida Sana.